Toda la polémica con la placa de Courtois en el Metropolitano: ni "perdón", ni "rectificación"

Una comisión social. Aficionados queriendo decidir sobre asuntos de un club profesional como el Atlético de Madrid. Un debate, (o negociación) sobre el cambio del escudo del conjunto rojiblanco que ha ido encontrando otras aristas como la posible retirada de la placa de Thibaut Courtois en el Paseo de las Leyendas Cívitas Metropolitano.

Dentro del lógico pudor que le pueda dar a los responsables del Atlético de Madrid una situación como esta, los contactos para encontrar una salida airosa se han ido produciendo en las últimas horas. A Courtois, inmerso en la disputa de la Supercopa de España, está polémica le pilla fuera de juego pero ha contestado a esta "comisión social" auto erigida como representante de algo tan ambiguo y plural como la "masa social" del Atlético de Madrid, en la que muchos se sentirán representados y, otros tantos, seguramente, no.

Dos escritos. Primero uno de la citada comisión que arranca muy respetuoso y reconociendo los méritos y logros del portero belga con el Atlético, pero que evoluciona a un tono mucho más que discutible, reprochando (entre otras cosas) que Courtois mostrase su tatuaje de la Champions a la grada y explicando que se sintieron "decepcionados" por su comportamiento. Le piden que "en los próximos días" realice de manera clara y pública una rectificación de esas declaraciones y pida disculpas a la afición atlética, o se verán obligados a tomar la decisión de retirar su placa definitivamente. Más o menos con esas mismas palabras, tal cual.

La carambola pasivo-agresiva termina básicamente diciéndole que confían en que aclare la situación y vuelva a ganarse el cariño y el respeto de los aficionados que tanto le han apreciado.

Para Courtois esta polémica estaba más en otro tejado que en el suyo. Además, estaba centrado en la Supercopa y el partido contra el Valencia, pero consiguió contestar a esta comisión. En su respuesta alucina por las formas del escrito que ha recibido y asegura sentirse muy orgulloso de su pasado rojiblanco y de los títulos y la felicidad conseguidos durante su etapa en el club.

El foco, a su entender, está en la interpretación de sus palabras que hicieron tanto algunos periodistas como el propio alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida. Él no se siente obligado a explicar lo que otros han entendido o malinterpretado de forma más o menos maliciosa.

Además, relata los episodios de graves insultos y lanzamiento de objetos que ha sufrido en el estadio Metropolitano, incluso algún incidente todavía peor, de índole personal, que no se ha hecho público. El origen de la crispación que pudiera existir con él no está tanto en su palabras, sino en la interpretación que otros hicieron de ellas. Esta teoría, por cierto, pone de acuerdo a las dos partes, ya que la comisión también desliza esta secuencia de los hechos como la que en realidad ha ocurrido.

En cualquier caso Courtois no entiende que tenga que disculparse y asume que retiren su placa, si así lo consideran oportuno, pero nunca su palmarés con el Atlético ni el orgullo de haber formado parte de su historia.

Ante esta situación embarazosa, el Atlético de Madrid ha estado intentando templar los ánimos porque la imagen de que unos aficionados puedan tomar decisiones dentro del club tampoco les favorece, dentro de una estructura tan super profesionalizada como la de cualquier equipo de Champions.

Someter a opinión las equipaciones de otras temporadas, valorar los cambios realizados (tras estudios de profesionales) en el escudo del club y debatir sobre todo ello es una cosa, pero dejar en manos de una comisión como esta decisiones orgánicas... es otra. Y es arriesgada.