RAYO VALLECANO 2 - REAL SOCIEDAD 2

Mariezkurrena mete al Rayo Vallecano en un bucle temporal

Una gran mitad daba a los de Iñigo tres merecidos puntos... hasta que apareció el canterano de la Real. Trejo marcó y se emocionó. Golazo de Pedro Díaz.

Mariezkurrena celebra el tanto del empate en Vallecas. LALIGA
Jonás Pérez

Jonás Pérez

El Bernabéu. El Sevilla. El Villarreal. El Barça. La Real Sociedad. Ya eran cuatro partidos consecutivos en los que el casillero del Rayo Vallecano sumaba menos de lo que cualquiera hubiera intuido disfrutando del partido. Y ahora se suma un quinto. Otra vez. Otra vez la misma historia. Y sí, es disfrutando el verbo porque este equipo ha vuelto a dar un golpe en la mesa mostrando mucho más de lo que se esperaba de ellos cuando precisamente se enfrentaron en la primera jornada de este campeonato. Enfrente una Real que se hizo grande en Manchester, que ahí sigue peleando en Copa, pero que puede dejar la sensación de equipo ramplón, a veces indiferente. Sacar un punto fue su mejor noticia, aunque terminaron arrinconando a su rival. Es lo que tiene ser un grande.

Su inestabilidad, al menos, no sucedía en el marcador, después de que Zubimendi perforara la red de una gran volea. Pero sí lo sentía así el balón. Vallecas se vino arriba, entró Etienne Eto'o; y Trejo y Pedro Díaz remontaron en un rincón de euforia. Y lo que significaban los goles: el eterno capitán sin brazalete lo merecía tras un año más gris y el centrocampista, un obrero de esto, ha cambiado el ostracismo por ser santo y seña del equipo. Como los de siempre no llamaban a la puerta, tuvo que ser Mariezkurrena, de la cuadrilla de Zubieta, el que rescatara un punto más provechoso que merecido. Un punto, a todo esto, que no viene bien a ninguno: el Rayo ni cierra permanencia ni se acerca a Europa y los vascos siguen anclados en esa zona de nadie.

Iñigo se enfrentó al reto de armar el puzle habitual de todas las semanas. Ya asumiendo la baja de Mumin, Aridane volvió a formar parte de la zaga y Chavarría regresó a su posición natural, la de lateral izquierdo. Unai ya tuvo minutos en el Bernabéu, pero no estaba en plenitud para entrar en el once, reincidiendo con el inspirado Pedro Díaz y con Trejo por delante. Sergi Guardiola, en punta, sorprendió en un once sin Gumbau o Embarba y al que volvió De Frutos. El de carrerilla de toda la temporada ya no será así en lo que resta de campaña: lo ha querido la enfermería. Imanol es otro que tiene el banquillo de desgracias con alguna que otra cara conocida: ni Brais, ni Becker, ni Sucic... Eso unido a la carga excesiva del equipo por Europa le hizo dejar fuera a Aguerd o Mikel Oyarzabal.

Los vascos aún aguardaban la rabia inmensa de haber competido de tú a tú con el Manchester United y que el diablo vestido de azul les cortara las alas. Por ello, qué mejor forma que sumar tres en Liga. Así salieron, con los ojos inyectados en sangre. Varias llegadas de peligro, casi siempre con Sergio Gómez merodeando y Oskarsson de ratón de área. El punta ha resultado más decepcionante que otra cosa, si bien no se le puede negar el olfato. Así empezó Isak, salvando las distancias, y ahora en la Premier preparan maletas repletas de billetes. Ante la falta de sustancia, la anécdota siempre pinta: Batalla levantó a pulso a Aritz, mientras se quejaba de un penalti inexistente. El portero está en buena forma, en cualquier contexto.

Mientras el fútbol aguardaba hasta ofrecer un mayor espectáculo, el fondo de animación guardó un minuto de silencio por el aniversario del 11-M, bajo las pancartas con el lema: "No olvidamos, no perdonamos". Todos se sentaron en su butaca en un lugar en el que estar de pie forma parte del culto y todo el estadio rompió a aplaudir. Siempre en nuestro recuerdo.

Entre tanto, el partido, algo frío, por fin dejó un acontecimiento de renombre. Sergio Gómez botó un córner perfecto a la pierna de Zubimendi, que voleó a la red. Un gran tanto si se dibujara con monigotes en tres dimensiones, pero que esconde un gravísimo error de marca del Rayo Vallecano. Iñigo ya ha avisado en alguna ocasión de esos despistes que tan caro han costado y esta vez no va a ser menos. El tren de Europa solo pasa una vez y en Vallecas ya están cerca de dejarlo pasar. Tampoco iba a frenarlo una Real que se atrincheró atrás y cortó una y otra vez las intentonas de un Rayo más impreciso que de costumbre, errático en tres cuartos y sin sensación de agobio pese a manejar el balón.

Óscar Trejo es media franja

La segunda mitad ya comenzó con otro color para el Rayo. Principalmente porque atacaba al lado del fondo, que siempre viene a ser como empezar con 1-0. Si un chut de Álvaro García desde su casa que acabó en córner ya llevó a todo el estadio a cantar: "Ahora, ahora, ahora Rayo ahora". Más arriba se vino el público cuando una gran conexión entre Chavarría y Álvaro por la izquierda llevaron a Remiro a estrenarse en el partido. Y lo que le quedaba. Para colmo, Iñigo tenía el día atrevido. Fuera el chándal y al campo Etienne Eto'o. No jugó en el Bernabéu y ante la Real a jugar en el 55'. Antes, un pequeño susto: una contra letal y Barrenetxea a la red, pero en claro fuera de juego.

El hijo de Samuel tiene cosas de delantero centro. Van en la sangre. Quién sabe si en la genética. La primera que tuvo estuvo cerca de rematarla. Tras caer al suelo, se levantó de inmediato y corriendo a presionar. La segunda acabó en gol. No contará ni mucho menos como asistencia, eso es mérito de Ratiu. Pero hay que reconocerle la labor: atrajo a los defensas como solo un 'killer' sabe, lo que dejó solo a Trejo. El excapitán chutó con toda la rabia del mundo a la red y lo celebró emocionado, dedicándolo una y otra vez a la zona de familiares. Es su primero de la temporada en Liga. Ya no es el de antes, aunque mantiene el espíritu. Vallecas se rindió a él, en un estadio que rara vez se canta a un jugador. Esa reacción dice muchísimo más que un gol y él lo sabe mejor que nadie. Pocos han vivido así la franja.

El Rayo de las dos generaciones por supuesto tendría que dejar alguna de Etienne Eto'o. Tuvo un mano a mano que Muñiz Ruiz dejó seguir, aunque la jugada podía haberse anulado veinte segundos antes. Siempre se dice que esta clase de acciones pueden acabar lesionando a un jugador y nunca se habla de lo que puede implicar para una afición. El estadio casi se viene abajo. La Real Sociedad, mientras, estaba desconectada del partido. Poco balón, ninguna ocasión, incluso dejando la sensación que el Sevilla mostró bajo el césped de Vallecas: ¿conformismo?, ¿equipo plano?, ¿incluso mediocridad?

Menos mal que tiene Imanol a Kubo, un futbolista de vieja escuela, que no sabe jugar si no va de la mano de disfrutar. Casi de la nada se sacó de la bota una clara ocasión que recordó al Rayo que está bien ir hacia arriba siempre y cuando lo de abajo sea lo primordial. Si no fuera por su naturaleza, claro. Como lo importante siempre es intentarlo, Pedro Díaz probó con un disparo desde fuera del área que así, de repente, acabó en gol. Quedó algo perplejo, quizás ni lo esperaba. El equipo enloqueció celebrando. Segunda parte atacando en el fondo y remontando. Ni en el mejor guion en la gélida tarde madrileña.

Todo iba tan bien que algo tendría que salir mal. No solo en Vallecas hay canteranos de renombre. Imanol necesitaba un poco de la chispa que quizás sus gladiadores habían perdido y llamó a filas al canterano Mariezkurrena. Dicho y hecho, aprovechó un rechace para poner unas tablas que los suyos llevaban un tiempo sin merecer, ¿pero acaso alguien se acordará mañana que en Old Trafford no fue de recibo el 4-1?

La ficha del partido:

  • 2- Rayo Vallecano: Batalla; Ratiu, Aridane, Lejeune, Chavarría; Pedro Díaz (76' Pacha Espino), Pathé Ciss (76' Óscar Valentín); De Frutos (76' Embarba), Trejo (62' Unai López), Álvaro García; Sergi Guardiola (55' Etoo).
  • 2- Real Sociedad: Remiro; Aramburu, Zubeldia, Aritz, Javi López (46' Aihen); Olasagasti (76' Mariezkurrena), Zubimendi, Sergio Gómez (90' Marín); Kubo, Oskarsson (63' Oyarzabal), Barrenetxea (63' Turrientes).
  • Goles: 0-1 Zubimendi (20'), 1-1 Trejo (58'), 2-1 Pedro Díaz (72'), 2-2 Mariezkurrena (80').
  • Árbitro: Muñiz Ruiz, con Martínez Munuera desde el VAR. Amonestó a Javi López, Sergi Guardiola, Barrenetxea, Pacha Espino y Lejeune.