Los cuatro indicios que muestran cómo Joan Laporta estaba detrás del Reus: "Si lo hubiésemos vendido, todo habría acabado bien"
El presidente del FC Barcelona avaló un crédito, firmó documentos y declaró en primera persona en la fase de instrucción.

"Nunca he gestionado el Reus, no he sido socio del Reus, no he ido a ningún partido oficial del Reus, no he ido nunca a ningún consejo de administración del Reus ni formo parte de la junta directiva ni del consejo". Las palabras son de Joan Laporta en el programa Cercle Central de Reus TV en 2021. En 2019, LaLiga de Javier Tebas había confirmado la liquidación del club por impagos y finalmente un año después quedó disuelto después de haber entrado en concurso de acreedores. Esa fallida aventura económica bajo la presidencia de Joan Olivé, socio en varias empresas con Laporta y exdirector general del Barcelona, siempre se había relacionado también con el abogado, pero el presidente le negaba por activa y por pasiva... hasta que el documental 'Laportagate' ha podido obtener evidencias de que el presidente del FC Barcelona estaba al corriente de todo y se hacía también suyo el proyecto.
En 2014, Joan Olivé y la empresa Core Store, formada por el propio empresario, por Joan Laporta, Rafa Yuste y Xavier Sala i Martí, y que fue fundada en 2011, adquieren el Reus Deportiu. En 2016 logra el ascenso a Segunda A, pero empiezan pocos meses después los problemas de impagos. En 2019, venden el club sin coste a unos americanos que lo único que hacen es certificar su defunción. En esos cuatro años, hay hasta cuatro indicios, según se detalla en el documental, que muestran cómo Laporta conocía lo que se hacía y estaba vinculado económicamente.
Del aval bancario a las confesiones en los juzgados con una firma
El primero de ellos es un aval bancario que necesitaba el Reus para obtener una póliza del Banc Sabadell. "Pedí su ayuda personal en un momento en el que se jugaba la posibilidad de no ser inscrito en Segunda División la temporada 2018-19", explicó en su momento Olivé. En la auditoria que se efectuó tras la desaparición del Reus se pudo comprobar como a Laporta el club le debía 377.802 euros por avalar una póliza. Era habitual esta relación de dinero entre los propietarios y el club. Incluso, en esas deudas, aparece una ferretería ubicada en Barcelona -Nera Global- que está a nombre de Rafa Yuste, actualmente vicepresidente deportivo del Barcelona, a la que se le debían más de 40.000 euros; y el Reus le debía 1.157.229 euros al BIT, el club chino que también era propiedad de CSSB Limited, empresa con sede en Hong Kong, y de Core Store, todas ellas de los cuatro socios: Laporta decidió salir en 2019 de Core Store. La vinculación económica era evidente.
Más allá del aval bancario, hay un documento de compra de accionistas de un inversor, el hermano Tartas, en el que aparece directamente la firma de Joan Laporta como miembro de la sociedad CSSB Limited propiedad del club chino BIT. Tanto el BIT como el Reus eran vasos comunicantes y mantenían una estrategia de gestión idéntica al tener la misma matriz. De hecho, el director general del club chino era Bryan Bachner, ahora director de Barça Vision en la entidad azulgrana, y acusado por una intermediaria de estar en la entidad porque el propio Laporta le debe dinero y así le compensa. Joan Sentelles y Pere Mellado tenían cargos en el Reus y ahora están con Laporta en el propio Barcelona.
El tercer indicio es el papel que juega en este asunto su buffet de abogados. Como explican los inversores que han denunciado la estafa agravada, independientemente de si su dinero iba para el Reus o para el BIT, era la empresa de Laporta la que se encargaba de tramitar todas las comunicaciones y los pagos de los intereses, como aparecen en los documentos que se muestran en el documental.
El último de los puntos son sus declaraciones en la fase de investigación delante del juez, algo que para el director del documental, Andreu Rauet, es una "sorpresa" porque hasta ese momento el presidente del Barça lo había negado siempre. Laporta habla en primera persona del Reus, como se escucha en una de sus primeras intervenciones: "Cuando se sube a Segunda teníamos una oferta de compra, y le dijimos a Olivé que era momento de vender. Pero él quería ir a Primera. Si lo hubiésemos vendido, todo habría acabado bien. Se hizo el esfuerzo y pasó la pandemia y eso hizo que el proyecto fuera a menos".
Una última frase que no se ajusta a la realidad. Los primeros problemas en el Reus aparecen en 2016 y es en enero de 2019 cuando los inversores deciden vender el club. Poco después es expulsado de LaLiga, entra en concurso de acreedores y en 2020 se disuelve. Todo eso es antes de la pandemia y no después, como cuenta Laporta. Ya al final de su estancia, a Olivé se le acusa de beneficiarse económicamente del Reus: "Durante los años 2018 y 2019 pedí ayuda a personas y empresas de mi entorno para que ayudaran a sacar adelante al club. En concreto, la empresa Core Store SL hizo varios préstamos al Reus", dijo, negando que se aprovecharán.
La deuda creció hasta 5,6 millones con un final esperpéntico
Una vez se produce el ascenso del Reus, en la temporada 2015-16, la deuda del club fue ascendiendo hasta 5,6 millones de euros con pérdidas todas las temporadas. Desde el año 2016 tenía problemas de pago, aunque fue ese año cuando se inició la búsqueda de inversores para la entidad prometiéndoles una rentabilidad del 6%. Cuando entró en concurso en 2019, la deuda del equipo de fútbol era, a corto plazo, con 3,1 millones comprometidos con la banca, otros 863.000 en compromisos financieros con terceros, 500.000 euros con Hacienda y 323.000 euros con los futbolistas.
Según se explicó en el primer documental, el Cas Reus, en la ciudad reinaba la incomprensión por la deuda generada mientras se adquiría un club chino, y por la decisión de vender la entidad a dos americanos que eran un esperpento. "Me reuní con él y quería darle la vuelta al campo", explican algunas fuentes.