Lo que se cuece en el Barça: la realidad salarial pone a Bernal por delante de Kimmich y la sombra de Arabia vuelve a ser alargada
El conjunto azulgrana, pese a estar ya en el 1:1, todavía no está para hacer alardes.

El 27 de febrero, tres días después de que su ex entrenador Hansi Flick celebrase en Barcelona con su staff su 60 cumpleaños, el Bayern montó una fiesta memorable para conmemorar su 125 aniversario en el Paulaner Nockherberg. Más de 600 invitados, naturalmente con todas las leyendas del club bávaro presentes y los familiares de míticos fallecidos multicampeones como Beckenbauer o Gerd Muller. Con un protagonismo relativo, los mandamás del fútbol mundial con Gianni Infantino, presidente de la FIFA, al frente. Karl Heinz Rummenigge, exjugador y expresidente del Bayern, encontró como miembro del Comité de Vigilancia del Club el momento para hacer un aparte con Infantino y hablarle muy, muy seriamente de la implantación del 'salary cup' que es lo que aquí llamamos 'tope salarial'.
Y es que el Bayern entiende que los clubes estado de Europa que compiten con ellos y el descontrol absoluto del poderío económico de Arabia Saudí ponen en serio peligro el futuro de los clubes que no son propiedad de multimillonarios siderales que tienen en jaque a los equipos que, hasta ahora, eran la referencia del fútbol mundial. De hecho, el propio Bayern ya ha fijado su techo salarial y no quiere que los sueldos de su plantilla superen los 300 millones de euros.
Un par de días después se supo que el Bayern había retirado la oferta de renovación a Joshua Kimmich ante la imposibilidad de alcanzar un acuerdo económico con un jugador clave del equipo que, sin embargo, tiene compañeros que ganan muchísimo más que él, por ejemplo, Davies y Kane cuyos ingresos brutos alcanzan los 25 millones. Y Davies, con oferta del Madrid, también ha decidido quedarse en Múnich con una propuesta que también supera de largo la ficha de Kimmich. Los alemanes creen, han creído siempre, que no pueden estirar más el brazo que la manga de su tope salarial y la ruptura de las negociaciones con uno de sus jugadores franquicia ha vuelto a disparar todos los rumores sobre el futuro de Kimmich. Automáticamente apareció en escena el Arsenal de Mikel Arteta (para suplir a Jorginho, que acaba en junio) y, cómo no, el Barcelona quien, aparentemente, siempre ha tenido a Joshua como objetivo preferencial.
Bernal, por delante de Kimmich
Pues bien, salvo que la tierra se vuelva plana (que en fútbol a veces pasa), Kimmich no vestirá de blaugrana por varios motivos. Laporta y Deco están en la regla 1:1 pero no tiene 'fair play' para hacer alardes mientras no se produzcan nuevos ingresos y, deportivamente, se considera que ahora no hay sitio para el alemán en el once titular. Como lateral derecho Flick prefiere a Koundé y en el centro del campo, con Pedri, Casadó, Gavi, Frenkie y compañía, no hay un hueco donde integrarle sobre todo porque, en su posición, el Barcelona tiene fe ciega en Marc Bernal (17). Este chaval, que empezó la Liga como titular, se lesionó en Vallecas el 13 de agosto, fue operado el 9 de septiembre de ligamento cruzado anterior y menisco externo de la rodilla izquierda por el doctor Monllau, y se le dieron 12 meses de baja. La evolución va muy, muy bien y los técnicos del Barcelona están seguros de que la próxima temporada tumbará la puerta del primer equipo.
Esa posición de pivote está, pues, cubierta en el Barcelona, pero Deco es consciente de que, se ganen o no títulos, hay que reforzar varias posiciones porque hay mucha diferencia entre titulares y suplentes. Digámoslo de otra manera, Kounde no tiene recambio de su nivel, Balde, tampoco. Lo mismo ocurre con Pedri, Lamine, Raphinha y Lewandowski pero, aun así, el director técnico cree que con tres/cuatro retoques el Barça tendría equipo para años pero ¿qué pasa? El Barcelona, como sabe todo el mundo, va justo, justo de dinero y de límite salarial. Tan justo que tendrá que aprovechar los ingresos por Victor Roque (25 más 5 en variables y el ahorro salario de aquí a junio) para poder renovar e inscribir a Iñigo Martínez y a Gavi, que aún juega con ficha provisional. Es decir, que el primer objetivo del Barcelona es poder, después de años, afrontar la inscripción de todos los jugadores desde el primer día. Y a partir de ahí, fichar pero ¿a quién? En épocas de bonanza, a estas alturas de temporadas, el Barcelona ya sabía a quién quería comprar, a quién quería vender y quiénes eran intransferibles. En el fútbol de hoy, en el que el Bayern quiere que la FIFA implante el tope salarial como en la NBA, y en las circunstancias de hoy, con más deuda que dinero, el Barça no puede garantizar nada de eso. Nada.
Sin presupuesto y ante la posibilidad de que Arabia se lleve a 'Lewy' o Raphinha
Hoy, 1 de marzo, el Barcelona todavía no tiene un presupuesto, ni corto ni largo, para mejorar la plantilla y teme, por otra parte, que el dinero de Arabia afecte a jugadores determinantes que, como Lewy (36) ya han ganado todo, y que de un día para otro pueden encontrarse con una oferta de decenas del millones para irse a jugar la Liga de Cristiano, Benzema, Salah y compañía. Y lo mismo ocurre con Raphinha (28) a quien los árabes ya se lo quisieron llevar la próxima temporada. El club, de momento, trabaja con la idea de que ambos se van a quedar pero eso no puede asegurarlo nadie. Ni tampoco que Araújo vaya a seguir pese a que ha renovado. El uruguayo, llevando la contraria a sus agentes, se quedó en invierno cuando los representantes ya le tenían vendido a la Juventus por 35 millones. Ronald, presionado por sus compañeros nada más ganar la Supercopa al Madrid y por el propio Flick, decidió quedarse por su cuenta y riesgo pero, eso sí, con una rebaja en su cláusula que le permitiría salir en verano si no estaba cómodo en el Camp Nou. Y difícilmente puede estar cómodo cuando no juega habitualmente. Quizás lo haga contra la Real pero, el fondo de la cuestión, es y será el mismo si no se consolida como titular. Es decir, que los 10 primeros días de julio podrá irse por 65 millones. Y si se queda, en la temporada 25-26 podría salir en ese mismo tramo por 90. Eso sí, en el bien entendido que por ese precio no saldría a ningún gran competidor del Barcelona y que a partir del 11 de julio su cláusula sería, según nuestras fuentes, de 500 millones.
Visto así, parece obvio y exacto que el Barça, tanto en lo referente a altas como bajas, vive absolutamente al día en función de las circunstancias más que en sus deseos. Tiene ilusiones (un delantero/extremo izquierdo; un 9 de categoría, mejorar los laterales) pero no sabe si en verano sus prioridades van a ser las que tiene sobre el papel o las que les puede llegar a exigirle el mercado con salidas inevitables, como las citadas u otras, por no poder competir económicamente con la propuesta del comprador y, paralelamente, necesitar ingresos para completar sus propias inversiones. Que serán, o no, las de hoy en un escenario donde se considera que está estructurando un equipo de futuro pero que está amenazado por el dineral saudí o, en menor medida, inglés que pueden arrancar pilares sobre los que Flick y Laporta quienes construir el futuro. Este verano va a ser largo y duro se ganen o no se ganen títulos. Si levantan porque el cartel de los mejores alcanzará un papel protagonista y si no se ganan puede que algunos futbolistas importantes, dada su edad, opten por el dinero seguro en vez de por la gloria prometida.