ATLÉTICO

Los datos (y la sensaciones) lo confirman: el rendimiento de Griezmann afecta a todos

La lesión del francés complica aún más las aspiraciones de un Atlético que sufre cuando el atacante no está fino.

El Cholo le pregunta a Griezmann cómo está tras su lesión en Milán. /AFP
El Cholo le pregunta a Griezmann cómo está tras su lesión en Milán. AFP
Marcos Durán

Marcos Durán

El fútbol es un juego de equipo, pero hay piezas que, si no están bien, si no están finas, terminan por afectar a todo un grupo. En el Atlético de Madrid el capitán del juego, el hombre referente en ataque y el que tiene que marcar las diferencias es Antoine Griezmann. Y si Griezmann no está bien, el equipo se resiente. Si Griezmann no está bien, el equipo tiene menos calidad en los metros finales. Si Griezmann no está bien, el Atlético tiene menos posibilidades de ganar, esa es la realidad.

Tras la Supercopa (donde marcó ante el Madrid), Griezmann tuvo buenos partidos y malos partidos, jugando muchos minutos, descansando poco y regulando sus fuerzas dentro del campo, algo que Simeone siempre ha alabado, aunque contra Las Palmas antes de la Champions decidiese que no juegue ni un sólo minuto. Tras aquella semifinal en Arabia Saudí, Griezmann fue decisivo (por ejemplo contra el Madrid en Copa) pero también se vio que sus acciones no eran tan finas como los últimos meses de 2023.

El 2024 de Griezmann está siendo irregular y eso contagia a sus compañeros. Porque el francés, tras la Supercopa, está teniendo número similares a los de antes... pero las sensaciones son distintas. Desde el partido contra el Granada en Los Cármenes, el francés no había tocado tan pocos balones en el área contraria como contra el Inter en el Meazza. Sólo en dos ocasiones fue posible. Es cierto que era un partido diferente, con pocas situaciones de gol y un rival que atacó mucho, pero el planteamiento no ayudó y el francés estuvo muy lejos de las zonas de peligro.

Gol de Griezmann esta temporada ante el Mallorca.

Tras la Supercopa, de nuevo, Griezmann ha tenido ocasiones de gol, con una media de goles esperados de 0,39, un pico alto el día ante el Sevilla, con 1,57, aunque eso no se tradujese en gol. En todos los demás encuentros, nunca tuvo más de un gol esperado por partido, llegando sólo a 0,59 contra el Valencia. En ocasiones creadas, lo mismo, ante el Rayo Vallecano sí fue más incisivo pero ni ante Sevilla, ni ante Athletic (en la ida de semifinales de Copa) ni ante Inter, creó alguna chance. Y el equipo lo nota.

El rendimiento global del equipo

Entonces, ¿ha bajado el rendimiento del equipo tras la Supercopa y coincidido con el de Griezmann? Subjetivamente, sí; objetivamente, también. Quitando el partido contra Las Palmas, que fue más cómodo, al Atlético le está costando crear más oportunidades claras de gol y no llegó a los dos goles esperados ni contra Inter, ni contra Sevilla, ni contra Athletic, ni contra Real Madrid e incluso contra el Rayo Vallecano, a pesar de la victoria final.

El equipo de Simeone se alimenta de los buenos momentos de sus jugadores y cuando Griezmann está bien, todos a su alrededor crecen. De Paul, por ejemplo, creció mucho y mantuvo el nivel, siendo el referente en el centro del campo. En ataque, Morata y Memphis, cuando juegan con Griezmann cerca, también son mejores, pero cuando están separados de él, lo notan, porque se sienten solos y crean menos peligro.

El francés es la pieza que engrasa todo el mecanismo de Simeone. El Atlético gira en torno a él y cuando físicamente está bien y futbolísticamente también, lo nota. Ahora, con su lesión, el entrenador argentino tendrá que buscar otras opciones, pero no va a ser lo mismo. Griezmann, mientras tanto, peleará por recuperarse y llegar a la vuelta del próximo jueves en San Mamés, en la primera gran final de toda la temporada para los rojiblancos.