Una decisión meditada de Iñigo Martínez le aupó a ser líder del Barça y a volver a la Selección con el Atlético de Madrid haciendo cola
El central esperó a pesar de unas promesas que el club cumplió tarde, mientras los colchoneros rastreaban su situación. Ahora regresa a la selección española.

Una primera temporada complicada a causa de las lesiones musculares llevaron al barcelonismo a 'olvidarse' de Iñigo Martínez. Los tramos que tuvo como titular con Xavi Hernández parecían indicar que, pese a la competencia y a la futura irrupción de Pau Cubarsí, el vasco podía acabar convirtiéndose en una pieza importante. Así lo creyó Hansi Flick, que pidió su inscripción desde el primer día, tal y como contamos en Relevo. La renovación del central no se entiende sin la fe del alemán ni su paciencia. Se ha ganado regresar a la selección española.
No iba convocado con La Roja desde diciembre de 2023. Su nombre llevaba meses sobrevolando la posibilidad de entrar en una de las listas de Luis de la Fuente y finalmente ha sido incluido, junto a Cubarsí, Le Normand y Asencio. Por delante tiene el reto de disputar la Nations League del mes de junio. Y de sumar trofeos, con club o selección, a un palmarés que de momento cuenta con dos Supercopas. En el vestuario culer están convencidos de que pueden luchar por todos los títulos.
Para poder ser inscrito el verano de 2023, Iñigo aceptó que esta fuera por una temporada, a pesar de haber firmado por dos cursos. El Barcelona le prometió que le devolvería el favor inscribiéndole entre los primeros 12 meses más tarde. Pero las semanas fueron pasando y su situación no resolvía, con Deco a vueltas a cómo cuadrar las cuentas del fair play e intentando moverse en el mercado al mismo tiempo. La situación económica del Barcelona puso nervioso a más de un futbolista de la plantilla.
Fue Flick quien acabó dando el último empujón. El alemán marcó la inscripción de Iñigo como prioritaria y el club movió hilos para normalizar su situación a escasas horas de que el equipo viajara a Mestalla para el estreno en Liga. Iñigo, por otro lado, es de los que tenía pretendientes. El Atlético de Madrid, que todavía a día de hoy sigue buscando un central zurdo, está satisfecho con el rendimiento de Clément Lenglet pero sabe que será muy complicado seguir contando con él.
Convencido de por qué apostó por el Barcelona
El nombre de Iñigo estuvo apuntado en la agenda rojiblanca. Un año atrás, en la comisión deportiva blaugrana, por motivos económicos, muy pocos tenían el cartel de intransferibles. Incluso grandes jerarcas que a día de hoy lideran el equipo. Por si el club quería acabar reteniendo a Joao Félix, se abría la posibilidad de abaratar su incorporación -o la prolongación de la cesión- ofreciendo a Iñigo. Pero él tenía claro por qué había apostado por cambiar Bilbao por Barcelona. Nunca llegó a plantárselo.
A medio camino entre la urgencia y la confianza, Flick diseñó la defensa que domó los fueras de juego con Iñigo y Cubarsí en el eje. Ronald Araujo no quiere verse con la etiqueta de suplente, pero sabe que el ex del Athletic parte con cierta ventaja. Además, Eric Garcia se ha ido ganando los minutos, mientras que a Andreas Christensen pocos le esperan, sumido en un desesperanzador espiral de problemas musculares. Aquellos que han seguido la formación de Cubarsí aseguran que "Iñigo es la pareja que mejor le puede ayudar a seguir creciendo".
La renovación como premio
En el contrato estaba estipulado que la renovación de Iñigo hubiera sido automática en caso de que hubiera disputado el 60% de los encuentros de la temporada. Con unos cálculos aproximados, le quedaban unos pocos por cumplirlos, pero el club decidió pulsar el botón de la renovación antes de que fuese efectivo y una vez liberado espacio salarial. Con Deco pendiente de resolver el puzle defensivo de cara al verano, Iñigo se reafirma como una pieza clave hasta 2026. El próximo mes de mayo cumplirá 34 años.
Al gran rendimiento de este curso se le ha sumado su estreno goleador. 'Debutó' contra el Young Boys, en Champions League, y volvió a mojar contra el Estrella Roja -donde fue elegido MVP- y el Atlético de Madrid, en las semifinales de Copa del Rey. Aquellos que conocen bien al central sabían que los goles acabarían cayendo, pues solo las temporadas 17/18 y 18/19, además de su primera como blaugrana, se quedó en blanco. Está a un solo gol de igualar su mejor registro, cuatro tantos.
Hay futbolistas que suman puntos cuando se les ve en directo y no por televisión. Iñigo es uno de ellos. Es una pieza importante y respetada en un vestuario muy joven y la categoría de líder la traslada también dentro del campo. En vivo, se ve claramente que es el encargado de coordinar presiones desde atrás y de gritar a sus compañeros cuándo dar un paso al frente para hacer caer al rival en fuera de juego.
El impulso en el inicio de temporada con Flick no se entiende sin él. Las diferencias con Araujo, que todavía necesita sumar kilometraje en este sistema, son evidentes. Iñigo se quedó cerca de disputar los 180 minutos de la eliminatoria contra el Benfica. Flick lo sustituyó en el suspiro final del partido de vuelta. Y el Lluís Companys le aplaudió con su primera gran ovación. Un gesto que él agradeció.