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Una decisión inesperada de Peter Lim pone en evidencia el inmovilismo en las oficinas del Espanyol

Sumido en el descenso, el presidente del Valencia ha decidido invertir mientras en la entidad perica no se esperan sorpresas.

Una pancarta durante un encuentro de la temporada anterior frente al Mirandés. /GETTY
Una pancarta durante un encuentro de la temporada anterior frente al Mirandés. GETTY
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Hace ahora nueve años, Chen Yansheng seguía los pasos de Peter Lim y se convertía en el propietario del Espanyol como el de Singapur había hecho meses antes con el Valencia. Un proyecto bajo la bandera de la Champions que acabó con las penurias económicas en las que estaba inmersa la entidad blanquiazul, en número rojos por el lastre del RCDE Stadium, y pretendía también dar por finalizadas las horas bajas en el césped aunque en la pasada edición de la Copa del Rey alcanzase las semifinales. No había mayor reto que la supervivencia hasta que llegó el dueño de Rastar Group.

Ha llovido tanto desde aquello que ahora los socios de ambos equipos quieren echar a sus dirigentes, sumamente críticos en Valencia, donde incluso boicotean una Junta de Accionistas; más comedidos en Cornellà, donde protestan en el consulado chino y cantan su marcha en cada partido. Y, ahora, una decisión inesperada de Peter Lim pone más en evidencia la dejadez del propietario del Espanyol desde su primer descenso y la llegada de la pandemia.

Lim ha decidido mover ficha para evitar el descenso. No es garantía de éxito. Y se lo pueden preguntar al propio Espanyol, que en enero de 2020 se gastó 43 millones de euros en fichar a RdT (22,5), Leandro Cabrera (9), Adrián Embarba (10) y Oier Olazábal (1,5). Los resultados no mejoraron y el equipo blanquazul cayó el pozo con un peaje difícil de pagar y que sigue arrastrando. Pese a ese precedente -hay otros que han resultado exitosos-, hay en Lim una voluntad de invertir o de al menos disparar la última bala con un nuevo técnico y reforzar el equipo. En el Espanyol, de momento, la propiedad no se sale del guion de los últimos años.

Mientras el Valencia se guardaba una parte de su límite salarial -14 millones- y el sueldo del entrenador saliente y entrante se acumula para la próxima temporada, el Espanyol apenas tiene margen después de dar pérdidas en los últimos ejercicios y seguir con sus ingresos congelados. La inversión del presidente existe pero solo para inyectar dinero y equilibrar los balances, y para recuperar los créditos, claro, mientras que la política de vender activos y optar por jugadores cedidos o que acaben contrato es el camino que lleva emprendiendo el Espanyol desde aquel descenso. Caminar en el filo siempre.

"Lo fácil sería apostar todo a una temporada, gastar todos los recursos e hipotecarse en exceso. Barça y Madrid teóricamente nunca van a descender, por eso pueden apostar todo lo que tienen porque el riesgo es muchísimo menor. Si nosotros asumiéramos ese riesgo no tendríamos herramientas en el momento de una crisis real", explicó Mao Ye, el CEO, recientemente en Expansión, al margen de otros argumentos que priorizaban el control económico por encima de las inversiones extraordinarias.

La desinversión va acompañada de los milagros deportivos

El Espanyol invirtió el pasado verano 400.000 en la cesión de Irvine Cardona, según Transfermarkt, en la ventana de invierno pasado no realizó movimientos, mientras que en el verano de 2023 invirtió 3,7M para fichar a Pere Milla y Salvi Sánchez, jugadores que ahora no están entre los favoritos de Manolo González. Anteriormente, el club no evitó el descenso pese a invertir cinco millones en José Gragera, Dennis Suárez y Fernando Pacheco. Y la llegada finalmente de un César Montes que costó ocho millones pero a pagar a partir del siguiente verano, cuando fue vendido por 13 al Almería. Una operación que le hizo a Fran Garagarza ganar mucho crédito ante Chen, unidas a las ventas de Simo, Koleosho y Darder, para en total aportar unos ingresos de 33,30 millones.

Pero para esta ventana no se esperan movimientos. La dirección deportiva busca un delantero y un centrocampista como prioridades, pero todo ello a coste cero, especialmente pondrán el ojo en cedidos o jugadores que puedan rescindir su contrato. No hay más margen. Incluso Manolo González, que cuenta con la confianza de la plantilla, continuará pese a que el equipo perico sigue en zona de descenso.

Por el momento, han contactado con Sergi Guardiola, que quiere salir del Rayo Vallecano, pero no hay progresos por el momento. Es el perfil que busca la dirección deportiva: jugadores que quieran abandonar sus clubes por falta de minutos para ayudar al Espanyol a salvar la categoría. Transitar por la cornisa de nuevo, como el Valencia, aunque Lim se haya ahora esforzado en intentar mover el árbol para salvar la situación.