Entre las dudas y la confianza: la inestable situación de Diego Alonso antes de su primera gran final
La figura del técnico queda muy tocada por los malos resultados y sus decisiones en los partidos. El club de momento apuesta por trasladar confianza.

No arranca el Sevilla de Diego Alonso, que en el Reale Arena además sumó su primera derrota en LaLiga. Ni el mensaje optimista del entrenador en la sala de prensa, que repitió de nuevo en San Sebastián, tapa las carencias del equipo y también de las decisiones del propio técnico. Si el principal problema es la falta de resultados, con un equipo que no ha mostrado síntomas de mejoría tras el cambio en el banquillo, a Alonso ya se le discute el manejo de determinadas situaciones de partido que no han ayudado a mejorar la cara del equipo sevillista.
Con todas estas circunstancias que han minado el crédito del uruguayo, el Sevilla afronta este miércoles su primera gran final de la temporada. La continuidad en Europa está en juego en el duelo ante el PSV, ya sea manteniendo las aspiraciones de pasar a los octavos de final de la Liga de Campeones o la pelea por la tercera plaza, que tiene el premio menor de continuar en la Europa League y que, al menos, garantizaría unos ingresos económicos necesarios para la entidad.
De momento, la dirección deportiva encabezada por Víctor Orta trata de mostrarle confianza para que, a pesar de la carencia de resultados positivos, el técnico siga trabajando para conseguir la idea de juego que quiere y se llegue hasta los resultados necesarios. Entienden por tanto, que uno de los problemas de los últimos meses es que se ha ido buscando acabar con la mala inercia a base de decisiones algo precipitadas que ha instalado a la entidad en una histeria irrespirable.
Salvo en el estreno ante el Real Madrid, el Sevilla de Diego Alonso ofrece síntomas preocupantes. Desde las puestas en escenas en los partidos, repitiendo en Anoeta nuevamente una desconexión inicial que acaba costando cara, a las propias alineaciones o los cambios que el entrenador ha ido introduciendo en los partidos, que tampoco han aportado soluciones para que el Sevilla opte a ganar algún partido.
En San Sebastián se repitieron todas esas circunstancias, que ya habían aparecido en encuentros anteriores. Con un once inicial muy veterano, que incluía a los cuatro capitanes por encima de los 35 años, el Sevilla concedió un gol a los dos minutos de partido para luego encajar el 2-0, como ya ocurriera también en Cádiz. En el desarrollo del partido, tampoco se entendió la entrada de Januzaj en el segundo acto cuando mejor estaba el equipo, un futbolista que no había participado apenas hasta el momento. Luego llegarían las expulsiones de Sergio Ramos y Jesús Navas, que acabaron con las opciones de empate para el Sevilla.
No es la primera vez que ese manejo deportivo genera dudas en torno a Diego Alonso. Desde cambios en las alineaciones que generan confusión en futbolistas, como ha ocurrido en la elección del delantero y la apuesta por Mariano por delante de En-Nesyri en algunos momentos, la desaparición de Suso o Lamela, ahora lesionados, esas variaciones entre Soumaré, Sow o Fernando, que no acaban de tener continuidad ni estabilidad en el equipo, o también esos cambios en algunos partidos, como ante el Cádiz o el derbi, con la colocación de dos delanteros que acabaron empeorando el rendimiento colectivo.
Todas estas circunstancias generan runrún alrededor de Diego Alonso, que, hasta el momento, cuenta con el apoyo del director deportivo, Víctor Orta, y también de los dirigentes, que así lo fueron manifestado en las últimas semanas. Pero en el fútbol no hay entrenador que resista sin ganar y el Sevilla tiene una final el miércoles en Europa y también un importante duelo el domingo ante el Villarreal de Marcelino García Toral, precisamente otro técnico con el que conversó la entidad antes de apostar por el uruguayo.