ENTREVISTA

Aitor Ocio recuerda aquel marcaje a Kovacevic que pasó a la historia: "Hoy estaríamos expulsados en el minuto 10"

El excentral de Athletic vivió un intenso duelo con el delantero serbio de la Real en un derbi en el que los rojiblancos golearon.

Kovacevic y Ocio, durante un lance del duro partido que jugaron en 2003./Archivo
Kovacevic y Ocio, durante un lance del duro partido que jugaron en 2003. Archivo
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

Semana de derbi vasco. Semana de historias y anécdotas de un enfrentamiento que ha sido decisivo para ganar ligas, evitar descensos o títulos coperos más recientemente. En uno de ellos, hace ya más de 20 años, la Real Sociedad llegó a San Mamés invicta y líder… hasta que se encontró al Athletic Club de Heynckes. El técnico alemán tenía un plan: parar a Darko Kovacevic y Nihat, los dos atacantes txuri-urdin que habían enamorado a todos en una primera vuelta espectacular. A la vieja usanza con sendos marcajes individuales.

A Ocio le tocó el serbio. Un delantero fuerte, de contacto, luchador. "Es lo más ingrato del fútbol", dice el central rojiblanco sobre los marcajes al hombre. Pero asumió, como con todo lo que pedía Heynckes. "No quedaba otra, ni levantabas la vista del plato", contó en una extensa entrevista con Relevo publicada ayer. Aquella pugna entre el atacante del conjunto donostiarra y el central quedaría para siempre en el recuerdo.

Por todo lo que se dieron, pero sobre todo porque el Athletic consiguió romper el invicto guipuzcoano y terminó celebrando un 3-0 en uno de los derbis más esperados. A Aitor, además, le hizo ganarse el cariño de la afición bilbaína, que incluso llegó a protestar por su salida con una pañolada en San Mamés días antes del final de temporada que aún le emociona.

Ocio recuerda el derbi en el que luchó con Kovacevic.Relevo

No es necesario hablar mucho de ese partido para que al central le aparezca una sonrisa. Sabe perfectamente por dónde van los tiros. Además, era su primer derbi, llegaba en un momento en el que no era titular habitualmente y, sobre todo, con una Real Sociedad que volaba y soñaba con levantar el título. "Lo recuerdo con una responsabilidad muy grande", dice, antes de recordar que "el míster varió un poco la idea y el sistema de juego sabiendo el peligro que tenían Kovacevic y Nihat". "Nos encomendó a Luis Prieto y a mí la tarea de marcar al hombre. Yo como central creo que es lo peor, es lo más ingrato, porque tienes que estar solo pendiente de una persona todo el partido y casi olvidándote del balón. Ese día era mi misión y salí mentalizado de que era lo único que tenía que hacer, ocuparme solo de Kovacevic".

Central y delantero se agarran en una jugada a balón parado. Archivo
Central y delantero se agarran en una jugada a balón parado. Archivo

Y pasó a la historia. No solo porque consiguió parar al delantero txuri-urdin, si no porque el Athletic acabó goleando 3-0 a los donostiarras en un San Mamés volcado que aquel día se enamoró del central vitoriano. Reconoce que fue un duelo "muy duro" y que "hoy sería inviable". "Hoy hubiéramos estado expulsados en el minuto 10. Los dos, porque fue un partido de mucho contacto. El balón a veces estaba a 20 metros y estábamos él intentando ganar la posición y yo que no la ganara. Y utilizamos todo lo que se nos ocurría", admite. Las imágenes así lo demuestran, agarrados en cada zona del campo.

En una jugada a balón parado, incluso, el serbio, cansado de los agarrones del central, le soltó el brazo hasta en tres ocasiones mientras Ocio seguía agarrando e intentando no caerse al suelo. Aun así, también considera que "fue noble". "Acabó el partido y nos dimos la mano y al año siguiente cuando coincidimos nos saludamos, nos abrazamos y nos reímos". Incluso tiene una gran anécdota para demostrarlo, según desvela. "Me hicieron llegar una camiseta de él para firmarla y por lo visto a él le hicieron llegar otra mía. Un aficionado de la Real quiso tener la mía firmada por Kovacevic y la de Kovacevic firmada por mí".

Aunque unos meses después acabase llorando por no poder continuar en el Athletic antes de firmar por el Sevilla, ese partido es uno de sus recuerdos más bonitos. Un derbi que cambió su carrera. "Tenía mucha responsabilidad porque yo no había participado tanto, no era la primera opción del míster y a partir de ahí jugué toda la segunda vuelta de seguido. Por lo que representaba el partido, por el momento deportivo de la Real y todo lo que conlleva un derbi de punto añadido fue muy bonito. Por suerte salió bien".