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El duro regreso al fútbol de Félix Garreta: "Hacer ahora vida normal es casi un milagro"

El canterano del Betis habla sobre su accidente y la recuperación posterior tras volver a jugar con el filial heliopolitano.

Félix Garreta, tras su vuelta al fútbol./RBB
Félix Garreta, tras su vuelta al fútbol. RBB
Samuel Silva

Samuel Silva

Casi un año después, Félix Garreta ha vuelto a la vida y al fútbol. De ese accidente que obligó a los médicos a forzar el coma inducido a una dura recuperación que ha tenido un final feliz con su vuelta a los terrenos de juego con el Betis Deportivo. "Mi vida estaba en peligro, pero había dos posibilidades: despertar o quedarme en estado vegetal. Hacer vida normal ahora es casi un milagro", ha confesado el catalán en una entrevista con los medios oficiales de la entidad.

Ha sido un proceso largo. Meses de trabajo en silencio desde que saliera del hospital. Primero, en solitario hasta que los médicos lo dejaron integrarse a la disciplina del grupo. Luego, poco a poco, afinando su puesta a punto, hasta que finalmente Arturo García Muñoz, Arzu, el entrenador del filial heliopolitano, pudo incluirlo en una convocatoria. Incluso el pasado fin de semana, Félix trabajó de nuevo con el primer equipo, en una muestra más de que su recuperación está siendo absoluta.

"Sinceramente, no sabía hasta qué grado llegaba lo que me había pasado. Cuando me desperté, incluso miré cuándo empezaba la pretemporada, porque no era consciente de lo que me había pasado, aunque al cabo de unos días empecé a entender que lo que me había pasado no era algo normal", ha indicado el defensa, que ha explicado cómo se produjo el accidente: "La semana anterior al accidente jugué con el Amorebieta y me sacaron tarjeta roja, por lo que no jugaba la siguiente jornada. Decidí irme a casa a celebrar mi cumpleaños con la familia y amigos, pero ese mismo día que viajé me desmayé bajando las escaleras en casa y me di un fuerte golpe en la cabeza. Los médicos me dejaron en coma inducido. Fue una situación bastante fea".

El día a día no ha sido sencillo para Félix Garreta, sobre todo en esos primeros días en el hospital. "Durante esos meses en los que todavía no podía jugar al fútbol pasé por días de todo tipo. Unos en los que estaba muy contentos y otros en los que me sentía muy enfadado conmigo mismo, porque cosas que antes hacía fácilmente, cotidianas, del día a día, me costaban o mucho esfuerzo o directamente no las podía hacer. A lo mejor pasaba media hora y no me acordaba de lo que había comido. Podía saludar a alguien y al cabo de 10 minutos no acordarme", ha explicado el defensa, que ha admitido que tampoco fue fácil para su entorno más directo: "Los que lo pasaron peor fueron mis familiares y gente cercana que fue a verme. Yo no estaba consciente y ellos sabían todo lo que me pasaba. Los doctores les dijeron que mi vida estaba en peligro, pero había dos posibilidades: despertar o quedarme en estado vegetal. Hacer vida normal ahora es casi un milagro".

Con todo, el fútbol siempre estuvo presente para Félix Garreta. La motivación para volver a jugar ha sido uno de los motores que han estado presentes durante su recuperación. "Volver a jugar al fútbol es algo que siempre tuve en la cabeza, aunque en algún momento pensé que ya no podría volver a correr", ha afirmado el catalán, que también recibió un impulso cuando volvió a entrar en una lista de convocados: "El hecho de volver con el equipo y jugar algunos minutos ha sido muy importante. En los últimos meses sólo fueron noticias buenas. Mi reto es volver al punto en el que estaba antes. Aún no lo he alcanzado, pero estoy en el camino y mi objetivo, por suerte, sigue siendo el mismo, llegar a lo más alto y quedarme ahí. Pero he tenido que ir dando pasos pequeños en este tiempo. Ahora estoy más tranquilo porque veo que los resultados van llegando, pero ha sido duro llegar hasta aquí".

Una experiencia para toda la vida. Un recuerdo imborrable que incluso ha cambiado su percepción del día a día. "Veo a mi familia, amigos y pareja igual que los veía antes, pero ellos a mí no me ven de la misma forma. Siento que me tienen más cariño, más aprecio, es lo que noto y lo agradezco mucho. Soy muy feliz y sólo puedo darle las gracias a mi familia. De todo hay que sacar el lado positivo. Esto me ha enseñado a valorar las cosas mucho más. Valoro el triple las cosas, los detalles como un simple saludo. Estaré eternamente agradecido a los médicos y fisioterapeutas que me trataron", ha señalado Félix, que también recibió el apoyo de los béticos: "A la afición del Betis sólo puedo darle las gracias. Indirectamente, me ayudó muchísimo".