Embarba y el secreto de su golpeo a lo Cristiano Ronaldo

Adrián Embarba tiene el móvil que echa humo. No es para menos. Ayer jueves, en el Power Horse Stadium, el futbolista del Almería anotó frente al Girona uno de los goles de la temporada. A 34 metros de la portería de Juan Carlos, el centrocampista madrileño se sacó de falta un sorprendente derechazo. "¿Golpeo a lo Cristiano? Me lo dijeron bastante, incluso en el vestuario. Imagínate la cantidad de mensajes que he tenido. Pero mientras sean así, que tenga el móvil lleno todos los días", confiesa, entre risas, Embarba a Relevo.

Un día después de la victoria por 3 - 2 ante el Girona y de esa genialidad, la pregunta era clara. ¿Cómo hay que pegarle al balón para que coja esa parábola? "Es meterle el empeine, también juego con la válvula del balón. Siempre la busco y la intento colocar en la zona de golpeo. Es intentar, con la parábola, echando el cuerpo hacia delante, que el balón, a la que suba, caiga luego y haga ese extraño que hace. No sé si es por eso o por el golpeo, pero salió perfecto", cuenta quien hasta el partido ante los gerundenses no había estrenado su casillero anotador en Liga.

Uno, dos, tres y así hasta diez tiros de falta por entrenamiento. A Embarba le gusta practicar ese tipo de golpeo y aunque "muchos se van a las nubes", éste le salió a la perfección. "En los entrenamientos, cuando me quedo pegando tiros con los porteros, me lo dicen, que como coja puerta esa es muy difícil". El jueves, ya con la tensión de un partido oficial, pudo corroborarlo Juan Carlos: "Me han dicho que el portero era amigo mío; como he jugado con Juankar (Juan Carlos) muchos años... Él me comenta que el balón se le mete entre los focos y que eso le impide ver. Cuando lo veo en directo pienso que se iba por encima del larguero. De repente, cae muy rápido y es complicada para él incluso estando a esa distancia".

Desde su área técnica, Rubi, que este año no le ha dado la titularidad absoluta, no daba crédito ante lo que acababa de ver. "Me dijo que nunca había visto un gol así en directo, que es el tanto más espectacular que había visto". Terminado el encuentro, todos las cámaras apuntaban hacia él. Por eso, cuando regresó a los vestuarios, sus compañeros ya se habían marchado. "Llego y la gente ya lo había celebrado y todo. Me tocó hacer las entrevistas a pie de campo y algunos ya se habían ido a casa". Él todavía tenía que responder a los casi 100 mensajes que tenía en el móvil.

"Ahora, el equipo rival va a tener cuidado de hacer faltas de medio campo hacia delante", bromea. Si las pega todas como esa, a ver quién se atreve a decirle que no las tira. De momento, él se conforma con que su equipo ya no duerme en la zona de descenso.