LALIGA | CÁDIZ - GRANADA

La otra cara de Sandoval, el entrenador 'milagro': "Está anticuado, es más de 'vamos a ganar por vuestros hijos y por la Virgen'"

Varios jugadores entrenados por el técnico madrileño, que busca ahora salvar al Granada, radiografían su personalidad en Relevo.

Sandoval, durante un entrenamiento del Granada./EFE/Miguel Ángel Molina
Sandoval, durante un entrenamiento del Granada. EFE/Miguel Ángel Molina
June Lavín

June Lavín

José Ramón Sandoval (Madrid, 1968) buscará hacerlo de nuevo. No es tarea sencilla, pero los antecedentes demuestran que es posible. El madrileño, que empezó "en el barro", es todo un experto en lidiar con situaciones desfavorables ("las patatas calientes las salva como nadie", dice Aythami Artiles). Y así lo certifica su historial. De "carácter fuerte", conseguir la permanencia con el Granada es su próximo reto. Este es, a través de diferentes testimonios, un repaso de su carrera. También de su personalidad. Relevo se ha puesto en contacto con más de 25 futbolistas que coincidieron con Sandoval y sólo ocho de ellos han accedido a hablar. Según deducimos de todas las conversaciones, el técnico madrileño no habría dejado buen recuerdo entre algunos de los jugadores a los que dirigió.

José Ramón Sandoval, sobre la salvación del Granada este curso.

Sandoval empezó en el CD Humanes. Lo hizo a los 28 años, en 1996. Después, también pasó por el Parla, a quien llevó a Tercera División, repitió en el Humanes y probó suerte en el Atlético de Pinto. "Saca el máximo rendimiento a sus jugadores", resume Rafa García, que coincidió con Sandoval en el Getafe B, Rayo B y Rayo Vallecano. Diez años después, en 2006, llegó a la cantera del Getafe para hacerse cargo del primer filial. Lo mismo hizo en el Rayo Vallecano un año después. Asumió las riendas del filial rayista, disputó una final de Copa Federación y obró el milagro con el ascenso a Segunda B. Todo eso le valió su llegada al banquillo del primer equipo en la temporada 10-11. "Choqué bastante con él. Yo no me callaba las cosas que veía...", indica un jugador al que dirigió en la primera plantilla de La Franja. "Es muy pasional", agrega Chechu Dorado.

Esa temporada, pese a los éxitos deportivos que vivieron su punto álgido con la consecución del ascenso a Primera en la jornada 40, estuvo marcada por diferentes polémicas extradeportivas: los jugadores no cobraban ("estuvimos año y medio sin hacerlo"), los encontronazos en el vestuario eran "algo habitual" y el ambiente era "tenso". Sin embargo, además de subir de categoría, el Rayo de Sandoval consiguió la permanencia la siguiente campaña (11-12), curiosamente después de ganar al Granada en la última jornada por 1-0.

"Iba en bici a Vallecas, vestido con maillot y culotte"

La directiva del Rayo decidió no renovarle y recaló en el Sporting. Allí permaneció casi dos temporadas (12-13 y 13-14), hasta mayo de 2014, cuando fue cesado. A la hora de enmarcar su personalidad en Gijón con ayuda de jugadores a los que entrenó, de los cinco consultados ninguno ha querido hablar. Periodistas que siguieron al equipo en aquel momento aseguran que no habría dejado buen recuerdo, de ahí la negativa de los futbolistas.

Prácticamente un año después, en mayo de 2015, se hizo cargo del Granada, que se encontraba en una situación similar a la actual. A seis puntos de la salvación y con doce en juego, consiguió la permanencia en una hazaña que todavía se recuerda. Y que permite soñar a la afición nazarí. "Llegó con una fuerza enorme. Entró tumbando el vestuario y eso unió más al grupo. Sacamos fuerzas de donde no las había", recuerda Piti. Todos coinciden: para situaciones límites en las que "hay mucho que ganar y poco que perder", es el entrenador idóneo.

Las segundas oportunidades de Sandoval

En febrero de 2016, el Granada decidió prescindir de sus servicios. Volvió al Rayo Vallecano unos meses después, en el inicio de la 16-17, y vivió una nueva destitución en noviembre de ese mismo año. "Para proyectos largos deja más dudas porque no tiene muchos argumentos y esa energía es difícil mantenerla en el tiempo", explican. "Se enfadó conmigo cuando me fichó el Brujas. Tuvimos muy buena relación. Cuando me fui, se enfadó [risas] y casi ni se despidió. Me dijo 'si te vas tú, vamos a ir a la guerra con pistolas de agua'. Me hizo sentirme importante", rememora Jordi Figueras, a quien dirigió en su segundo año al frente de la primera plantilla rayista.

Después de un tiempo sin entrenar, aterrizó en el Córdoba, también en una situación límite. "Saca situaciones límites porque contagia un clima de confianza que ayuda al grupo", relata Álex Quintanilla, ya retirado. "Se mete en unos fregaos en los que no se quiere meter nadie", añade Álex Vallejo.

Sandoval, después de conseguir la salvación con el Córdoba. LFP
Sandoval, después de conseguir la salvación con el Córdoba. LFP

En el Córdoba, con el objetivo de eludir el descenso a Segunda B, consiguió la permanencia en la categoría de plata gracias a sumar diez triunfos, dos empates y cuatro derrotas en las 16 finales en las que se sentó en el banquillo. Pese a lo que consiguió, no llegó a un acuerdo para renovar y salió del equipo: "Que no lo renovasen sorprendió a nivel social, sobre todo por lo que había logrado. Vino Francisco y vio lo que estaba pasando en el club (presidente detenido, renovaciones anuladas, sin fichar...) y se fue una semana antes de empezar la liga. Volvieron a llamar a Sandoval...". Algo más de dos meses después de volver, el Córdoba anunció su destitución.

"En su primera temporada, antes de un partido en el que nos jugábamos todo contra el Rayo, no apareció el día de partido apenas porque estaba con los directivos del Rayo. A mí eso me cabreó bastante", recuerda Aythami Artiles, uno de los pesos pesados de aquel equipo. Además, considera que se trata de un técnico que "quema a sus jugadores, al cuerpo técnico y a los utilleros", pese a llegar con las pilas cargadas: "Llega un momento en el que no aguantas más sus formas o las maneras de dirigirse a los jugadores. Genera mal ambiente y vende humo, pero es muy listo y sabe poner a la prensa y al club a su favor".

"Quema a los jugadores, al cuerpo técnico, a los utilleros..."

"Es un carácter complicado de sostener en el tiempo", matiza otro jugador que también compartió vestuario con él. De hecho, su etapa en el Córdoba resume a la perfección qué clase de entrenador es: "Cuando necesitábamos ganar y motivación, perfecto. Pero la siguiente temporada, con un proyecto más a largo plazo, mira lo que duró... El mensaje no cala igual para siete jornadas que para 36". Conviene destacar que el Córdoba, esa temporada, vivió un auténticos caos fruto del cambio de propiedad: el presidente estuvo detenido, las renovaciones quedaron anuladas, no pudo fichar...

En marzo de 2020, tomó las riendas del Fuenlabrada. Allí, cuajó una temporada notable que le llevó a acariciar la fase de ascenso. Disputó alrededor de 40 encuentros y fue cesado casi un año después, en febrero de 2021. Y, de nuevo, segundas oportunidades: regresó al Fernando Torres en marzo de 2022 con la siempre complicada tarea de conseguir la permanencia. Pero esta vez no pudo ser. Así, volvió a ser destituido.

"No cambia su discurso hasta que matemáticamente el equipo está descendido. Está tan convencido que te convence a ti también"

"En su segunda etapa, la situación era más delicada, pero está tan convencido de sus ideas que te convence a ti también. Es un comunicador nato, le gusta sentirse protagonista", señala Cristóbal Márquez, a quien dirigió en el Fuenlabrada. Además, añade: "Apela a la motivación, al mensaje... No ahonda tanto en sistemas de juego. El fútbol ha evolucionado y él es como que se ha quedado en un término medio".

Metodología, prensa, motivación...

Después de casi 30 años en los banquillos, algunos jugadores a los que ha entrenado consideran que "no tiene equipo de trabajo" y que "no está preparado para proyectos largos porque tiene que entender que entrenar es más que una rueda de prensa el viernes por la mañana". Además, prácticamente todos coinciden en que su afinidad con la prensa responde al interés: "Para estar en esas plazas hay que saber dar jamón a todos...". Eso sí, Cristóbal Márquez, todavía en el Fuenla, cree que "eso también tiene su parte positiva, porque absorbe todo el foco mediático" y los jugadores no sienten la presión.

José Ramón Sandoval, durante un partido entre el Granada y el Atlético de Madrid. EFE
José Ramón Sandoval, durante un partido entre el Granada y el Atlético de Madrid. EFE

Su metodología, también en el punto de mira. "No está cualificado. Su metodología está anticuada, es más un 'venga, chicos, que vais a ganar por vuestros hijos y por la virgen'. No es un cuerpo técnico que trabaje en el rendimiento de jugadores, en los datos, que prepare sesiones de vídeo...", indica Vallejo, ahora en el Diósgyőri VTK húngaro. Además, un futbolista consultado responde: "Me juego una mano a que no se sabía el nombre de los equipos y de los jugadores de Primera Federación... Iba a echar la mañana".

Una franquicia de gimnasios... y su antítesis

Hijo de familia hostelera, sus hermanos estuvieron al frente de 'Coque', un conocido restaurante en Humanes, donde también entrenó, que llegó a contar con dos estrellas Michelín. También presentó, hace unos años, un nuevo negocio gastronómico que llamó 'Cuatro A Gourmet'. Sin embargo, ahora tiene un gimnasio (pertenece a una franquicia de gimnasios) que ayudó a los jugadores del Fuenlabrada durante la pandemia: "Durante el confinamiento, mandó algunas máquinas a casa de los jugadores aprovechando su gimnasio". Además, y en su etapa en el Rayo Vallecano, dedicó un chalet a la organización de bodas. "Yo me quedé a dormir varias veces. Me acogió en su casa", cuenta Rafa García.

"Isma, su segundo, es todo lo contrario a él. No le gusta hablar... Hace el trabajo sucio y silencioso, el que no se ve"

Aunque su cuerpo técnico "baila un poco", la figura de Isma, su segundo, no pasa desapercibida en los vestuarios en los que ha estado. La gran mayoría de los jugadores consultados hablan de él como "lo contrario" a Sandoval. "Isma, su segundo, es todo lo contrario a él. No le gusta hablar... Hace el trabajo sucio y silencioso, el que no se ve. Deja siempre muy buena imagen", menciona Cristóbal Márquez.

"Los jugadores hablamos y nos conocemos. Siempre preguntas y cuando muchos coinciden es por algo", finaliza un jugador al que Sandoval entrenó hace ya unos años. Con la etiqueta de 'entrenador milagro', Sandoval buscará hacerlo de nuevo. Jugadores a los que ha dirigido no descartan la posibilidad de que obre de nuevo el milagro en el Granada. "Si hay alguien que puede conseguirlo es él. Para bien o para mal, deja huella", coinciden, en un dibujo que cuenta con luces, pero también con sombras.