BARCELONA

Las "muchas cosas" que Eric Garcia hace bien para el Barça

Xavi elogia al central a pesar de los errores que han condenado al equipo en los últimos partidos.

Eric Garcia durante un partido/Getty
Eric Garcia durante un partido Getty
Albert Blaya

Albert Blaya

Que Eric Garcia es importante para Xavi Hernández es algo que queda patente dentro y fuera del verde. De todos los defensas disponibles, este inicio de curso es el que más minutos ha disputado (679) motivado también por las lesiones de Araújo, Christensen y Koundé. Pero es lícito remarcar que, con todos sanos, siguió contando para el técnico, que hoy ha recalcado en rueda de prensa que "Eric nos da muchísimo". Siempre en el punto de mira y con tres errores groseros en los dos últimos partidos, toca preguntarse qué es exactamente a lo que Xavi se refiere.

Hablar de Eric García se ha convertido en tarea complicada por la tentación de caer en lugares comunes y frases vacías, que de tan manidas alejan el foco de lo que realmente importa, y es entender en su totalidad la naturaleza del jugador de Martorell. Eric tiene 21 años y a su espalda la confianza de técnicos tan dispares como Xavi, Luis Enrique, Pep Guardiola o Koeman. En mayor o menor medida, todos confiaron en él y algo le vieron que le ha hecho ganarse un sitio en la Selección y en el Barcelona. Algo que para muchos es un complemento y no debería ser argumento, y sin embargo lo es para aquellos que entienden el juego. Su juego es un contraste de luces y sombras.

Lo más relevante es que Eric Garcia contiene una máxima: no necesita jugar mal, es decir, ser un foco de ventajas constante para el rival, para errar. El error en él es una duda razonable que amenaza en tomar forma y en un central no hay nada peor que eso, porque jugar bien no le exime de fallar en una jugada clave. Sucedió ante el Inter en el Camp Nou metiendo la pierna ante Lautaro en vez de contemporizar y se repitió en el Bernabéu con un cabezazo lleno de mala fortuna y un error repetido al volver a meter la pierna cometiendo penalti. Entonces, ¿Qué tiene que Xavi valora?

Su personalidad es algo que destaca. Un central a su corta edad y experiencia habría caído en un pozo de dudas después de haber sido objeto de críticas tan exhaustivas por cada error cometido. Y no solo no ha decaído, sino que es lícito pensar que este inicio de curso su nivel está siendo alto, mejor que en años anteriores. Hay algo muy curioso en Eric y es que para un entrenador es un jugador valioso para, poco a poco, dominar al rival. Es el caso de jugador que es mucho más valorado por el entrenador que por el público, y eso siempre tiende a restarle mérito al futbolista a la par que añadirle presión. Garcia permite robar más arriba (anticipando), ganar terreno y asentarte en campo rival (salida de balón). Es decir, te acerca a ser dominador y su forma de defender (arriesgada, valiente) lleva al Barça a parecerse a sí mismo. Todo esto pese a sus fallos, que existen y son una variable que seguro Xavi tiene en cuenta.

En este inicio de curso, Eric destaca en algunos de los apartados más relevantes de entre todos los centrales de LaLiga. De todas las veces que va al suelo, está ganando el 87% de las veces, una cifra que le sitúa en la parte alta de la tabla y lejos de su 63% del pasado curso. Gana más duelos de cabeza (2 por 1,3 del pasado curso) y con mejor porcentaje (80% por 57 del pasado curso), y es el tercer central que más presiones gana de todo el campeonato (3). El segundo que más intercepciones y entradas realiza (6,9). Con balón su impacto es incuestionable, siendo el líder en pases hacia área rival (0,52) y el segundo que más ayuda a progresar a su equipo (6 veces por partido). Datos objetivos y que sobre la mesa sostienen las palabras de Xavi. Su crecimiento es notable y aún así se señalan más sus errores, que son graves, que sus aciertos (que son relevantes) pese a la corta edad de Eric. Un central con 21 años todavía no es nada.

Los jugadores del Barça que más presiones ganan, con Eric como tercer clasificado StatsBomb
Los jugadores del Barça que más presiones ganan, con Eric como tercer clasificado StatsBomb

 

Tan cierto es que Eric ha cometido tres errores que no pueden cometerse en la élite, como que hasta estos tres errores no había cometido ninguno en sus anteriores partidos. Cuanto mejores son sus compañeros, mejor juega él, y es lógico ya que no tiene ni el nivel ni la capacidad para ser el líder de la zaga, pero sí para ser un complemento y acompañarla. Con Araújo, Christensen y Koundé, Eric es una ficha que puede encontrar su espacio, bien como central en línea de cuatro, como recambio o como tercer central cuando el partido lo requiera. Y que de todos los defensas que tiene Xavi, el mejor para jugar por el perfil zurdo es Eric. Y eso es algo que muchas veces no se analiza.

¿Puede Eric remediar sus errores? ¿Si lo hace, qué nivel puede tener? ¿Y sino es capaz de mitigarlos? Son las preguntas que el público debería hacerse y seguramente las respuestas no sean inmediatas, pues en jugadores jóvenes el error es algo más cercano. Hay dos puntos evidentes en este debate: Eric tiene una limitación física que le lleva a querer defender más lejos de la zona en la que los puntas pueden imponerse y que hay cierto halo de fatalidad a su alrededor. Bien cuando hay un pase filtrado que rebota y le gana la espalda (el gol de Isak en Anoeta) o con un cabezazo que le cae a Vinícius en la medular y termina en gol. Como si siguiendo la Ley de Murphy, todo aquello que pudiese salir mal, saliese mal. Y Eric tendrá que aprender a convivir con lo primero y mitigar lo segundo.

Pocos futbolistas están tan escrutados como Eric. Su físico y su poca apariencia a central convierten al jugador en un extraño en una posición de gigantes, de tipos rudos y fuertes que disfrutan con el contacto. Analizar a Eric se convierte en un deporte de riesgo.

Cuando un jugador se convierte en una excusa para que las trincheras de ambos bandos se hagan patentes deja de importar el jugador en sí para que solo cuente el discurso que se ha generado alrededor del futbolista. Desaparece el juego y solo queda el relato. Y en Eric se han difuminado los contornos del jugador, desapareciendo así lo que realmente importa en esta conversación. Al final, Eric demuestra que no hay un jugador sin claroscuros y que probablemente sea un poco lo que cada bando dice. Que sea su juego quien hable por él.