Cuando un escándalo de dopaje salpicó al Real Madrid con dos positivos y acabó con el médico en la calle: "Me dio dos cápsulas marrones"
El doctor José María Neyra suministró Ripped Fuel a Dani García Lara y Paco Sanz, entonces en el Castilla. El caso, que hoy cumple 30 años, se archivó sin sanción para los jugadores.
Cuando en 1996 Alfonso del Corral se puso al frente de los servicios médicos del Real Madrid, se propuso quitarle las telarañas al departamento, modernizarlo. Entre sus muchas medidas, como crear una unidad de apoyo en la nutrición, realizar pruebas de esfuerzo o montar un equipo de fisioterapeutas y preparadores físicos volcados casi las 24 horas con los jugadores, llegó a un acuerdo con una universidad para hacer controles antidoping internos. "Éramos muy, muy meticulosos en que no tomaran nada. Pero a veces algún jugador venía de por ahí fuera, se iba al gimnasio y por si las moscas… No quería que el nombre de Madrid se viera implicado en nada. Es un tema que no conocía, que no me gustaba, pero no quería que en mi etapa saltara un escándalo", admitió el traumatólogo madrileño en una entrevista reciente con Relevo.
Del Corral y su equipo llevaron a cabo un protocolo riguroso para prevenir el escándalo y huir de una sombra del dopaje que cubrió al doctor José María Neyra y al Real Madrid dos temporadas antes, un 13 de diciembre de 1994, hace exactamente 30 años. Aquel día, la Cadena Cope desveló que dos jugadores del Castilla dieron positivo en un control tras el partido contra Osasuna celebrado el 27 de noviembre. También dio el nombre de los futbolistas: Dani García Lara, que entonces tenía 19 años, y Paco Sanz, de 22. Según esta información, las sustancias prohibidas encontradas en la orina eran efedrina, seudoefedrina, catín y phenilpropanolamina.
Con la noticia en brasas, se sucedieron las declaraciones que, por un lado, pretendían dar información del hecho y, por otro, ofrecer una explicación. Una de las primeras en poner voz al asunto fue Cecilia Rodríguez, responsable del laboratorio de investigación bioquímica y control antidopaje del Consejo Superior de Deportes. Ella puso sobre la mesa la teoría: "Estas sustancias estimulan el sistema nervioso central y, aparte de sus efectos terapéuticos, mejoran sensiblemente la respiración". Los siguientes en salir fueron los dos implicados.
A Dani, la bomba le estalló en plena concentración con la Selección Sub-21 en Gijón. A Paco Sanz, en Madrid. El primero, que ya había debutado con el Real Madrid de la mano de Jorge Valdano, dio su versión de los hechos: "Me encontraba muy cansado, el campo de El Sadar estaba muy pesado y me dolían bastante las piernas. Le pedí al doctor algo para sentirme mejor, pero en ningún momento un estimulante. Me dio dos cápsulas marrones que me tomé, pero sin saber lo que eran". El relato de Paco Sanz fue similar. Aseguró que antes del encuentro arrastraba unas molestias musculares y, al habérsele terminado sus vitaminas, solicitó otras al doctor: "Me dio unas cápsulas que vienen de Estados Unidos. Tomé dos antes del partido ante Osasuna y también ante el Palamós, días antes. Estaba hecho polvo de igual forma. Pensé que eran vitaminas [en el filial blanco era común tomar Prevalon]. Si sé que dan positivo, obviamente no las tomo, está claro. Estoy sorprendido, pero confío en que no me sancionen".
Esas cápsulas marrones, procedentes de Estados Unidos, eran Ripped Fuel, un producto que no se comercializaba en España y que era muy utilizado en la época por los culturistas.
El testimonio de ambos jugadores giró las miradas hacia José María Neyra, médico del filial. El doctor se encontraba en Salónica con el primer equipo de baloncesto y al ser preguntado por el seísmo optó por sacar el capote y ganar tiempo para recabar toda la información. "No puedo opinar sobre este tema cuando estoy a 4.000 kilómetros de distancia", dijo. Aunque las flechas señalaban una praxis cuanto menos cuestionable, el médico del equipo recibió el apoyo de los suyos. Su jefe en el club, el doctor Miguel Ángel Herrador, fue el encargado de dar el mensaje institucional: "Ha sido un trágico error. Los jugadores son inocentes y se fiaron de su médico. Y estoy seguro de que él desconocía totalmente que ese producto diera dopaje positivo".
El Real Madrid no dilató el caso para obrar en consecuencia. Cinco días después de que la polémica detonara, y tras escuchar sus explicaciones durante dos horas, suspendió de sus funciones a Neyra hasta que la comisión médica del Comité Antidopaje de la RFEF no se pronunciara. El doctor asumió su responsabilidad en el caso y puso su cargo a disposición del club. "Es muy duro, pero estoy tranquilo porque no he cometido ningún delito grave. Al ser humanos, cometemos errores y eso a la vez nos dignifica", manifestó, afectado por el revuelo y, sobre todo, por manchar la imagen de la entidad. Acabó presentando su dimisión.
Tres décadas después, en una entrevista con Relevo, Dani García Lara recordó paso por paso el caso, uno de los momentos más tensos en su carrera: "Estábamos con el doctor Neyra y es verdad que tomábamos las típicas vitaminas que te dan. Luego tuvimos que ir a un juicio allí en la Federación, que aquello impone de cuidado. A ti te hablan de las vitaminas y tú te fiabas del doctor. Unas vitaminas que venían de Estados Unidos, que eran para gimnasio. No hubo ni sanción o si hubo, fue muy leve, porque había varias de las sustancias que no venían reflejadas en el prospecto. Nos tocó a Paco Sanz y a mí. Hicimos el control, yo estoy con la Selección Sub-21 y me llama José María García. Y me llama Benítez, que era el entrenador: 'Oye, que hemos dado positivo, que qué ha pasado. ¿Qué te has tomado?'. Y yo no tenía ni idea. Digo: 'Yo no he tomado nada que no me haya dado el doctor'. Y tuvimos que ir a juicio, pudimos demostrar nuestra inocencia y quedó en eso, en un susto sin más, pero te lo llevas, porque te hace hasta dudar. Decía: 'A ver si yo en algún momento he tomado algo y no me he dado cuenta o no me acuerdo'. Porque no son situaciones en las que estemos acostumbrados a lidiar".
José María Neyra fue procesado en febrero de 1995, pero finalmente el Comité Español de Disciplina Deportiva lo absolvió meses más tarde y archivó el caso. Ninguno de los dos futbolistas fue sancionado.