El otro Vinicius se agarra a Primera y quita la segunda plaza al Atlético

Cornellà albergó todos los sinsabores y regustos del fútbol. Del funeral a la esperanza. De la satisfacción del deber cumplido al desencanto del conformismo. Eso fue lo que vivieron Espanyol y Atlético de Madrid en una auténtica montaña rusa de emociones. Saúl (20'), Griezmann (43') y Carrasco (46') pusieron 0-3 a los rojiblancos y César Montes (63'), Joselu (75') y Vinicius (78') firmaron la igualada.

El fútbol, cómo no, es un estado de ánimo. El Atlético pasó de forma exponencial del regusto a la amargura y el Espanyol, de la decepción a la ilusión, aunque no terminara de remontar el partido. El otro Vinicius arrebató la segunda plaza al equipo de Simeone, que se dejó llevar protegido con el mantra de "el objetivo de la Champions lo hemos conseguido". El Espanyol se agarra a la permanencia y lamenta una vez más la actuación del VAR, que dio validez al 0-2 de Griezmann sin ofrecer ninguna toma en la que se pudiera afirmar de forma taxativa que el balón entrase. Al final, el empate dejó una emoción parecida a ambos conjuntos: rabia; de un lado, por ese gol que puede mandar a Segunda al Espanyol, y de otro, por la confirmación de lo que lo que ha sucedido todo el curso, es decir, lo que pudo ser (un equipo competitivo) y no fue.

Vinicius fue el nombre de toda la semana . Pero en este caso, Souza, fue el que devolvió al Real Madrid la segunda plaza de LaLiga. El brasileño del Espanyol consiguió en el 78' lo que casi nadie pensaba en el 46', con 0-3. El conjunto de Luis García vivió 15 minutos de puro fútbol, donde la ilusión y emoción pueden por momentos con las peores pesadillas, en este caso, en forma de descenso. El centrocampista del Espanyol firmó lo que parecía imposible, agarrarse a un hilo de esperanza para no caer en el precipicio. Su gol fue más que merecido para un Espanyol que tuvo infinidad de ocasiones, tanto con el 0-0 en el marcador, como con el 0-3. Dicen que la fe mueve montañas. Ese cabezazo de Vinicius Souza movió un milímetro una de ellas. Aunque parezca poco es mucho. La calidad de los Darder, Joselu, Puado y compañía todavía no ha dicho adiós a Primera...

Yannick Carrasco es como nuestro detective Matteo Moretto: se motiva cuando asoma el mercado de fichajes. El belga, que acaba su contrato con el Atlético en 2024, ha mostrado su mejor versión en el último tercio del campeonato. Suma ya diez goles en lo que va de temporada y es un futbolista clave para el esquema de Simeone, que no quiere desprenderse de él. Sube y baja la banda constantemente. Defiende como si fuera un '3' y ataca como si fuera un '11'. Ese rendimiento no se lo da cualquier futbolista, no en la plantilla del Atlético sino en el fútbol en general. Ése es Yannick, un atacante particular con espíritu de trabajo general, que fue capaz de correr más que nadie en el 46' tras el rechace que dejó Pacheco a disparo de Correa...

El Espanyol pasó del drama a la esperanza. Y con esa esperanza duele más la herida de lo que sucedió con el VAR, en el tiempo de añadido de la primera parte. No vimos ninguna toma convincente de que ese remate de Griezmann, que aparentemente salvó sobre la línea Pacheco, entrara del todo. A priori era la sentencia. De la derrota, condenado por una prueba dudosa del dichoso VAR, y del descenso, liquidado moralmente aunque las matemáticas dijeran lo contrario. Ese 0-2 machacó al equipo de Luis García, que salió con cemento en los pies en la segunda parte. Pero en esta montaña rusa de partido, el Espanyol sobrevivió contra pronóstico gracias a su fe y a la empanada rojiblanca en defensa. Melero López, que cometió un fallo técnico al señalar un fuera de juego tras saque de puerta, no tuvo culpa del fallo de la decisión del VAR, pero en Barcelona llueve sobre mojado con el tema arbitral...

¿Qué nota le ponemos a la temporada del Atleti? Es un debate que ronda estos días en Majadahonda. ¿Suficiente, más que aprobado o notable? Descalabro en Champions, honor en Copa y aparente subcampeonato en la mano. Para responder a esta pregunta podríamos preguntar qué jugadores del Atlético cabrían en un once del Madrid o Barça. Ahí es donde aparecen nombres como el de Saúl, un futbolista de los top a nivel salarial en la plantilla rojiblanca. Simeone se lo encontró este verano rebotado tras su mala experiencia en Londres. El club no le encontró una salida, pero el técnico rojiblanco lo vio con buenos ojos para formar parte de esa grupeta de 16-18 futbolistas que ofrezcan competencia dentro del vestuario. Ese papel, a priori y después de tantos año, no tendría que ser para el '17', pero lo ha aceptado como mejor le gusta al Cholo: trabajo y silencio. En Cornellà abrió la lata y volvió a ocupar el sitio de Lemar, por delante de Pablo Barrios.

El Barcelona no pudo celebrar el título de LaLiga en el RCDE Stadium hace diez días por otra de las imágenes vergonzosas de la temporada 2022-23, cuando más de un centenar de ultras del Espanyol invadieron el campo. Es otra mala impresión que exportamos al mundo y que podíamos también erradicar. La crisis de reputación que vive nuestro fútbol por el caso Vinicius podría servir como punto de inflexión para todos y para todo. Toca derribar los vestigios de racismo, xenofobia e intolerancia que aún perviven en la 'casa' del fútbol español. Nuestros dirigentes demuestran que cuando se quiere, se puede castigar. No tiene mucho sentido, por más que el árbitro de aquel Espanyol-Barça no reflejara los incidentes en el acta, que esa grada estuviera abierta en este Espanyol-Atlético.