ATLÉTICO - BARCELONA

Un 'espía' de La Masia que vivió una catarsis en el Atlético: "Jesús Gil, seguramente, ya hubiese echado a Simeone"

Jordi Lardín, excoordinador de la cantera del Espanyol, analiza los talentos del Barça y destaca la figura de Miguel Ángel Gil Marín.

Alberto Martínez

Alberto Martínez

Un perico como Jordi Lardín, que sufre con la caída libre y el momento delicado de su Espanyol, puede convertirse en un protagonista de lujo para el Atlético-Barcelona de esta noche en el Metropolitano (21:00). Porque Lardín fue jugador rojiblanco (1997-2000) en una etapa de curvas, las que llegaron a su vida, cuando decidió rescindir con el Atlético presidido por Jesús Gil y refugiarse junto a la montaña de Montserrat en su pueblo, Esparreguera, pasando del ruido de Primera al anonimato de Tercera.

Ya retirado, su ojo para detectar talento sustituyó a su zurda mágica, y fue testigo de 2012 a 2018 del crecimiento de las mejores joyas de La Masia, desde Lamine Yamal a Pau Cubarsí, pasando por Gavi o por un Balde del que disfrutó una temporada en el fútbol base del Espanyol. "No pudimos retenerlo", resume.

Lardín recibe a Relevo en Martorell, en la vinoteca Edivins, y se dispone a hablar de fútbol en el local de un buen amigo, también perico, que saca un Ribera que aguanta la conversación. Se arranca Lardín a hablar del Atlético y de Diego Simeone, de sus interminables vidas: "El modelo Simeone no se puede agotar porque se vive desde la intensidad y el sentimiento. Podrán pasar jugadores, pero el equipo tiene su seña de identidad". La noche de la conversación, los rojiblancos se vuelven a meter en los cuartos de final de la Champions tras eliminar al vigente subcampeón, el Inter, en un partido al límite, sufrido, emocionante. Puro Atlético.

«Miguel Ángel Gil vivió con su padre y ha sabido mejorarlo»

"Simeone le ha dado tanto al Atlético en 12 años... Y es jugar la Champions. Pasó de ser un equipo con dientes de sierra a ser uno estable, pasó de un presupuesto de 60 a 300. Si algún día se va, deben ir de la mano en la decisión. Simeone es historia, y se merece salir como él quiera si hay rendimiento", insiste el catalán, que no tiene dudas que con Jesús Gil de presidente, a quien conoció muy bien, El Cholo ya sería historia rojiblanca: "Seguramente sí, lo habría despedido, pero creo que Miguel Ángel ha mejorado a su padre. Era un tío inteligente, rápido y claro, pero su hijo es frío. Jesús tenía su parte buena y la mala, pero su hijo, que vivió aquello, mejora a su padre".

Lardín sobre sus problemas en el Atlético de Madrid. RELEVO

Enamorado de Griezmann ("uno de los tres mejores jugadores de Europa"), Lardín echa la vista atrás y recuerda sus años en el Atlético, los buenos y los malos momentos que le ayudaron a crecer, una época en la que ir al psicólogo estaba mal visto y en la que al catalán la mente le jugó una mala pasada: "Debería haber pedido ayuda cuando lo necesitaba. En el Espanyol me sentí protagonista, pero cuando dejé de sentirme así en el Atlético me desvié del camino y dejé de jugar. Rescindí el contrato. Ahora hubiéramos puesto medidas, soluciones, ir al psicólogo, un coach, y lo solucionamos, en aquel momento era de locos".

«Cubarsí no era un niño que destacara, pero sí muy completo»

Después de su retirada, Lardín estuvo ligado a agencias de representación hasta que en noviembre de 2012 se convirtió en el coordinador del fútbol base del Espanyol. En aquel momento le tocó competir con el Barcelona a la hora de captar talentos, una guerra de guerrillas que él intentó ganar con su estrategia, teniendo en cuenta que cada temporada eran decenas los talentos que se iban de Sant Adrià a La Masia. "Teníamos muy pocas formas de competir contra el Barça; una era ser más rápidos que ellos. En septiembre y octubre elaborábamos las lista para firmar en noviembre... Y luego queríamos hacer equipos campeones. Cuando un niño gana, cuesta más de que se vaya".

Lardín sobre cómo competir con el Barça en captación. RELEVO

Con ese decorado, Lardín vio crecer a los que ahora destacan en el primer equipo azulgrana. De Lamine Yamal recuerda que "fue imposible llevárnoslo porque su club tenía un acuerdo con el Barça, que además lo valoraba mucho. Ya le veíamos ese talento, todavía más determinante. Me recordaba a Muniain la primera vez que lo vi. Era un jugador habilidoso, de dibujos animados". Menos trascendente resultaba el jugador de moda ahora mismo, el central internacional Pau Cubarsí. "No era tan determinante ni marcaba la diferencia, pero era completo. Era técnicamente impecable, jugaba en corto, en largo, era fuerte, corpulento; me recordó a Mario Hermoso cuando lo empecé a seguir en el Real Madrid".

También sufrió a Gavi, que siempre era "el jugador más intenso en los derbis", a quien descubrió ya de azulgrana porque "en el Espanyol no queríamos tocar a jugadores de otros equipos de Primera, no lo conocía". Para ensalzar al sevillano, Lardín introduce un debate que lo alinea con Deco a la hora de reflexionar sobre las ideas formativas y el paradigma del club. "Lo importante del fútbol base es que el entrenador mejore al jugador. El Barça tiene una idea desde un año determinado, antes no la tenía. No siempre tienes los mismos jugadores. Y si ese entrenador no tienes tres centrocampistas para hacer el 4-3-3... quizás puedes intentar fichar, pero a lo mejor los jugadores no crecen igual. El jugador debe tener conocimiento de sistemas. Y competir".

«Del primer Espanyol de Chen queda muy poco»

Para rematar la charla y el ribera, sale el Espanyol, que esta tarde vivirá el estreno de Manolo González en Zaragoza, una cuenta atrás a la desesperada de un equipo que tiene el ascenso directo a tocar pero que las sensaciones no son las mejores. Lardín fue, tras el destituido Ángel Gómez, el segundo director deportivo de la era Chen Yansheng. Queda poco de aquello. "Llegó con mucha ilusión y se vendió de entrada la Champions. Chen cada vez viene menos, y es importante el ojo del amo en un club, y la ayuda y el estímulo. De aquello que se vendió queda poco", reflexiona.

Conocedor como pocos de la historia reciente perica, Lardín ve el apocalipsis: "De los últimos 30 años es el momento más delicado. Estamos en Segunda, con dos entrenadores ya y con jugadores de menos talla y veteranía de la última vez. Y hay un runrún social... Ellos y ese acompañamiento siempre nos ayudaron. Ahora noto una desafección importante". Palabra de Lardín, que lo ha vivido todo.