EstoesRuyman, el youtuber que se tatuó a Ansu Fati y que es amigo de Pedri: "Dijo que qué mejor sitio para ver ese partido que su casa"
Este divertido canario, quien acumula miles de seguidores por sus 'hazañas' en sus diversas redes sociales, cuenta en Relevo sus historias más deportivas.

Desde parodiar "Colgando en tus manos" y recibir la llamada del mismísimo Andreu Buenafuente hasta tatuarse a Ansu Fati por un reto entre amigos. Ruymán Suárez (Tenerife, 1981), reconocido en Internet como EstoesRuymán, es uno de los creadores de contenido más queridos y auténticos de Canarias. Experto en telecomunicaciones, ha construido una fiel comunidad de 300.000 seguidores que aman su cóctel inconfundible de locura, alegría y carisma. Lejos de algunos inflados estereotipos de los influencers, él es un talento del entretenimiento nato, de la old school -lleva desde 2006 grabando "sus movidas", de las que saca carcajadas a cualquier hora de la semana-. Vive de las redes, pero no olvida sus raíces humildes. Aún recuerda lo que es trabajar diez horas diarias colocando antenas y precisamente esa conexión con la realidad le ha permitido mantenerse transparente y ser el mejor amigo de sus amigos, pero también el de quienes nunca le han visto en persona.
El éxito de Ruymán despegó junto a Rudy, otro tinerfeño que en su hemeroteca luce el ya célebre y extravagante grito: "Messi, bocadillo de chorizo de Teror, Messi". El dúo 'Rudy Ruymán' arrasó con más de 150 millones de reproducciones. Pero, como en todo buen culebrón, la historia acabó, tras más de una década juntos. Tiempo después, en 2018, Ruymán volvió a la carga con su propio canal de YouTube y se alió con la nueva ola de creadores canarios: Marcos "Un Pollo Claro", Íker "Ákaro Flow" y Daniel "Salcedini". Un grupo tan variopinto como sus vídeos, que ya suman más de 550 y van desde terror hasta deportes, pasando por humor y motivación personal. "Arrucutúa" y "bongas del bohío" son palabras con las que ha tejido una jerga que sus seguidores reconocen y repiten. Su esencia, sin tipo de duda, es inconfundible.
El tatuaje que marcó a Ansu Fati y la gira de calzoncillos

Entre las historias más memorables de Ruymán, y quizá la que mejor encapsula su estilo único, destaca aquella en la que se tatuó el nombre de Ansu Fati, fruto de una apuesta tan absurda como inolvidable. Todo comenzó con una broma entre amigos y culminó en una de las escenas más excéntricas de su vida: irrumpir en un campo de fútbol juvenil de Tenerife, vestido solo con calzoncillos y ondeando una bandera de España mientras gritaba, con fervor: "¡Muniain Selección!" ¿El motivo? "Nos hacía gracia su nombre", cuenta Ruymán, quien, llevado por su particular sentido del humor, decidió tatuarse el apellido del futbolista. El destino, en un giro casi de guion, quiso que poco después Muniain fuese convocado por la Selección española. "Todo el mundo empezó a mencionarme en redes. Estoy seguro de que vio mi tatuaje, pero jamás contestó", relata con ese sarcasmo y desdén que tanto le caracteriza.
Pero él no se detuvo ahí. Decidió tachar el nombre de Muniain y, dejándose llevar por su pasión blaugrana, se tatuó el de Ansu Fati. Las redes obrarían el milagro y esta vez sí logró una respuesta: "Ansu lo vio y me contestó por Instagram. Fui a Madrid a ver un partido de España, y aunque él no podía acercarse mucho porque era menor, me reconoció, me firmó una cartulina y desde la guagua me vaciló", describe entre risas. La historia podría haber terminado como una simple broma, pero un nuevo giro trágico-cómico se produjo cuando Ansu Fati sufrió su cruel lesión. Ruymán, fiel a su naturaleza supersticiosa y mordaz, no tardó en atribuirse el gafe. "Lo gafamos, y era un candidato serio a ser grandísimo… Ojalá vuelva a ese nivel", comenta con resignación, mientras insinúa que el próximo nombre en su piel podría ser el de Pedri "si hace algo muy grande con el Barcelona".
De la casa de Pedri al jardín de los trofeos
La relación de Ruymán con Pedri es, de hecho, otro capítulo que merece ser contado. Si algo distingue al "Raymenio" -como le llaman cariñosamente sus amigos más cercanos- es su habilidad innata para conectar con personas de cualquier entorno. Y su amistad con el joven prodigio del fútbol español, un talento salido de su misma tierra, es la prueba más elocuente de ello. Tras encontrarse con Fernando, el hermano del jugador, la anécdota se vuelve surrealista. "Nos encontramos en Tenerife. Me dijo que tanto él como Pedri veían mis vídeos, que eran muy fans y que me invitaban a ver un partido. Pues obviamente acepté, fui y dio la casualidad de que era el último encuentro del FC Barcelona antes de que cerrasen el Camp Nou por obras. Junto a otros amigos nos invitaron al palco y fue una gozada", admite con tono disfrutón.
Justo esos días, la UD Las Palmas se jugaba el ascenso a Primera contra el Deportivo Alavés, en Gran Canaria. "Cuando Fer nos recogió en el aeropuerto, le preguntamos dónde se podía ver el partido de la UD. Cogió el teléfono, puso en manos libres a Pedri y el futbolista dijo que qué mejor sitio para ver ese partido que en su casa. Pues llegamos ahí, la madre nos abrió la puerta… Una familia súper humilde, parecía que éramos amigos de toda la vida. Vimos el partido, lo comentamos juntos, nos echamos un teqball en el jardín con Fer, porque Pedri estaba lesionado, nos enseñaron todos los trofeos individuales", desvela con detalle. "Debo decir que el Golden Boy se ve mucho peor en persona que en la tele. En persona es un cacho de plástico, nada que ver con el Balón de Oro", suelta con sinceridad.
El árbitro imaginario y la leyenda de los bolos finlandeses
El atrevido tinerfeño siempre ha preferido el directo contacto con la calle, su verdadero escenario. Con su vestimenta de árbitro, puede recorrer cualquier rincón de la isla, sacando tarjetas a desconocidos, y hacerlo todo con el respeto justo para que nadie se sienta ofendido. "Es un vacilón, siempre desde el máximo respeto", asegura, sabiendo que la espontaneidad es su mejor arma. "Uso un VAR ficticio, el fuera de juego… Nos lo pasamos muy bien, la gente suele disfrutar, aunque obviamente, en persona, les llama más la atención y se dan reacciones graciosas", recalca.
Ruymán no se limita al humor irreverente, también ha hecho bandera de los juegos tradicionales. Junto a sus amigos, descubrió el encanto de los bolos finlandeses en una tienda de deportes. Pasó de broma entre colegas a un fenómeno social y digital. "Surge a raíz de que jugábamos a las bochas -petanca- en el canal de Pollo. A nosotros siempre nos ha gustado salir y jugar en los platós -le llama así a los parques de Tenerife- con gente mayor y para disfrute propio. Gracias a este inquietud por los juegos tradicionales, descubrimos un día, en un local, estos bolos. Los vimos, me informé bien de cómo funcionaba ese juego, los compramos y nos encantaron, son súper divertidos. Está enfocado para personas mayores, pero lo empezamos a jugar y es un vicio".
Subraya que es uno de los vídeos favoritos de Pedri. "Le encantan, sí. Básicamente tienes que tirar bolos. Si tiras uno sumas lo que valga ese bolo, y si tiras varios sumas los bolos que has tirado. El objetivo es llegar a los 50 puntos y si te pasas, te restan 25 puntos", explica. Al poco tiempo, organizó torneos internacionales con jugadores de todas las edades y rincones del mundo, como Yanick, una señora noruega que conquistó los corazones de su audiencia. "Es una leyenda. Ha salido en muchos vídeos, su personalidad es fantástica. Se genera un feeling brutal. La verdad que siento orgulloso de que mi canal sirva de conexión entre la gente joven y más mayor", remata.
El humor como puente de integración
La pasión de Ruymán por el fútbol va más allá del simple entretenimiento y se convierte en una formidable herramienta de integración y conexión humana. El ejemplo brillante de esta dimensión se encuentra en los partidos que organizó en las canchas de Punta Brava, en Puerto de la Cruz, donde logró congregar a jóvenes inmigrantes en una viva celebración del deporte.
"Lo más épico fueron esos encuentros que organizamos en las canchas. Ellos son asiduos del lugar y, un día, les propusimos un desafío. Aceptaron gustosamente y así nació el primer partido", detalla con entusiasmo. "La acogida fue tan positiva que el público pidió más vídeos con ellos. A partir de ahí, organizamos una revancha, regalamos equipajes, y construimos finales que se volverían memorables. Todo quedó grabado; fue una experiencia maravillosa. Ver la felicidad en sus rostros fue, sencillamente, increíble. No necesitábamos comunicarnos en exceso, ya que el lenguaje del fútbol derribó cualquier barrera idiomática", remarca.
A través de estas iniciativas, Ruymán fomentó la práctica deportiva y creó un espacio de camaradería y respeto mutuo, donde las diferencias culturales se diluyeron en un mismo objetivo: disfrutar del juego. "Cada partido era una oportunidad para aprender unos de otros", comparte, enfatizando que el fútbol tiene esa maravillosa capacidad de unir a personas de diversas procedencias, y fundamentalmente de derribar muros invisibles construidos por el propio idioma o las costumbres.
Transformación personal, el derbi canario y eventos que prometen
Además de su labor social, Ruymán se ha convertido en un referente de superación personal: en 2021 pasó de pesar 102 kilos a 80 en apenas cinco meses, un logro que sigue motivando a sus seguidores a embarcarse en transformaciones similares. "Mi viaje no solo ha sido físico; ha sido un camino hacia una mejor versión de mí mismo. He aprendido a valorar más mi salud, a cuidar mi cuerpo. Es un viaje que jamás pensé que emprendería, pero lo hice porque quiero estar bien no solo para mí, sino también para mi familia y amigos", reflexiona. "Quise demostrar que todo es posible si te lo propones. Ahora lo estamos viendo con Ibai, quien también ha perdido más de 20 kilos en un tiempo récord", matiza con admiración.
Se declara ferviente aficionado al Tenerife, y aún así celebra todo lo bueno de la UD Las Palmas y espera con ansias el próximo derbi en Primera. "La rivalidad está guay, pero nunca hasta el extremo de algunos", sostiene, defendiendo que, por encima de todo, su pasión radica en ver a ambos equipos representando a Canarias a nivel nacional. "Ver a dos equipos canarios en la máxima categoría será una alegría inmensa, ojalá Dios mío". De momento, con los dos equipos colistas de Primera y Segunda, habrá que esperar.
El futuro, eso sí, se presenta prometedor, con eventos como el partido España-Suiza en Tenerife, programado para el 18 de noviembre, y la final de la Kings League, que tendrá lugar el 21 de diciembre. "Es un orgullo que estas cosas pasen en Canarias", sonríe. Y entre risas y promesas, deja caer a Relevo que pronto habrá una sorpresa para "toda la comunidad de Canarias", una comunidad vibrante y unida que como él deberá sintonizar sus antenas, o, como se dice ahora, activar la campanita para no perderse ninguna novedad.