'Olvidarse' de Europa es el consejo para curar la pérdida de Carles Miñarro: "Habrá estados de ánimo alterados, tristeza y ansiedad"
Dos expertos explican cómo se puede hacer frente a la situación y qué consecuencias puede tener en un vestuario.

Este domingo por la mañana, la plantilla del primer equipo del Barcelona guardó un minuto de silencio en memoria de Carles Miñarro, el doctor que falleció el sábado en la habitación del hotel de concentración antes de jugar ante Osasuna. Lo que debía ser una sesión de readaptación y para preparar la vuelta de los octavos de final de la Champions contra el Benfica se ha convertido en el primer entrenamiento sin el médico. "Siempre es duro que alguien falte. Pero tan joven y además una persona tan tremendamente buena... Siempre era dulce, tenía una sonrisa, una pasada...", señala una persona que le conocía.
Los especialistas consultados sobre cómo la repentina muerte de Miñarro puede afectar al vestuario aseguran que lo único que puede ayudar a llevarlo es el tiempo, precisamente lo único que el fútbol profesional no regala. El Barcelona los últimos años ya vivió la operación de Abidal o la muerte de Tito Vilanova. En este caso, el fallecimiento de Miñarro, por inesperado, presenta un caso distinto.
"Efectivamente, es distinto algo relativamente esperado, que una situación inesperada. No nos preparan para ello. Por lo que se dice que el cuerpo responde con un estado de shock. Esto, dependiendo de la persona, hay algunas más sensibles al momento, puede resultar muy duro. Otras responderán más tarde a la situación y otras quizás no. Pero lo que es probable que salga este momento, es a través de estados de ánimo alterados, tristeza profunda, ansiedad por ver a un compañero joven partir sin previo aviso…", explica Marcela Herrera, psicóloga deportiva.
"Estas situaciones de shock no se pueden prevenir. Siempre vamos a ir a posteriori. El hecho de que cada uno va a sentir de maneras diferentes hace que haya que validarlas todas. Desde el que hace que no ha pasado nada, al que se queda paralizado y le puedes ofrecer hablar, un apoyo psicológico", complementa otro psicólogo, que prefiere mantenerse en el anonimato, para comentar las múltiples formas que hay de afrontar una situación así.
No hay mucho margen, la competición no espera. Este martes, el equipo deberá defender el 0-1 de la ida ante el Benfica en una jornada que se intuye especial, de homenaje en Montjuïc, de minuto de silencio y de recuerdos.
El balón, la zona de confort
Para esta persona, lo importante es no incidir demasiado en cuestiones de rendimiento, a pesar de encontrarse en el equipo en un punto clave de la temporada, vivo en todas las competiciones y con el reto de pasar a los cuartos de final en Europa. "No hay que intentar apretar a nivel de rendimiento, sino que vayan haciendo e intenten mantener su rutina, que es su zona de confort, estar en el aquí y el ahora para no dejar fluctuar la mente", cuenta el psicólogo.
Herrera, profesora de rendimiento en la UVIC, recomienda "respetar los silencios y los duelos internos de cada uno". "Aquí, como grupo humano, se activa la capacidad de resiliencia, pero necesitan un tiempo. El papel de los capitanes cobrará sentido, para ayudar al grupo a ajustar el golpe. Y Flick también tendrá que regular y ser observador en cuanto a las reacciones que cada jugador puede tener", añade.
"No quisiera hablar de trauma, pero seguramente es una experiencia traumática sobre todo para el equipo médico. Necesitarán un tiempo de reajuste y de recuperación de esta situación", expone Herrera. "A parte del minuto, si quieren hacer un ritual para estar conectados -como equipo o a nivel individual-. Esto no acabará el martes. Después la vida sigue y él no va a estar. No es solo para el próximo partido sino lo que vendrá después", cierra el otro psicólogo.