BARCELONA

Los fichajes piden más barbacoas para convertir el vestuario en "una gran familia"

Varios de los recién llegados al Barça coinciden en que más encuentros lejos del césped catapultarían su adaptación.

Los jugadores del Barça se abrazan durante un entrenamiento. /GETTY
Los jugadores del Barça se abrazan durante un entrenamiento. GETTY
Toni Juanmartí

Toni Juanmartí

"No tengo amigos en el vestuario. Para mí es importante conocer a todos los compañeros, porque en el campo somos una familia, pero fuera no", admitió Éric Abidal en 2008. Ya en febrero del año pasado, Jérémy Mathieu seguía los pasos de su compatriota. "Me sentía solo en el vestuario", confesaba en 'RAC-1'. Varios de los fichajes del Barça este verano comparten una sensación similar: hay un grupo humano fantástico pero echan de menos más quedadas en el ámbito personal para fortalecer los lazos. Como dice la popular expresión, hoy es viernes y el cuerpo lo sabe, pero no el vestuario del Barça.

El elenco de Xavi está inmerso en una transición. No solo en lo futbolístico; también en lo humano. Hasta hace poco, la plantilla se encontraba 'fracturada'. Por un lado, una serie de jugadores muy experimentados a los que el club viene enseñando la puerta de salida. Por el otro, un grupo de jóvenes con ganas de trabajar pero también con la delicadeza de no herir sensibilidades. Cuestión de galones, una palabra que se tiene muy en cuenta en cada 'casa'.

Jugadores formados en la cantera copaban el once de gala del Barça en 2010.  GETTY
Jugadores formados en la cantera copaban el once de gala del Barça en 2010. GETTY

Piqué ya no es el alma de la fiesta

Las presiones y críticas sobre los capitanes han provocado que estos hayan optado por un perfil bajo. Se nota especialmente en la figura de Gerard Piqué. Igual que Messi cuando estaba, el '3' solía tirar del carro a la hora de organizar las juergas del vestuario. Ahora ha dimitido de sus funciones. Timoratos y conscientes de que el club no vive una situación idílica, los jóvenes tampoco quieren pasarse de atrevidos.

En los últimos años, la vida conjunta fuera del terreno de juego se ha ido apagando. Ésta alcanzó su cénit con los Valdés, Puyol, Xavi, Iniesta, Pedro, Villa y compañía. Los jugadores formados en casa integraban el núcleo duro del vestuario y 'acogían' a los foráneos. Era una comunión perfecta. De un tiempo a este parte se ha reducido el porcentaje de canteranos con ascendencia. El resultante, la inexistencia de un grupo dominante y la aparición de varios más pequeños. Ahí, el idioma juega un papel importante.

Griezmann, Dembélé y Lenglet, todos ellos franceses, charlan durante un entrenamiento en 2019.  GETTY
Griezmann, Dembélé y Lenglet, todos ellos franceses, charlan durante un entrenamiento en 2019. GETTY

Xavi recupera las normas de convivencia

Tampoco ha ayudado la dejadez que han permitido los cuerpos técnicos de Valverde, Setién y Koeman. Los jugadores dejaron de convivir y pasaron a ser compañeros de campo de entrenamiento durante dos horas al día. Ni siquiera solían comer juntos. Xavi, que sabe de los beneficios de estrechar vínculos personales, vuelve a fomentar que sus pupilos pasen tiempo juntos. Al menos, durante una jornada de trabajo que arranca hora y media antes del entrenamiento y finaliza con un ágape en la ciudad deportiva. El ocio del vestuario, eso sí, ya no puede correr a cargo del entrenador.

La exigencia del calendario no lo pone fácil. Jugando cada tres días cuesta encontrar el momento para organizar comidas, cenas u otras actividades de ocio. Aún así, fuentes cercanas a varios de los recién llegados al Barça admiten a Relevo que desearían algo más de vida conjunta para irrumpir en la burbuja personal de sus compañeros.

Los jugadores del Barça celebran un gol anotado durante esta temporada.  GETTY
Los jugadores del Barça celebran un gol anotado durante esta temporada. GETTY

«Podríamos ser una gran familia»

El sentir de dichos jugadores es que trasladar el buen ambiente que reina en los entrenamientos a la esfera privada fortalecería todavía más el grupo. "Nos conoceríamos de verdad y podríamos ser una gran familia", aseguran.

Los últimos en firmar por el Barça asumen que su necesidad de socializar es mayor, ya que en la ciudad condal solo cuentan con su entorno más íntimo. Además, entienden que a determinada edad hay quienes prefieran centrarse en su familia. Sin embargo, agradecerían descubrir, cuanto antes mejor, qué persona se esconde tras cada dorsal.