EL GRAN DERBI

Los futbolistas que han jugado en el Sevilla y en el Betis

Son pocos los futbolistas que, a lo largo de la historia, han vestido las camisetas de Sevilla y Betis.

Isco en su breve etapa en el Sevilla./Reuters
Isco en su breve etapa en el Sevilla. Reuters
Javier Mercadal

Javier Mercadal

En el mundo del fútbol hay puertas prohibidas que muy pocos se atreven a cruzar. Leyes no escritas, pero que suelen cumplirse a rajatabla en la mayoría de los casos. Una de ellas es no jugar en el máximo rival. Sobre todo, cuando la rivalidad es del calibre de la que mantienen Sevilla y Betis. Sin embargo, un puñado de jugadores se han atrevido a vestir las dos camisetas que dividen a la capital andaluza. Casos excepcionales que confirman la regla. Estos son los futbolistas que han jugado en el Sevilla y en el Betis:

Mariano Pérez Retamar

El primer futbolista en jugar en los dos equipos sevillanos fue Mariano Pérez Retamar. Sevillano de nacimiento, se convertiría en uno de los primeros trotamundos del fútbol español. Ya que llegó a jugar hasta en ocho clubes distintos, repartidos prácticamente por toda la geografía española. Algo que ahora es muy habitual, pero que en la década de los 40 no lo era tanto.

Retamar, como era conocido futbolísticamente, jugó en el Betis en la temporada 1939/40, la primera después de la Guerra Civil española. Delantero, se marchó al Murcia la temporada siguiente, debido al descenso de los verdiblancos a Segunda División. Sin embargo, un curso más tarde, regresó a la que era su ciudad natal, pero para vestir la camiseta del Sevilla en esta ocasión. Con los rojiblancos permanecería dos cursos (1941/42 y 1942/43), para marcharse posteriormente al Racing de Santander. Seguramente, su mayor huella la dejó en el Celta de Vigo, donde jugó cuatro temporadas y marcó 36 goles. Curiosamente, formó parte del equipo celeste que llegó a la final de Copa en 1948, y que precisamente la perdió contra el Sevilla.

Francisco Suárez

Un camino muy similar a retamar fue llevado por Francisco Suárez, quien se desempeñaba en la posición de portero. En su caso, el guardamenta estuvo en las filas del Betis de 1935 a 1940, teniendo en cuenta que durante los años de la Guerra Civil no hubo competición deportiva alguna. Posteriormente, se marchó al Murcia como paso previo para, en 1942, fichar por el Sevilla.

Suárez permanecería en Nervión dos temporadas. Sin embargo, apenas tendría protagonismo en ninguna de ellas, siendo el portero reserva del equipo y disputando un total de cuatro partidos. Del Sevilla se marchó al Atlético Ceuta y terminó colgando los guantes en la Balompédica Linense.

Paquillo Carmona

Paquillo Carmona fue el primer jugador que cambió de Betis a Sevilla de manera directa, sin pasar por ningún otro equipo como puente intermedio. El guardameta estuvo cuatro temporadas defendiendo la portería del Betis, siendo importante en el ascenso a Primera División en la 1941/42. Finalmente, a mitad de curso de la 1943/44, se pasó al otro lado de la ciudad. Sin embargo, en el Sevilla nunca encontraría continuidad y apenas jugó partidos oficiales. Terminó retirándose en las filas del Racing de Santander.

Francisco Antúnez

Contemporáneo a Carmona es Francisco Antúnez, quien seguiría una trayectoria muy similar. Con una particularidad. Antúnez llegó al Betis en la temporada 1941/42 libre, tras haber abandonado el equipo amateur del Sevilla. Con los verdiblancos estuvo cinco temporadas, en las que logró un ascenso a Primera División (aunque el equipo volvería a descender al año siguiente). A mitad de la temporada 1945/46, el Sevilla le fichó para su equipo. No sin polémica. El presidente del Betis reclamó que se trataba de un fichaje ilegal, recurriendo a todas las instituciones existentes. La Federación Regional Sur y la Federación Española no le dieron la razón. No así, la Delegación Nacional de Deportes, quien ordenó el regreso de Antúnez al Betis.

Fruto de esta decisión, el futbolista se declaró el rebeldía. Amenazó con retirarse si no le vendían al Sevilla, algo que el Betis terminó haciendo, aunque por el doble de la cantidad percibida inicialmente. Con los rojiblancos, Antúnez ganó una Liga (45/46) y una Copa del Rey (1947/48). Además, fue internacional con la Selección española que disputó el Mundial de 1950.

Enrique Mateos

Enrique Mateos fue el primer futbolista que realizó el camino del Sevilla al Betis y no al revés, tal y como siempre había sucedido hasta entonces. Sevillano de nacimiento, comenzó haciéndose un nombre en el Real Madrid. Con los blancos ganó cinco Copas de Europa y cinco Ligas, además de dos Copas Latinas y una Intercontinental. Tras su exitoso periplo con los madridistas, en la temporada 1961/62 fichó por el Sevilla. Permanecería tres temporadas en el equipo rojiblanco, de 1961 a 1964, perdiendo mucho protagonismo en la última de ellas.

Tras un breve paso por el Recreativo de Huelva, Mateos jugó parte de la temporada 1964/65 en el Betis. Una fórmula que se repitió en la temporada 1965/66. En total, dos cursos en los que disputó un total de 16 partidos y anotó 3 goles.

Diego Rodríguez

El futbolista que más tiempo ha pasado en ambos clubes es Diego Rodríguez. Quizá por ello, su cambio de bando fue uno de los más traumáticos. El futbolista tinerfeño fichó en 1982 por el Real Betis, con el que permaneció seis temporadas. Allí se convirtió en uno de los jugadores más carismáticos del equipo, con el que pasó seis temporadas. En 1988 su contrato con los verdiblancos finalizó y tuvo que tomar una determinación. Se encontraba cómodo en la capital hispalense, por lo que optó por aceptar la oferta del Sevilla.

"En aquella época la gente era más radical que ahora, aunque parezca lo contrario. A mí siempre me respetaron, pero es verdad que fue una situación complicada", recordó el futbolista en una entrevista con Canarias Ahora en 2020. En el Sevilla, Diego Rodríguez permaneció ocho temporadas. "Jamás me arrepentí de aquella decisión y si volviera a vivir la misma situación habría repetido aquella decisión que, si bien fue muy compleja, me permitió realizarme completamente como jugador", dijo.

Kiki Carvajal

José Carvajal, conocido futbolísticamente como Kiki, se crió deportivamente en la cantera del Betis, llegando a subir al primer equipo en cuatro ocasiones. Sin embargo, el descenso del filial a Tercera División en 1989 le dejó en posición de cambiar de aires. Fue entonces cuando apareció habilidosamente el Sevilla, que decidió reclutarle para su causa. De hecho, inicialmente fichó para jugar en el Sevilla Atlético, aunque Vicente Cantatore rápidamente le reclamó para el primer equipo. Con los rojiblancos jugó un total de cinco temporadas, en las que marcó un total de 10 goles.

Con él hizo el mismo camino Nacho Conte, quien también dejó el filial verdiblanco para fichar por el Sevilla en 1989. Él, sin embargo, nunca llegó a jugar con el primer equipo verdiblanco. Igual que Carvajal, sobre el papel era un fichaje para el filial sevillista, aunque Cantatone también le llamó para jugar con los mayores. En total, permaneció en Nervión hasta 1993.

José Luis Redondo

Juan Luis Redondo se formó en las categorías inferiores del Betis y en la temporada 1996/97 debutó con el primer equipo verdiblanco. Sin embargo, apenas disputó dos partidos sin lograr la continuidad deseada. De hecho, el club verdiblanco le cedió a Hércules y Logroñés en busca de minutos. No convenció en Heliópolis, por lo que en la temporada 1999/00 fichó por el Elche.

Las tres temporadas en el conjunto ilicitano, en las que jugó en Segunda División, en el curso 2002/03 el Sevilla llamó a su puerta. "Si marcase un gol al Betis el sábado sería el hombre más feliz del mundo (…) Mi llegada aquí fue dura, pues todo el mundo me preguntaba por mi pasado, pero ahora me debo a unos colores y a una afición. Tuve una infancia futbolística, pero donde me he hecho jugador de Primera división ha sido en el Sevilla", dijo en 2004. Redondo permaneció tres temporadas en el Sánchez Pizjuán, antes de regresar de nuevo al Hércules en 2005.

José Mari

José Mari se crio en la cantera del Sevilla, antes de subir al primer equipo en la temporada 1996/97. Su irrupción fue impactante, logrando siete goles en los 21 encuentros que disputó con la camiseta sevillista. Unos números prometedores que le valieron el fichaje por el Atlético de Madrid. De hecho, su carrera seguiría en fase ascendente varios años más, convirtiéndose en el primer español en fichar por el Milán en la temporada 1999/00. Una época en la que ver a futbolistas españoles jugando en ligas extranjeras no era lo habitual.

Del Milán pasó al Villarreal y, en 2007, para el centenario del club, fichó por el Betis. Sin embargo, su rendimiento no fue el deseado. La primera temporada apenas marcó tres goles en 12 partidos. La segunda, a mitad de curso, se marchó al Nastic de Tarragona. Pese a ser sevillano y haber jugado en los dos clubes más importantes de la ciudad que le vio nacer, no se puede decir que José Mari dejase huella en ninguno de ellos.

Isco Alarcón

Hasta la fecha, el último futbolista en haber vestido las camisetas de Sevilla y Betis es Isco Alarcón. La suya además es una historia rocambolesca. Isco llegó al Sevilla en el verano de 2022. Lo hizo, sobre todo, con la intención de jugar para Julen Lopetegui, uno de los entrenadores más importantes de su trayectoria. También, con la misión de relanzar su carrera, tras unos últimos meses relegado al ostracismo en el Real Madrid. Sin embargo, todo salió mal casi desde el inicio. El Sevilla no empezó bien el curso, Lopetegui fue destituido en octubre e Isco terminó saliendo del club en diciembre.

Curiosamente, el malagueño no volvió a jugar más aquella temporada. Se especuló con un fichaje por el Union de Berlín, pero aquello se cayó en el último momento. Con 30 años, en el supuesto prime de un futbolista, permaneció parado durante seis meses. De manera sorprendente, el siguiente verano el Betis se interesó por él. Los vecinos verdiblancos creyeron poder recuperarle para el fútbol, y no estaban equivocados. Bajo la tutela de Manuel Pelegrini, Isco ha recuperado su mejor nivel. Logrando lo que buscaba cuando decidió ir a Sevilla, aunque con otra camiseta.