Los futbolistas (a veces) no piensan

Vivimos en una época en la que cada vez es más complicado que los periodistas tengan acceso a los futbolistas. Ya no digo volver a lo que ocurría hace 20 años, cuando uno se podía pasar por el entrenamiento y charlar tranquilamente durante un cuarto de hora con casi cualquier jugador. De ahí sacabas noticias, ideas o amistades. Eso ya no pasa ni volverá a pasar porque los clubes prefieren que sus grandes activos hablen poco. Y principalmente ocurre por dos motivos. El primero es que los equipos se han convertido en canales de comunicación propios, con inversiones millonarias en sus departamentos de comunicación. El segundo es que tienen miedo a que cualquier jugador meta la pata, un riesgo que no quieren asumir.
El último ejemplo de este segundo punto lo ha protagonizado el delantero noruego del Celta, Jorgen Strand Larsen. Concentrado con su selección durante el parón internacional, hizo una entrevista con un medio de su país en las que habló sobre numerosos temas, pero también sobre su actual club y su futuro. "Falta mucho para el verano, así que el objetivo es marcar en todos los partidos hasta entonces. Si lo consigo, puede ser un verano divertido", expuso el ariete en alusión a un posible cambio de aires.
Unas declaraciones que entran dentro de la normalidad pero que por la situación del equipo en la clasificación (cinco puntos por encima del descenso), molestaron a mas de uno en Vigo. Pero eso no fue lo peor, que vino a continuación al contar lo que siente en el Celta. "Todavía no he jugado en un buen equipo, así que mi objetivo es llegar a un club que no sea siempre inferior cuando hay un partido. Entonces creo que se podrá ver el potencial aún mayor que llevo dentro", expuso Larsen. Y eso sí que molestó.
Creo que ningún seguidor del Celta pensaba que cuando el noruego llegó al club iba a hacerlo para toda la vida, jurar amor eterno para siempre y hacer carrera en Vigo. Es lógico pensar que el conjunto celeste era un puente, un trampolín para dar el salto a otro de mayor nivel. Pero lo que no puede hacerse es 'rajar' contra el que te está pagando el sueldo y con el que tienes un contrato firmado, y no corto, por cierto.
Larsen quiso matizar sus palabras cuando descubrió el revuelo que se había montado, unas palabras que se olvidarán con el tiempo y que incluso puede ser dentro de poco si sigue marcando goles. Pero las declaraciones están ahí y perjudican al jugador, al club y a una afición que en su mayoría le ha defendido a capa y espada cuando peor le estaban saliendo las cosas de cara a puerta.
La del noruego no es la primera declaración fuera de lugar ni será la última. Sin embargo, evitar una torpeza como esa, porque no deja de ser una torpeza, es bastante sencillo. Basta con pararse 20 segundos, comprobar en la aplicación del banco quién te ingresó la última nómina y evitar la cagada. Pero es que los futbolistas también son personas, y como todos, a veces no piensan. Seguro que Larsen aprenderá la lección.