Así le ha ganado la partida Quique Setién a Carlo Ancelotti con la trampa de Gerard Moreno
El delantero catalán ha sido clave para desordenar a una defensa que ha sufrido mucho.
Después de un inicio algo accidentado y la ya famosa frase de Setién a su llegada en Villarreal ("me va a costar porque llevo mucho tiempo fuera"), el conjunto valenciano parece haber llegado al punto óptimo de nivel. Ante el Real Madrid, la obra de Setién ha cristalizado en un encuentro fascinante en el que, desde el minuto 1, tuvo una ventaja estratégica que le dio sus frutos. Ancelotti no pudo contenerla y los defensas no supieron leerla a tiempo. ¿Cuál fue?
En el que ha sido el partido con más ritmo y nivel de lo que llevamos de Liga, con dos equipos repletos de peloteros y jugadores de muy buen pie, Setién tomó dos decisiones que pensó que le serían beneficiosas. La primera sería cerrar a sus atacantes para que en vez de recibir siempre muy abiertos lo hiciesen en zonas intermedias, es decir, entre central y lateral para que así la línea blanca estuviese fijada. La segunda, que en base a esta fijación Gerard Moreno, el MVP del encuentro, pudiese fluir por detrás, apareciendo por distintas zonas de acción. El Real Madrid pareció jugar siempre con el error detrás de la oreja, en cada pase, movimiento o control.
Así, los locales cimentaron una posesión de calidad que buscaba someter al Real Madrid iniciando siempre en corto, atrayendo muy lejos una presión que a ratos se desorganiza y expone demasiado a sus centrales. Con Militao jugando de lateral, el Alaba + Rüdiger no pareció funcionar, como si fuese una pareja generada por inteligencia artificial con respuestas solo para preguntas previamente estudiadas. Gerard Moreno, lejos de reproducir esos patrones, inventaba en cada toque y cada gesto algo distinto, y en ese desorden, el Villarreal cimentó una superioridad que le permitió ser más agresivo.
En el fútbol de Setién, existe una voluntad férrea para jugar juntos, salir combinando y encontrar espacios intermedios en zonas interiores. Con Baena -impresionante su partido-, Parejo, Coquelin y la presencia siempre atenta de un Gerard Moreno que se alejaba de los defensas sin que estos se percatasen, al Real Madrid le costó robar y encontrar a sus atacantes. Lo hicieron cuando la imprecisión en el pase pilló por sorpresa a los futbolistas del Villarreal, pero tara vez fue mérito blanco. Con Gerard Moreno, Setién logró lo que buscaba; se cerró la trampa sobre Ancelotti y el Villarreal empezó a tener la pelota siempre donde la quiso tener.
Para Ancelotti el reto es interesante. Tiene problemas evidentes en los laterales, con el bajón palpable de Mendy, un Carvajal inconsistente y los parches que suponen Nacho y Lucas en esas zonas. Militao es un futbolista tendiente al desorden, físicamente dominante pero que carece del tacto para poder sumar en situaciones estáticas a campo rival. Tanto Ferland como Eder quedaron desnudos ante el juego escurridizo de los locales, incapaces de sumar en campo rival y muy dubitativos en el propio. ¿Qué solución tiene Ancelotti? A corto plazo, la defensa que ha sacado ante el Villarreal parece la más óptima a la hora de juntar a los mejores defensas que tiene disponibles.