A Carlos García-Hirschfeld le recuerdas de Impacto TV, pero también hizo fútbol y golf: "Cuando hablas de cualquier equipo que no sea el Real Madrid, la audiencia baja"
El presentador pasó por Fútbol es Fútbol y trató de revolucionar un deporte algo envarado con su programa Golflog.

Carlos García-Hirschfeld es de Málaga, por más que su apellido invite a pensar en algo exótico. Se coló en las teles de todo el país en los 90, cuando la tele era la tele y sus presentadores, famosos de verdad. Primero, en informativos. Después, y sobre todo lo demás, con Impacto TV, un programa de vídeos que hoy en día se sigue consumiendo en YouTube. Cuando aquello acabó, se le abrió otra puerta, la del deporte. Presentó Fútbol es Fútbol, el gran clásico de Telemadrid, y fue una de las caras del canal Golf+. Sigue en la brecha con su productora, La Nuez, con varios proyectos entre manos, a la espera de seguir con TVE el programa Seguridad Vital. También fue unas semanas el sucesor de Josep Pedrerol en Punto Pelota, pero esos pocos días, por muchos motivos, merecerán un capítulo propio.
Tus inicios están ligados a Antena 3, hiciste informativos, trabajaste con Jesús Hermida... ¿Tenías relación con el deporte en aquella época o eso llegó más tarde?
Mira, igual que mucha gente quiere ser Pedrerol o cualquiera de los presentadores, o Manolo Lama, en aquella época la gente quería ser García, mucha gente, pero a mí nunca me interesó excesivamente el deporte como periodista. Yo he sido siempre súper aficionado al deporte, jugué muchos años a fútbol, jugaba a tenis, a golf, he nadado en competición. He hecho infinidad de deportes y me encanta el deporte como espectador, pero no pensaba en el deporte como una vía profesional.
Y surgió. A mí me habían invitado en varias ocasiones a tertulias para hablar de fútbol, y en una de las ocasiones coincidí con Siro López. Siro estaba queriendo hacer un cambio en Telemadrid, y me propone irme con él a hacer el programa de los domingos en Telemadrid. Y ahí es donde de repente lo pienso. Yo quería hacer un cambio porque quería montar mi empresa, quería irme de Antena 3 y fue perfecto, me ofreció un contrato de dos años, yo le dije, "con que me pagues lo mismo que gano en Antena 3, no quiero más, si me garantizas dos años,cxsz< me voy" y luego que me permitiera montarme mi empresa, la Nuez Producciones, que la monté en 2004 y que ahí sigo, pedaleando con esfuerzo en la bici sin pedales, pero ahí seguimos.
Antes de llegar a eso, quería preguntarte por lo que te recuerdan varias generaciones, que es Impacto TV.
Claro, totalmente. Bueno, ImpactoTV es el programa por el que me reconoce todo el mundo. O sea, hay gente que sabe que estoy haciendo Seguridad Vital, o gente que sabe que he hecho deportes, que he hecho golf, que he hecho fútbol, pero principalmente si alguien me reconoce es por eso. Y luego me pasa mucho con gente de treinta y tantos, cuarenta y tantos, que me dicen, "tú eras un ídolo de mi infancia", que es algo que, hombre, por un lado está bien, porque siempre la gente se acerca con mucho afecto, pero también me hace ser consciente de que ya he cumplido 60 años, de que soy abuelo y de que soy, en cierto modo, un abuelo periodístico o televisivo. Impacto surge de una manera muy curiosa. Yo en un principio iba a presentar un programa que se llamaba A Toda Página con Sonsoles Suárez. Sonsoles Suárez, justo cuando vamos a hacerlo, decide irse a Mozambique en un proyecto de una ONG y yo me quedo solo. La pareja se deshace, no tiene muy claro qué hacer conmigo, y surge el proyecto de hacer Impacto, que entonces se llamaba Impacto Televisión. Me lo propone Hermida, a mí me parece un proyectazo, yo estaba haciendo el informativo a las 7 de la mañana, imagínate, pasar del madrugón a vivir como un ser humano, pues estaba muy bien y me apeteció mucho.
También me apeteció la parte periodística, Impacto era un programa de entretenimiento, pero era un programa con una estructura muy de informativo y yo creo que era muy importante, no mi papel, sino el papel de alguien como yo, que era un periodista de informativos que contaba historias. Yo creo que ese fue el secreto del éxito, que contábamos la historia que había detrás de imágenes que te dejaban de piedra. En aquel momento no creo que hubiera más de 4 millones de cámaras de vídeo en España, y cuando yo me fui de hacer el programa, prácticamente el 80% de lo que emitíamos venía de España. O sea, tú imagínate la repercusión que tuvo el programa para que con esa poca cantidad de cámaras hubiera tantos vídeos que podíamos utilizar.
Con un poco de maldad se puede decir que ahora los informativos de deportes, especialmente los de Antena 3, se parecen mucho a Impacto TV. No sé si eso es bueno o es malo.
A ver, a mí no me parece mal el hecho de que en los informativos se busque entretener en determinados momentos. Y una manera de entretener es enseñando cosas que se salgan de lo común. Lo que sí me molesta un poco es la levedad, o sea, el que se pase por encima de tantos temas de una manera tan rápida sin que haya una posibilidad de análisis. Y eso yo sí que lo echo en falta de los informativos, pero es que estamos en una época completamente diferente, estamos no solo en el clickbait, sino en que la gente que hoy consume contenidos audiovisuales, mayoritariamente, es gente que tiene metido en el cerebro el consumo rápido y el despachar rápido aquello que no le gusta.
Yo creo que los informativos se han contagiado de esa necesidad de ir todo muy rápido y de ir todo muy ligero y, de hecho, muchos informativos ya te ponen un QR, "si quiere usted más información, clica en el QR que nosotros se lo contamos". Pero no aquí, porque aquí tenemos que ir rápido. Pero bueno, yo creo que es inevitable. A nosotros nos daban mucha caña con el tema del morbo y tal, pero es que yo creo que el morbo forma parte de la vida, y yo creo que siempre que hagas las cosas con respeto a las personas que están saliendo y a las personas que lo están viendo, tú puedes meter casi de todo.
Nosotros, por ejemplo, pues jamás metíamos vídeos en los que muriera alguien, intentábamos siempre que si la historia no tenía un buen fin, no la emitíamos, y teníamos vídeos buenísimos que acababan muy mal y que no tenía sentido cortarle el cuerpo a la gente. Había evidentemente un llamamiento a "mira esto, que es flipante", pero intentábamos hacerlo con respeto. Pero claro, luego también hay muchas sensibilidades diferentes, yo había cosas que las veía y me ponía malo, y otras que a compañeros les ponían malos y que a mí no me alteraban, y viceversa. Teniendo en cuenta esas sensibilidades, nosotros intentábamos siempre no transgredir determinadas barreras que nos autoimponíamos.
Antes contabas que pasaste por Telemadrid. Te hiciste cargo de una de las marcas más legendarias para los madrileños, Fútbol es Fútbol. Te pones en los zapatos de Javier Reyero, que era una celebridad en la Comunidad.
No solo era Reyero un señor célebre, es que era un tío que lo hacía muy bien. Sigue siendo un muy buen periodista. Habían hecho un formato muy claro y fue complicado, porque, para empezar, yo entré allí como un ovni en una redacción muy hecha en la que Javier no solo era el presentador, sino era también responsable de los contenidos, y fue un momento extraño. Y luego, al final, pasa siempre en estas cosas que, claro, ahí había un montón de gente que pensaba que por qué no yo en vez de este tío que lo traen de fuera y tal. Con eso tienes que luchar.
Pero, bueno, fueron dos años que estuvieron muy bien, fueron dos años chungos para un programa de fútbol en Madrid, porque el Madrid fue un desastre aquellos dos años. Luego también afectaba el hecho de que ya no solamente eran los programas deportivos los que podían meter imágenes, empezaron los informativos a meter imágenes, entonces eso hizo que también fueran años especialmente complicados.
Pero yo, lo primero, disfruté muchísimo, me lo pasé fenomenal, hice muy buenos amigos, teníamos una tertulia de 7 a 8 y todos los tertulianos luego se convirtieron en buenos amigos, mantengo buena relación con muchos de los que fueron en aquel momento mis compañeros y guardo un recuerdo buenísimo, sobre todo, porque a mí me permitió subir el primer escalón como empresario con un colchón. Porque, claro, yo estaba arrancando mi empresa, que los dos o tres primeros años de arrancar una empresa son muy complicados, pero tenía un colchón estupendo con un trabajo en Telemadrid al que le dedicaba un día y medio a la semana y el resto de la semana, hombre, evidentemente, me leía todos los días cuatro periódicos deportivos y estaba muy encima, pero no tenía que estar allí, yo ya estaba haciendo mis proyectos. Y entonces para mí fue una época estupenda.
¿Cómo se le da la vuelta a que te reciban con cuchillos?
Pues la verdad es que darle la vuelta a esas cosas no es nada fácil, sobre todo, porque hay gente para la que, por mucho que tú intentes ser amable, no pisar callos y llegar de una manera no traumática, inevitablemente, es traumático. Hay un cambio y hay gente que piensa por qué quitan a este y ponen a este otro y cuando ponen a este otro, ¿por qué no me ponen a mí? Y eso es inevitable, o sea, es que contra eso es imposible luchar.
Hay gente que lo aceptó de buen grado, gente que no tan de buen grado, pero es que con eso hay que convivir, y hay que convivir, hay que entenderlo y hasta un cierto punto hay que respetarlo, ¿no? Y ya está, pues yo conviví con aquello.
¿Con qué gente del fútbol te relacionaste en ese momento? Porque al final Fútbol es Fútbol en Madrid fue siempre un programa importante, y eso siempre da pie a conocer gente.
Bueno, era una época en la que todavía tú podías quedar con gente. Con la mayor parte de los jugadores quedaba yo con ellos, o alguien del equipo quedaba con ellos, y la relación era buena, porque muchos de ellos habían sido fans de los programas que yo había hecho, y entonces teníamos una relación. También ellos decían, "pero tú qué haces haciendo fútbol y tal".
Con los futbolistas pues era un poco igual, y con los directivos, hombre, de los directivos estaba entonces Florentino, lo que ocurre es que justo en esos tiempos Florentino dimite, con lo cual a mí con Florentino no me dio tiempo a establecer una relación de amistad, pero, por ejemplo, con Enrique Cerezo en aquel tiempo mantuvimos una relación muy buena y aún hoy la mantenemos, aparte de que a mí me parezca un tío estupendo. Lo que ocurre es que luego las relaciones de amistad cuando tú estás haciendo un programa, por mucho que en el programa intentásemos ser súper respetuosos, y luego hay que ser siempre súper de los equipos de Madrid, pues al final si dices algo crítico o alguien de los tertulianos dice algo crítico, puede haber sensación de este está traicionando nuestra amistad. He mantenido una relación muy cordial, pero no de amistad, porque creo que como periodista no te debes hacer amigo de la gente de la que estás hablando. Eso creo que te puede meter en problemas.
Has citado a Florentino Pérez, que es una de las personas más poderosas del país. El Real Madrid, para Telemadrid, es especialmente importante además. ¿Cómo lo llevabais?
Pues fue muy complicado. Pero lo más complicado para nosotros en aquel tiempo fue que, por mucho que nos empeñemos, la tele es madridista. Es que es así, porque tú ves que en las audiencias estás hablando del Madrid y suben, y cuando te pones a hablar de cualquier otro equipo que no sea el Madrid, bajan.
Evidentemente, si hablas de Barça y Atleti baja menos, pero inevitablemente baja. Tú dices, ¿por qué? Yo no lo sé explicar, pero eso es así. Y resulta que justo ese año, no solamente el Madrid está hecho un desastre con cambios de entrenadores, con resultados tremendos, crisis dentro de los jugadores, se había ido Camacho, era todo como una olla podrida en ebullición.
Y, de repente, el que había sido el líder del proyecto de los galácticos, del Madrid, bueno, de lo que es hoy el Madrid, se va, y fue una sensación como de "Dios santo". Y luego, claro, no solo se fue Florentino, sino que se produjo también un cambio bastante constante de directivos, que llegó a haber hasta tres presidentes de una manera más o menos interina, y para una televisión que vive en gran parte de los éxitos de los equipos madrileños, que el principal de los equipos madrileños, por historia, por títulos y por audiencias, estuviera en esa crisis, pues fue muy triste. Fueron unos meses muy complicados.
Más allá de Florentino, en un programa así, entiendo que mucha gente quiere influir, llama...
Las presiones es que son inevitables, lo que tú tienes que hacer es intentar abstraerte. Me acuerdo alguna conversación con Florentino que decía "tal, no se qué..." Y yo le dije, "no puedes decir que somos antimadridistas, somos el programa más pelota de la historia". "No, no, no lo digo por ti, lo digo por algunos tertulianos". O sea, les molesta que haya alguien que diga algo en su contra, y cuanto más grande es el personaje, con mayor facilidad se molesta. Pero eso yo creo que forma parte de la condición humana, si tú estás rodeado de gente que todo el rato te dice que eres guay, que eres estupendo, que eres el mejor, inmarcesible, pues si de repente viene alguien y te dice, "tienes ahí una motilla", te toca las pelotas. Es que eso es así, y entonces hay que saber que tiene sentido, que reclamen esa unanimidad en el elogio, pero también hay que explicarles, "oye, que no podemos estar todos todo el rato elogiándote, a lo mejor tiene que haber alguien que diga algo crítico".
Y eso ha pasado a diferentes niveles con diferentes personajes, como jugadores que se molestaban porque se había hecho un comentario inadecuado. Pero eso yo creo que forma parte de si tú haces las cosas con una ética periodística, y cuando digo ética periodística me refiero a no mentir, a no tener mala intención, a hacer las cosas de una manera periodísticamente impecable, creo que es más difícil que alguien te meta mano. Y eso es lo que yo, por lo menos, he intentado en toda mi carrera profesional y en aquellos dos años también.
¿Cómo era la Telemadrid a la que tú llegas? Venía de audiencias enormes, sobre todo en el deporte, marcadas, en parte, por los derechos del fútbol.
Ya el año anterior habían bajado mucho las audiencias por lo que te comentaba, porque ya, por ejemplo, Televisión Española y Antena 3 empezaron a meter en sus informativos el resumen de los goles, con lo cual si tú no eras un futbolero acérrimo y estabas casado, pues tu mujer te decía "ya has visto el resumen", y ya no te dejaban ver más fútbol. Por lo menos, a mí me pasaba y yo creo que eso sucedía en muchas casas. Luego, el que es el futbolero, muy futbolero, que era quien nos veía, dependía. Nosotros íbamos desde en una horquilla que era "juega el Madrid el domingo por la tarde y gana" que teníamos en torno a un 20-21%, con un buen partido, a un 10% o 12% que era el fin de semana en el que no jugaban el domingo ni el Madrid ni el Atleti y habían jugado el sábado y habían perdido. Que te hundías. Lógicamente, el tío del Madrid y el tío del Atleti querían ni oír hablar de lo que había pasado.
Había otros equipos, pues Rayo, Leganés, Getafe, que podían estar en Primera o en Segunda en aquellos momentos, y que tenían evidentemente su público, pero desde luego, el público mayoritario que es el que sigue a los grandes equipos, y en concreto al Real Madrid, es lo que te digo, oscilábamos en audiencias entre un 20, 21, 22 cuando las cosas iban muy bien a alrededor de un 10 si habían jugado un sábado y habían perdido.
Todo el mundo que pasa por televisión te cuenta lo duro que es el tema de las audiencias. ¿Cómo lo llevabas tú?
Como hay que llevarlo, o sea, con paz. Yo he tenido programas en los que no te digo que dejase de mirarlas, porque las miras aunque vayas bien, pero, por ejemplo, en Impacto había días que teníamos en el corte de publi un 22%, que tú dices, o sea, qué burrada, ¿no? El corte de publicidad que duraba entre 6 y 8 minutos, un 22%. Y he tenido programas en los que nos hemos pegado unas galletas descomunales.
Evidentemente, el lunes es... yo lo comparo siempre con la nota de selectividad o cuando tienes una nota muy importante que te tienen que dar, pues esa presión que la selectividad la hace uno una vez en la vida, cuando trabajas en televisión, la sientes, sobre todo, si el programa va mal, todos los días. O si es un programa semanal, todas las semanas. Es algo cardiosaludable, porque te hace tener una tensión que yo creo que hace que tengas el corazón más elástico, o te mata. Si no te mata, es cardiosaludable, desde luego.
¿Cómo fue tu final en Telemadrid?
Mi contrato estaba ligado a los derechos de la Liga. Y justo en 2006, o sea, lo que era la temporada 2006-2007, pierde Telemadrid los derechos del fútbol. Entonces, claro, todo el equipo que tenían para el fútbol tenían que devolverlos a la redacción, a los que hacían las retransmisiones y tal. A mí ya se me dijo que mi contrato era de dos años y que si renovaban los derechos hablaríamos de mi renovación, pero, si no renovaban los derechos, yo saldría de ahí. A mí me vino bien porque justo ya el último año, 2006, ya hice mi primer proyecto, una cosa muy pequeña, pero ya hicimos una producción de televisión para lo que entonces era Digital+. Al año de salir de Telemadrid empezamos a producir para Canal+ y a partir de ahí nos empezó a ir bien como productores.
Tu siguiente proyecto relevante tiene que ver con el golf, que es un deporte muy clásico, serio, casi envarado, y por tu manera de comunicar, te pega poco, la televisión por la que se te recuerda no es muy así. ¿Cómo llegaste a Golf+?
Es un mundo complicado, yo llevo jugando toda mi vida al golf y llevo toda mi vida peleando contra el envaramiento del golf. A mí me parece una auténtica mamonada que a alguien se le impida jugar porque lleva una camiseta, unos vaqueros o un chándal. Juega como te salga de las narices. Luego sé educado en el campo, intenta no molestar a los demás, no pegarle un bolazo a alguien, e ir al ritmo al que debe ir al campo, pero el resto me parecen cosas bastante ridículas.
A mí me pasaba que yo veía el canal, y el canal, y que me perdonen, pero a mí me aburría. Salvo los torneos, el canal me aburría. Y yo llevaba mucho tiempo, desde prácticamente que salí de Telemadrid, dándole vueltas, hacer un formato y tal y cual. Y lo había comentado en varias ocasiones, pero bueno, no acababan de verlo, y de repente nombran a Hugo Costa, que ya era amigo mío, director del canal. Y entonces Hugo me llama. "Oye, Carlos, quería hablar contigo, a ver qué ideas se te ocurren". Y yo le dije, "lo primero que yo te propondría es hacer un programa diario de información sobre golf, sobre lo que ha pasado y sobre lo que va a pasar". Y luego ir metiendo reportajes de todo. Y, sobre todo, darle la vuelta al mundo del golf. O sea, intentar hacerlo más fresco, más ágil, menos... Yo jamás voy a salir con americana y desde luego si salgo con una americana no va a llevar botones dorados. Y jajaja, se reía el tío. Y entonces me dijo, bueno, pues preséntame un proyecto.
Le presenté el proyecto de Golflog, que tiene gracia porque Golflog, yo inicialmente, como pensaba darle la vuelta al mundo del golf, dije, "venga, pues Flog". Bueno, te podrás creer que cuando voy a registrar Flog, tres días antes, otro tío había registrado Flog para otro proyecto, para una tienda o para un bar o no sé qué. Joder, una idea que a nadie se le había ocurrido nunca, porque era la primera vez que se registraba Flog, se nos ocurre a dos tíos la misma semana.
Bueno, pues de repente digo, venga, pues Flog no, el palíndromo de golf, Golflog. Y me voy a registrarlo, no estaba registrado como marca en España, pero me voy a registrar el dominio de internet y había dos golflogs. Uno, golflog no sé qué, que lo tenía un tío de Japón y golflog.com que lo tenía un tío de Wisconsin. Con lo cual algo que yo creía que era una genialidad, se le había ocurrido ya a dos tíos antes.
Y entonces presentamos el proyecto, vimos que era imposible, por muchos motivos, hacer un programa diario, así que dije, bueno, pues hacemos tres programas semanales, lunes, miércoles y viernes a las ocho y media de la tarde y se repite tres veces cada programa. El del lunes se repite el martes y el miércoles hasta que se emite el nuevo, el del miércoles se emite jueves y viernes y el de viernes durante el fin de semana. Y fue una fórmula que funcionó, el programa yo creo que cayó bien. Inicialmente, lo presentaba con Juan Vizcaya, un profesional, que el tío lo hacía fenomenal, pero Juan tenía una vida muy complicada y le desencajaba mucho las grabaciones. Dejó de presentarlo y busqué a otra persona y esa persona fue un hallazgo, fue Itziar Elguezabal, que era una profesional que entonces estaba jugando en el circuito europeo, buenísima. Pero es que luego la tía, mirando a cámara, era un cañón, que eso o se tiene o no se tiene, o sea, hay gente que pasa y gente que no pasa, e Itziar pasaba como un ferrocarril.
Y entonces empezamos a hacer el programa y yo creo que el hecho de tener a un profesional ahí sentado ayudaba mucho a que la gente del sector no te viera como un ovni. Yo creo que yo lo que aportaba era la normalidad. A ver, yo soy jugador de golf toda mi vida, pero no he sido periodista deportivo de golf, nunca, y quiero hacerlo de una manera muy personal y muy diferente a cómo se hacía. Creo que funcionó. Estuvimos haciendo el programa casi cinco años, que eso en televisión eso es una cosa rarísima, hicimos 600 y pico episodios y te juro que fue de las épocas más felices de mi vida profesional. Si mañana me tocara la lotería, yo querría volver a hacer Golflog. Se lo regalaría a Plus, les diría, "ey, os lo regalo, pero yo gestiono la parte comercial". Porque el programa, durante cinco años se sostuvo y lo pagaba yo con mis anunciantes. O sea, que fue una cosa de estas carambolas de la vida que consiguen que hagas algo tan estupendo como aquello.
Pasa mucho eso en televisión, especialmente en el golf, también en otros temas muy especializados, que se piensa mucho en contar el deporte, pero poco en hacer televisión. Tú eres, por encima de todo, una persona de televisión.
Para mí es muy importante que en el contenido que tú hagas, el tío que te está viendo se entretenga, porque es que si no se entretiene en algún momento va a hacer zapping. Yo creo que ese reverencial respeto que hay que tener al espectador, de lo que te decía antes, de la ética periodística, de no mentir, de ser creíble, de hacer las cosas bien, de no hacer daño, de intentar, aunque hagas una crítica, hacerla de una manera educada... Todo eso forma parte de lo que luego tienes que hacer, por encima de todo eso, que es entretener. Y es que el tío que está en casa se lo pase bien y que, sabiendo que tiene otras opciones, se quede contigo.
A mí me parecía que hacer el programa como lo hicimos, con vídeos cortos, con humor... teníamos varios momentos de sentido del humor dentro del programa, porque a mí me parece que es fundamental. Yo, hasta cuando hacía informativos, intentaba siempre meter un toque de humor en mis entradillas o en la parte final del informativo, pero si estás haciendo, encima, un programa de deporte, es que creo que es esencial que haya un momento en el que la gente se ría, en el que te lo puedas pasar bien. Y así lo hicimos y yo creo que funcionó.
La prueba de que funcionó es que yo era amigo de quien era director general de Google, y un día jugando al golf me pregunta, "oye, tendréis ya canal de YouTube, ¿no?" ¿Qué dices? Esto en 2008, ¿eh? Bueno, no tenemos canal de YouTube, los vídeos están colgados en una web, que además nos costaba una pasta de servidores y tal, que me dice, "eres un cateto". Me montó una reunión con su equipo, con el equipo de Google y con el equipo de YouTube, y nos dijeron, "oye, abrid un portal y a partir de no sé qué número de suscriptores ya llegas a un acuerdo comercial y por cada visionado, si la gente ve los pre-rolls, pues tú te llevas un dinerín". Bueno, pues llegó un momento, te hablo del año 2009 o 2010, que recibíamos 700, 600, 500 euros al mes de Google.
¿Cuál era el secreto? Mogollón de gente nos escribía desde Latinoamérica, desde Estados Unidos, hispanos, diciéndonos que no había contenidos de golf en español que fueran cortos, que los que había eran o muy largos o con un tío en español doblando por encima, algo muy cutre. Y nosotros, de repente, dábamos vídeos de dos minutos en los que contábamos una historia, María Acacia López-Bachiller nos contaba historias, teníamos entrevistas con todo el mundo del golf, reportajes sobre cómo se hace un palo, cómo se hace un bunker... lo que quieras. Y luego en todos los programas había al menos dos clases, una que daba Itziar, que me la daba a mí, que era un hándicap medio y otra que daba Jaime Benito a un tío que no había tocado un palo en su vida y que tenía el reto de sacarse el hándicap. Luego, semanalmente Kiko Luna nos daba una clase de cómo estando en tu casa puedes hacer ejercicios para mejorar y yo creo que eso fue lo que hizo que el programa le gustase a la gente y que la gente nos recibiera con tanto cariño. Era era muy curioso mucha gente, incluso, que no tenía el Plus nos veía y nos veían siempre a través de YouTube.
Eso te llevó a involucrarte mucho en el mundo del golf, que para mucha gente es algo lejano, pero sus cifras son impresionantes. ¿Qué te encontraste allí?
Me encontré que el golf está plagado de voluntarios. Las federaciones, por ejemplo, en las federaciones nadie cobra, los empleados de las federaciones evidentemente sí, pero los presidentes de los comités, el presidente de las federaciones, los vicepresidentes, los de la junta directiva que trabajan como locos y que los fines de semana se van a torneos con los juniors, con los infantiles, con los benjamines, son gente que tiene una vocación de servicio. Y a mí eso me parece admirable.
Y me parecía que era un mundo en el que a mí me apetecía aportar algo. Entonces, yo lo que vi era que había un hueco gordo en el golf femenino. Y pregunté por qué no había un circuito nacional femenino, cuando en aquel momento había un potentísimo circuito nacional masculino, y por qué cuando las niñas amateurs en España eran buenísimas y ganaban todo, Mundiales, Europeos y tal, igual, de repente, llegaba la época profesional y desaparecían. Era muy raro que una niña se hiciera profesional en aquella época. Y me dijeron "pues porque nadie la ha propuesto nunca", entonces yo dije "¿si encuentro un patrocinador vosotros me apoyaríais?" Sí, sí, sí.
Empezamos primero el Banesto Tour, que estuvimos tres o cuatro años, y, luego, cuando Santander absorbe Banesto, estuvimos dos, tres años sin hacerlo y en el 2015 volvimos con el Santander Tour, y luego a los tres años de hacerlo el Santander decidió sacar el circuito a concurso, que fue una maniobra que a mí evidentemente no me gustó y me pareció que estuvo muy mal hecho, pero bueno, pues ya está, y entonces yo dejé de organizar el circuito. Fueron siete años muy bonitos. Prácticamente no ganábamos un duro porque íbamos muy pelados, pero con el programa sí ganábamos dinero y entonces empresarialmente fue una época estupenda.
Estar en el mundo del golf te llevó a conocer y a tener relación con Severiano Ballesteros, que es uno de los grandes deportistas de la historia de España.
La primera relación con Severiano, aparte, por supuesto, de como ídolo, fue en el año 97, 98, no me acuerdo. Me invitan a un Pro-am, de un torneo que organizaba Seve y al terminar de jugar, de repente me viene el sobrino de Seve y me dice, "oye tal, vente, que vamos a comer ahí un grupo de gente". Y llegó el grupo de gente y eran Matías Prats, que ya lo conocía, Enrique Ponce, Pepín Liria, Iván, alguno de los hermanos de Seve y, ¡pum!, de repente, se sienta Severiano. Y, claro, para mí, Severiano, aparte de ser mi ídolo, era un tío que tenía un poco de fama como de tío lejano, altivo, un poquito... tenía un punto de mala leche y tal, y yo, claro, pues me acerqué a saludarle, a darle las gracias por la invitación y tal. O sea, encantador, encantador, una cosa, graciosísimo, porque Seve, que era muy cántabro, luego tenía el tío un sentido del humor y contaba unos chistes fenomenales, y luego era un tío que tenía luz, o sea, era un tío que entraba en los sitios y todo el mundo miraba a Seve, macho, y yo no sé si todo el mundo miraba a Seve porque tenía luz o tenía luz porque todo el mundo le miraba, pero era un tío que iluminaba los lugares en los que entraba, ¿no? Y luego, pues, con el tiempo nos fuimos encontrando en un montón de torneos. nunca fuimos grandes amigos, teníamos muy buena relación, pero no éramos amigos, pero cuando empezamos Golflog, le hicimos la primera entrevista.
Quedamos con él en el Hotel Intercontinental y le hicimos una entrevista tan larga que tuvimos que dividirla en tres partes. Y fue la última entrevista que él concedió a una televisión antes de quedar enfermo. Y fue una entrevista tan bonita... el tío hablando de sus niños, de su vida, diciendo que cuando él empezó todo era imposible. Y yo conseguí todo. Era imposible que en España jugara cualquiera al golf y hay campos públicos. Era imposible no solo ganar una Ryder, sino jugar una Ryder. En España nadie había ganado un major hasta que Seve gana el British, ganar el Masters... Y él decía, "yo fui derribando barrera tras barrera", y lo único que se quedó sin hacer el pobre, fue un centro de Severiano de golf en Cantabria.
¿Cómo llevaste su enfermedad?
Pues, mira, nos vimos varias veces, pero la última vez que nos vimos fue un día realmente especial. María Escario, la periodista de Televisión Española, solía venir a los Pro-Am y muchas veces hacía de caddie para Sonia Wunch, una de las profesionales que jugaban en nuestros circuitos. Iba a venir al Proam de Pedreña, que íbamos a hacer cerrando la temporada del año 2010, Y me dice, "oye, ¿por qué no intentamos quedar con Seve y que un grupo de chicas puedan conocerle?" Y yo, joder, me hace una idea buenísima. y tal. María me dijo, "no te preocupes, yo hablo con Seve y lo organizo".
Seve dice que no, que un grupo de chicas no, que todas las que quieran, con sus familias, o sea, con su, muchas venían con padres o madres, o con sus cadis y tal, ningún problema. Y quedamos, no en el club, sino en un restaurante que se llama La Marina, que era uno de los restaurantes favoritos de Seve. Claro, Seve, en aquel momento, estaba muy fastidiado, estaba ya con unas secuelas de la operación tremendas, el propio cáncer ya estaba haciendo otra vez su trabajo y estaba muy mal. Entonces yo le vi jugar una tarde en Pedreña, le vi de lejos, y dije, bueno, mira, buena señal que esté jugando. Pero esto era al día siguiente. Hasta el último momento no sabíamos si iba a venir, quedamos a las 6 de la tarde, en un principio iba a ser tres cuartos de hora, como mucho, y el tío estuvo tan a gusto que estuvo tres horas con las chicas. Contándoles de todo. Las chicas empezaron a preguntar, y empezaron a preguntar desde el punto de vista más personal de profesional a profesional, y fue precioso.
Hubo un momento en el que ya eran las nueve menos cuarto, y entonces, él hizo una última referencia, diciéndoles, "oye, mañana cuando vayáis al campo", porque él les habló de sus técnicas de motivación, de visualización del torneo que iba a jugar al día siguiente, del campo que iba a jugar, y les animó a hacer eso, y le dice, bueno, pues a ver si mañana alguna aplicáis lo que os he contado, que os vaya fenomenal, muchísimas gracias. Se levantaron todas las chicas, sus padres, sus madres, sus caddies, y estuvieron aplaudiendo... Acabamos todos, yo me emociono al recordarlo, acabamos todos llorando.
También has conocido a los otros grandes, Sergio García, Olazabal... ¿Quién más te ha sorprendido en el mundo del golf?
Pues, mira, con Sergio sí que tengo una buenísima relación y me da mucha pena que Sergio no siempre es bien tratado por los medios y por la afición y la gente habla de él como si fuera una persona difícil y es un pedazo de pan, un tío extraordinario. En todos los sentidos, como jugador de golf, por supuesto, pero luego es un hijo estupendo, un hermano estupendo, un amigo estupendo y un marido y padre estupendo y la verdad es que da gusto estar con él. Y me da mucha pena eso, que no siempre se le trate lo bien que yo creo que merece.
¿Por qué crees que se da eso?
Lo que ocurre es que, mira, yo creo que también cuando tú estás sometido a la presión de que todo el mundo sabe quién eres, todo el mundo quiere estar contigo... Yo me acuerdo, Seve, una cosa que me contó. Decía, "la gente no es consciente de que tú conoces a millones de personas y todo el mundo se acuerda de que ha jugado contigo el Proam el 17 de noviembre del año 79 en Osaka". ¿Pero cómo me voy a acordar? Es que es imposible. Y no porque yo sea un tío elevado o soberbio, no, es que es imposible que me acuerde porque, ¿este tío por qué se acuerda? Joder, porque jugó con Seve. Y muchas veces si tú no estás lo suficientemente simpático generas la sensación de que eres un capullo. Y le ocurre a muchos deportistas, ¿no? Y yo creo que Sergio también ha cometido algún error, ha hecho a lo mejor cosas que no debería haber hecho, pero, por encima de todo, es una buenísima persona y es un tío que se le pide lo que sea para cualquier ONG y ahí está. El tío hace un montón de cosas benéficas de las que no se entera nadie. Porque, claro, luego hay otros que hacen cosas benéficas para que se entere todo el mundo. Sergio hace infinidad de cosas benéficas, él y su familia, de las que no se entera nadie. Y así debe ser.
Y luego, pues con Chema, pues con Chema he tenido una relación muy buena, sin que seamos amigos, pero una relación muy buena, con Miguel Ángel Jiménez, que además es paisano y del mismo año que yo, y nos llevamos muy bien. Con Jon he tenido menos relación, claro, porque Jon salió muy jovencito, pero he jugado con él un Pro-am y también un tío fenomenal, y que se tiró prácticamente un día entero jugando un Pro-am para una entidad benéfica, para la síndrome de West cuando ya era súper top, pues es alguien que tiene un fondo estupendo. Que en algún momento Jon, Sergio, Chema pueden tener una salida de pata de banco en el campo, fuera del campo. Pues puede, pero yo creo que están sometidos también a un nivel de presión que hace que esas salidas de patada de banco puedan producirse. No es lo deseable, pero para mí es comprensible.
Y luego no hemos hablado de las chicas, porque de las chicas, o sea, yo que he jugado pro-ams con Carlota [Ciganda], con Azahara [Muñoz], con Belén Mozo... mantuve con ellas una relación estupenda, de colegas más que de amigos, y con algunas he mantenido relación de amistad, y también son gente fenomenal. En general, son deportistas que llevan toda la vida escuchando lo buenos que son y siendo las mejores de su club, de su ciudad, de su comunidad autónoma. Normalmente, los que llegan arriba han sido campeones de España. Entonces son gente que está muy acostumbrada al elogio y normalmente los elogios suelen tender a ser hiperbólicos. Entonces, claro, cuando tú estás rodeado de la hipérbole y de repente alguien te dice algo que no es tan elogioso, pues puedes no reaccionar adecuadamente.
Yo soy muy condescendiente con las salidas de pata de banco de todos y les valoro mucho, porque creo que el deporte educa mucho y el golf, en concreto, educa más.
Has hablado del golf femenino, dirigiste un circuito nacional, incluso, y el golf es uno de los deportes en los que la desigualdad entre sexos es mayor. En el tenis, que es el otro gran deporte individual globalizado, la diferencia es muy inferior.
Pues mira, yo creo que hay varios problemas. Para mí, el circuito europeo femenino lo ha hecho mal. De hecho, cuando yo empiezo el Banesto Tour yo me gastaba más dinero por torneo en comunicación que el circuito europeo femenino en la mayor parte de sus torneos que tú dices, es imposible, ya te lo digo yo. Increíble. Tú no puedes pretender ponerte al nivel de patrocinadores de otros eventos si tú no consigues la misma repercusión en medios que otros eventos.
Están cambiando las cosas, están empezando a hacer las cosas mejor, está empezando a llegar el dinero árabe que ha inundado todo el deporte, y, en concreto, el deporte masculino con el LIV, pues ese dinero árabe está empezando a llegar también al circuito femenino. Gran parte se va al circuito americano, pero también está llegando dinero al circuito europeo.
Aun así, una chica que esté entre las 100 primeras de Europa no gana mucho dinero. A lo mejor las 15-20 primeras sí, pero de la 20 para abajo es que puede pasarles que les cueste dinero. Porque, claro, tú imagínate que tienes que viajar a Australia, India, Indonesia, es que se recorren en el mundo entero. Si tú tienes que andar recorriendo el mundo entero, más pagar fisioterapeutas, un caddie que te ayude, el psicólogo, porque claro, ya el deporte está tan profesionalizado que, o tienes todo eso, o estás en desventaja con respecto a los demás. Entonces, al final, tú dices, joder, es que entre viajes y todo lo que tengo alrededor, o estoy entre las 10, 15 primeras de Europa, o no gano dinero. Es que palmo dinero.
Luego los patrocinadores no llegan, porque hasta hace muy poco el circuito europeo femenino lo ha hecho muy mal, el tema de la televisión y el tema de los medios, y todavía hoy te pasa que metes en cualquier buscador "Ladies Europe, Ladies", y no te aparece inmediatamente European Tour. Y sobre todo a mí, macho, que me dedico a estar todo el día buscando cosas de golf. Tú pones "ladies" y no te aparece como primera opción European Tour.
Y eso es un tema que, por un lado, es orgánico, pero si por orgánico no sale, es que lo están haciendo mal. Y si por marketing no sale, es que lo están haciendo mal.
Hay una distancia descomunal, pero que principalmente está en cómo se ha gestionado el circuito, los derechos de ese circuito, la comunicación de ese circuito en los últimos años. Y luego, en España hay un problema gordísimo, y es que no hay patrocinadores que paguen torneos de golf. Ahora mismo empieza a haber Estrella Damm y tal y cual, pero la mayor parte de los torneos de golf en los últimos 20 años en España los han pagado instituciones públicas: turismo Andalucía, turismo de Castellón, turismo de Valencia.... ¿Qué ha sucedido en los años malos? Que cuando a la institución pública le dicen, oye tío, tienes que recortar, ¿de dónde recortas? Lo primero, pues de patrocinios. ¿Y de dónde caen los primeros patrocinios? Del golf. Y entonces nos fuimos a la porra.
Está costando mucho recuperar desde ahí, pero lo que hay que conseguir es hacer algo lo suficientemente atractivo como para que el patrocinador español decida poner ahí su pasta.