Geovanni, el brasileño que llegó después de Figo y estuvo a punto de ir al Mundial de Corea y Japón: "Nos equivocamos"
El delantero procedente del Cruzeiro jugó dos temporadas en el Barça. "No entendemos por qué no triunfó", explica el expresidente Joan Gaspart.

"Era un jugador con velocidad, desborde y gol", recuerdan a Relevo, excompañeros suyos en el FC Barcelona. El paso de Geovanni por el conjunto azulgrana estará marcado por el pobre rendimiento de un futbolista del que se esperaba mucho y por el que el club culé pagó 21 millones de euros la temporada 2001-2002 después de la marcha de Luís Figo al Real Madrid. Geovanni llegó en gran parte para hacer olvidar al portugués, algo que nunca logró hasta el punto de marcharse del club por la puerta de atrás dos años después de su aterrizaje.
"Tenía muy buen disparo, pero siempre le daba al palo", comentan miembros del cuerpo técnico culé que le entrenaron. Carles Reixach fue su primer entrenador. Su paso por Barcelona fue una auténtica decepción. Se esperaba mucho de un jugador que llegó a Can Barça después de actuaciones muy buenas en el Cruzeiro que hicieron que la dirección deportiva se fijara en él. De hecho, había llegado siendo el mejor futbolista del brasileirao del curso anterior. "Era un buen chaval, tímido e introvertido y se juntaba mucho con Fábio Rochemback que llegó también ese mismo verano", explica el exazulgrana Gerard López, que compartió vestuario con el atacante durante una temporada. "Vino en un momento de dificultades y el equipo no estaba jugando bien a fútbol. Era una época complicada y le costó entrar en el equipo. Era joven, muy buen tipo, introvertido y sí que recuerdo que tenía calidad", añade Dani García Lara, compañero del brasileño en su corta estancia en Barcelona.
"Nunca llegó a demostrar su verdadero potencial. Era un fichaje avalado por la dirección deportiva que entendía que podía aportar aspectos positivos. Aquel verano fichamos a varios jugadores aprovechando el dinero que nos dejó la operación de Figo", reconoce a Relevo el presidente de aquella época, Joan Gaspart. "Hace 25 años podíamos fichar a quien quisiéramos. Nosotros después de la marcha de Figo al Madrid teníamos mucho dinero. Pero nos dimos cuenta de que el dinero no lo era todo porque fichamos a muchos jugadores y no ganamos nada. Lo más importante es acertar", revela Gaspart, en referencia también a las declaraciones de Xavi Hernández días atrás, que vuelven a dejar su futuro en el aire.

"Nos dimos cuenta de que lo importante era apostar por jugadores de casa y complementarlo con jugadores diferenciales, como hizo el Barça de Guardiola en su día. Nosotros nos equivocamos con Geovanni, pero los informes eran muy buenos", se sincera el expresidente blaugrana. Incluso estuvo muy cerca de ir al Mundial de Corea y Japón en 2002. El seleccionador brasileño Luiz Felipe Scolari lo tenía en la prelista, pero tras su pobre rendimiento en la Ciudad Condal se quedó a las puertas de la cita mundialista.
«Chusín, el precio lo pongo yo»
El fichaje dejó una de las frases célebres de la etapa de Joan Gaspart en la presidencia azulgrana. Chus Pereda, exfutbolista y técnico del Barça, aseguró que Geovanni "centraba como Figo y tiraba las faltas como Rivaldo". Josep Maria Minguella también recomendó la operación del joven brasileño, que por aquel entonces tenía 21 años. "Es ya casi una estrella y tiene todas las condiciones para convertirse en algo importante", aseguró.

Anton Parera, el director deportivo del club, cerró la operación por 21 millones de euros. Poco después, Pereda denunció que el precio del traspaso se había inflado en poco menos de 8 millones de euros. "Parera, me dijo, 'Chusín', el precio lo pongo yo", explicó. Después de varios dimes y diretes, el caso acabó en los Tribunales y la justicia absolvió en 2002 al Barça, a Geovanni y a su representante.
Tres goles en dos temporadas
El paso de Geovanni por el Barcelona se recuerda más por su controversia alrededor del montante de la operación que por su rendimiento deportivo. Tres goles y tres asistencias en dos temporadas fueron la aportación de un jugador que aterrizó en el Camp Nou con vitola de crack mundial. En su primer año con Carles Rexach empezó jugando los 13 partidos de Liga, pero se fue deshinchando hasta perder todo el protagonismo. El segundo curso, con Louis Van Gaal en el banquillo, fue el del adiós de Geovanni. Las llegadas de Riquelme y Mendieta le cerraron definitivamente la puerta.

Se marchó de Barcelona 18 meses después tras haber jugado 43 partidos en dos campañas. Estuvo tres años en el Benfica antes de volver a su equipo natal, el Cruzeiro. En 2007 volvió a Europa para jugar en el Manchester City. Luego en el Hull City ofreció su mejor versión, convirtiéndose en titular indiscutible y marcando 13 goles en dos temporadas. Geovanni colgó las botas en noviembre de 2013 en el Bragantino de la Serie B de Brasil.