Gerard Moreno, la amenaza del Villarreal con el que soñaron Pepe Mel y Serra Ferrer
El delantero estuvo hasta en dos ocasiones en el punto de mira del Betis en el pasado. Acumula diez goles en esta temporada.

Betis y Villarreal necesitan la victoria este domingo en el Benito Villamarín. Los heliopolitanos, para ilusionarse con la recta final de LaLiga tras la derrota ante el Atlético; los castellonenses, con la intención de continuar la escalada en el torneo liguero y, a la vez, olvidar el varapalo de Marsella. Y tanto unos como otros estarán pendientes de Gerard Moreno, el delantero preferido de Marcelino García Toral y que hasta en dos ocasiones estuvo en el punto de mira del equipo verdiblanco.
Con diez goles en esta temporada, el catalán ha recuperado sensaciones, aunque ahora sea su compañero Alexander Sorloth quien aparezca inspirado ante la portería contraria. Pero el juego de ataque del Villarreal tiene una pieza fundamental de su engranaje en Gerard, que lo mismo sirve de enganche que culmina dentro del área. Esas cualidades y olfato goleador siempre gustaron en Heliópolis, donde tanto en 2015, con Pepe Mel como entrenador, como en 2018 y 2019, con Lorenzo Serra Ferrer ejerciendo de vicepresidente deportivo, se movieron para intentar vestirlo de verdiblanco.
En ninguna de esas dos ocasiones la operación llegó a buen puerto. En el verano de 2015, Gerard acabó en el Espanyol, el club donde había iniciado su formación como futbolista, pero antes estuvo muy cerca de fichar por el Betis. "Pasaron cosas extrañas, pero lo tuvimos a punto de caramelo para cerrarlo", cuenta un técnico que trabajaba para el club bético en aquellos tiempos. José Manuel Llaneza, entonces vicepresidente del Villarreal, mantuvo contactos con el Betis, del que entonces Eduardo Maciá era su director deportivo, y por tres millones de euros se estaba a punto de cerrar la operación. Finalmente, todo se frustró y el delantero acabó recalando en el conjunto periquito, que abandonaría tres años después de vuelta a Villarreal.
Si en 2015 la operación no se acabó ejecutando, el Betis volvería a la carga tres años más tarde, ya con Lorenzo Serra Ferrer como vicepresidente deportivo. El balear, un enamorado de Gerard Moreno desde muy jovencito, cuando lo fichó para el filial del Mallorca, puso su nombre encima de la mesa durante dos años seguidos. Era su preferencia para reforzar la delantera, al entender que su margen de crecimiento lo convertiría en uno de los grandes puntas del fútbol español.
Si las altas exigencias del Villarreal, que lo había recuperado por 20 millones de euros, hicieron dudas al Betis e impidieron esa posibilidad en el verano de 2018, la siguiente temporada sí estuvo de nuevo cerca de recalar en Heliópolis. Tras una irregular campaña, en la que Gerard anotó ocho goles en su regreso a Villarreal, el club castellonense sí estaba dispuesto a un traspaso por una cantidad inferior a los 40 millones de euros que marcaba su cláusula de rescisión. Pero de nuevo todo se iría al traste.
Primero, en el Betis se había perdido la confianza en Serra Ferrer, que acabaría fuera del club ese mismo verano tras sus discrepancias con los dirigentes, Ángel Haro y José Miguel López Catalán. Luego, el adiós del balear también supuso un cambio de planes en el apartado deportivo y, finalmente, el club verdiblanco apostó por la contratación de Borja Iglesias, el delantero de moda del año anterior, por quien acabaría pagando más de 28 millones de euros al Espanyol.
Las dos siguientes temporadas de Gerard Moreno confirmaron ese salto en su rendimiento. 50 goles entre todas las competiciones colocaron al catalán como uno de los delanteros de referencia del fútbol español e incluso en octubre de 2019 llegaría su estreno como internacional. Desde ese momento ya se convirtió en un intocable para el Villarreal -lo renovó en 2021 hasta 2027 y con una cláusula de 100 millones de euros-, donde ahora ejerce como capitán y también como principal amenaza del Betis para ese duelo en el Villamarín.