ATHLETIC CLUB

Claves del nuevo Athletic: exigencia a Nico y Guruzeta, trabajo específico y ser más valientes

Ernesto Valverde entendió que debía encontrar una versión más ofensiva para paliar la falta de pegada de los rojiblancos y asfixió a los atacantes con la necesidad de mejorar sus cifras.

Los jugadores del Athletic celebran uno de los goles conseguidos ante el Rayo Vallecano. /AFP
Los jugadores del Athletic celebran uno de los goles conseguidos ante el Rayo Vallecano. AFP
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

El Athletic Club está volando, convertido en uno de los equipos revelación de la temporada no solo por ocupar con firmeza los puestos europeos, si no por el juego que están desplegando los futbolistas rojiblancos. Un cambio drástico en cuanto a números, pasando de lamentar la falta de gol de las últimas temporadas a ser el tercer equipo más goleador en lo que va de temporada (30), únicamente superado por Real Madrid (33) y Girona (34). No es casualidad, ya que el conjunto rojiblanco se ha convertido en un equipo más ofensivo, con mayor ambición y desatado en busca del rival durante los 90 minutos.

Ernesto Valverde es el gran culpable. El técnico, en su valoración final de la temporada pasada ante los medios del club, hizo un análisis benévolo del curso. Puntualizó las muchas cosas que los bilbaínos hacían bien y se centró en la falta de puntería y los muchos partidos que merecieron más y consiguieron poco como principal déficit del cuadro vasco. De puertas para adentro, el análisis era similar, pero con un claro foco. Si el Athletic quería competir por lo máximo debía dar un paso al frente, sobre todo en San Mamés, desmelenarse y centrar su fútbol en ser lo más ofensivos posibles. Resumiéndolo: no buscar ganar recibiendo menos que el rival, sino hacerlo anotando más. Parece lo mismo, pero no lo es.

El verano, pese a tener una pretemporada atípica por la gira en México, sirvió para dejar claras las bases. Varios jugadores soportaron un mensaje constante. Nico Williams, que se reincorporó más tarde, y Guruzeta fueron dos de ellos, centrándose en que debían mejorar sus números en lo personal a base de tener más 'colmillo'. Sobre el pequeño de los hermanos se insistió en la obligación de terminar más jugadas, ya sea en lo individual o buscando centros. "Valverde me dice que chute más", dijo tras su golazo ante el Rayo Vallecano, en la línea de ese mensaje que lleva calando desde pretemporada. Además, suma ya cinco asistencias en 12 partidos jugados, mejorando las cuatro que consiguió en toda la temporada pasada.

Nico Williams y Guruzeta fueron dos de los futbolistas en los que se insistió en pretemporada que debían mejorar en sus cifras

Con 'Guru' se trabajó su olfato en el área para convertirse en referencia, más allá del buen trabajo que hace fuera de ella y que potencia a los Williams. Lógico que estén negociando una ampliación de contrato, convertido en máximo anotador del equipo junto a Iñaki Williams con 7 dianas (un más que en la 2022-23). Pero, además, el entrenador asumió también parte de responsabilidad. El equipo tenía que ser más ambicioso en busca del gol y llegar con más gente al área. Atacar más y mejor, consciente de que eso podía suponer exponerse defensivamente.

Según cuentan los protagonistas, este curso hay mucho más trabajo específico ofensivo y de llegadas en Lezama, además de un aumento de las sesiones analíticas para la mejora en la finalización del flujo de juego que consiguen los rojiblancos. A esto se suma una mayor llegada desde segunda línea, personificado en Dani García, Vesga o Galarreta, quienes se asoman mucho más por esas zonas en lo que va de curso.

En ese sentido, la llegada de Iñigo Ruiz de Galarreta fue un punto que desde el club y el banquillo consideran como un elemento clave en la mejoría grupal. Es el jugador que el Txingurri buscó durante todo el curso pasado y no encontró -quizá por las lesiones constantes de Ander Herrera-, capaz de darle fluidez al juego sin desmerecer su rendimiento en las ayudas defensivas, además de conectar con un Sancet en una altura intermedia.

La confianza y el estado anímico es otro de los puntos determinantes. Valverde ha conseguido que buena parte de los titulares esté en el mejor momento de sus carreras, con especial mención para un Iñaki Williams que es un jugador nuevo escorado en la banda. Sancet y Nico han crecido y ya mandan en el juego, quienes junto a Guruzeta conforman una zona ofensiva que tiene poco que envidiar a los equipos que compiten en competición europea. Los de arriba vuelan y la receta es darles pista para que acaben aplastando a sus rivales a base de ataques y más ataques.

Todo esto ha permitido ver a un Athletic más ofensivo y más goleador que nunca. Los 30 tantos anotados, una media de dos por partidos, no tiene comparación con ninguna de este siglo. Ni siquiera con la 2013-14, también con Valverde en el banquillo y en la que finalmente se consiguió la cuarta posición. Entonces los rojiblancos habían celebrado 23 tantos en 15 encuentros, siete menos que en la actualidad. Pero es que, además, los rojiblancos están generando estos números y no son fruto de la casualidad, como lo demuestra que el xG (goles esperados) actual de los bilbaínos sea de 29,93.

El Athletic, con 30 goles, suma su arranque más goleador del siglo y se ha convertido en un equipo que golea a sus rivales en San Mamés con una media de 2,75 goles por encuentro

Tampoco en ninguna campaña desde que se analizan estos datos lucían una estadística tan alta. Ni siquiera en el buen arranque del curso pasado, cuando marcaron 24 tantos en 15 choques con un xG de 25,25, o en la única temporada completa de Marcelino García Toral, en la que en la temporada 2021-22 generaron en 15 jornadas un xG de 23 pero apenas marcaron 13 tantos en un curso protagonizado por la falta de acierto.

Pese a que sobre Valverde se han centrado muchas veces críticas por la falta de ambición en el juego, la realidad es que desde dentro del vestuario ven un entrenador muy ofensivo, obsesionado con el ritmo y cómodo en choques abiertos. "Somos un equipo valiente", dicen. No le tiembla el pulso para plantear encuentros que exponen a sus centrales con la línea muy adelantada, pese a que haya días en San Mamés en los que los rivales han encontrado los espacios. Los casos más evidentes son ante Valencia y Celta, aunque el Cádiz también tuvo fases pese a la goleada (3-0), pero el técnico está convencido de que la receta del éxito es ser más ambiciosos que nunca.

Los números en San Mamés son una evidencia. Los rojiblancos suman 22 tantos en solo ocho partidos, los mismos que en toda la temporada pasada. Una media aplastante de 2,75 goles por encuentro, teniendo en cuenta que se quedaron sin anotar en el estreno ante el Real Madrid. Es decir, sin tener cuenta a los blancos, el Athletic suma más de tres goles por partido cuando juega ante su afición. Cuatro goles han marcado a Betis, Celta y Rayo, tres a Cádiz y Almería y dos frente a Getafe y Valencia. El curso pasado el Athletic se desangró en San Mamés, con solo ocho triunfos en 19 encuentros y con diez partidos sin marcar ante su gente. Ahí había mucho margen de mejora y el Txingurri la ha encontrado con una receta que ha calado: atacar, atacar y volver a atacar.