El Girona le saca los colores al Barça y ya es equipo de Champions

La derrota en Montjuïc desencadenó una gran crisis en Can Barça. Esta, en Montilivi, hace retumbar los cimientos del proyecto de Xavi. No solo estaban en juego tres puntos y la segunda plaza, sino que también ser el premio al equipo más plástico, el más vistoso, que al fin y al cabo es por lo que se recuerdan los grandes equipos. Un 'partido' que Xavi y Míchel empezaron jugando entre bastidores. El resultado: el Girona le sacó los colores al Barça, que se autocondenó con errores imperdonables.

El paladar de Míchel es fino. Se vio superado en la primera parte, tras una buena puesta en escena del Barça. En la segunda, sus cambios tuvieron recompensa. Su Girona, que sigue avanzando en la historia y celebra ser equipo de Champions. Hace unos días, Montjuïc hacía la ola con un triste 2-2 en el marcador. Este sábado, Montilivi la hacía endosándoles un 4-2. Al Barça se le escapa la segunda plaza, la Supercopa y se hunde en un lodazal de interrogantes. El Girona, en otro universo, saborea la historia. Los de Míchel tienen mentalidad de equipo grande.

Faltaba cerca de media hora para el final del partido y Míchel pensó en sacudirlo. Valiente, sustituyó a David López y Tsygankov por Couto y Portu. El impacto fue inmediato. En un regalo, Sergi Roberto, una concesión más, asistió a Dovbyk. El ucraniano tuvo el temple para detenerse y asistir a Portu al segundo palo. Todavía con la emoción en el cuerpo, el Girona robó otro balón y Portu condujo hasta el área. Allí se encontró con Miguel, que marcó el tercero. De la valentía de Míchel, la remontada. Montilivi coreó el nombre de Portu (también a Oriol Romeu, que cuenta los días para regresar a Montilivi). Y de esa ola emocional, el murciano surfeó hasta marcar uno de los goles de la temporada. Premio merecido a uno de esos currantes del fútbol.

El Barça saltó a Montilivi con la intención de marcar territorio. Lo hizo pronto con el gol de Christensen, pero se desmoronó después, fruto de una falta de concentración que le viene penalizando últimamente. Más allá del tanto encajado, su puesta en escena fue muy positiva. En la segunda parte volvió a destensarse. En dos minutos y dos regalos, dos goles para los gironins. El equipo se quebró y con esos añicos los rojiblancos rajaron a los culers.

Los blaugrana se dejan golpear y no resisten. No supieron matar el partido en transiciones, con todo de cara. Y en diez minutos, sucumbió, encajó tres goles. No fue algo aislado: recibió dos del Valencia en once minutos, dos del PSG en siete, y dos en dos minutos en París. El peor rival del Barça es su cabeza.

En un partido en Girona y Barça se ciñeron a los planes de Míchel y Xavi, el talento se salió de los márgenes. Savinho por un lado y Lamine por el otro, fueron los caminos más rápidos hacia portería rivales. El extremo del Girona hizo sentir el vértigo a Koundé. Con el paso de los minutos, el francés comenzó a atacar pensando más en su espalda que en la fase ofensiva. Savinho regaló la banda a Miguel y se mezcló por zonas interiores. Por dentro desestabilizó al Barça.

Lo que le falta a Savinho para pasar a la siguiente pantalla es ser más clarividente en la última toma de decisión. Y ante el Barça, subió varios escalones. En el otro lado de la balanza, Lamine. El canterano asistió a un Christensen, valiente, que se atrevió a lanzar desmarques al espacio. Al filo del descanso, provocó un penalti. El Barça quiso depender menos de él, pero fue igual de diferencial que siempre. Ha comenzado a normalizar lo extraordinario. El Girona empujó a Savinho más de lo que el Barça lo hizo con Lamine.

Un micropartido dentro del Girona-Barça fue la batalla particular entre Dovbyk y Araujo. El planteamiento defensivo de Xavi, una presión individual convertida también en su mejor ataque, consistió en emparejar todas las piezas del tablero. Araujo se quedó con Dovbyk. El uruguayo no pudo anticipar, aunque el ucraniano tampoco pudo bordearle jugando de espaldas.

Araujo, que intentó ser proactivo con el balón, sigue perdiendo valor por partido que juega. Secó a Dovbyk, pero volvió a pecar de ansioso en la zona de los hechos. Se precipitó yendo a por Iván Martín, justo un minuto después del 0-1, cuando más maduro tenían que ser los blaugrana. El mediapunta recortó a Araujo en un gesto precioso y asistió a Dovbyk. Aunque personalizar en derrotas siempre es injusto, eso no quita que a pocos se le están haciendo la temporada más larga que a Ronald.

Ficha técnica:

Girona: Gazzaniga; Eric, David López (Portu, min. 65), Blind, Miguel; Aleix García; Tsygankov (Yan Couto, min. 65), Iván Martín, Herrera, Sávio (Valery, min. 86); y Dovbyk.

Barcelona: Ter Stegen; Koundé, Ronald Araújo, Cubarsí, Joao Cancelo; Christensen (Pedri, min. 69), Sergi Roberto (Romeu, min. 79), Gundogan, Fermín (Raphinha, min. 69); Lamine Yamal (Joao Félix, min. 84) y Lewandowski (Ferran, min. 79).

Goles: 0-1, min. 3: Christensen. 1-1, min. 4: Dovbyk. 1-2, min. 45+1: Lewandowski, de penalti. 2-2, min. 65: Portu. 3-2, min. 67: Miguel. 4-2, min. 74: Portu.

Árbitro: Hernández Hernández (comité canario). Amonestó a los visitantes Koundé (min. 28), Ronald Araujo (min. 39) y a Sergi Roberto (min. 43).

Incidencias: Partido de la 34ª jornada de LaLiga EA Sports disputado en el Estadi Municipal de Montilivi ante 14.090 aficionados.