Güler y Courtois le dan la vida al Real Madrid en un final de infarto contra el Getafe

Miré las caras de los futbolistas del Real Madrid en los primeros minutos. Tenían la cara de un abuelo que ya no tiene ganas ni de ver a sus nietos, desfallecidos, como diciéndose: ¿cómo vamos a salir de aquí? El culpable era el Getafe de Bordalás. El Madrid no tenía escapatoria, sólo la belleza les podría salvar. Y apareció, en la figura de Arda Güler, el chico menos preparado para jugar en el Coliseum, liviano, sutil, que terminó siendo el que iluminó a los blancos con un fútbol de otra Liga. Y con un gol que les dio la vida.

Si a Florentino Pérez se le ocurre cesar a Ancelotti a algún día, que supongo que no, sólo espero que sea por esta decisión: la de privarnos de Güler tantísimos minutos. A su juego sólo le frenó un contratiempo, la lesión de Alaba y el descenso de Tchouameni a la zaga. Un descenso, a todas luces. Que a poco estuvo de salirle muy caro al Madrid, ante un Getafe poderoso en la segunda mitad. Courtois cerró el triunfo ante un Álvaro Rodríguez que a punto estuvo de igualar.

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De todos los errores de Carlo Ancelotti este curso, y mira que ha habido, ninguno estuvo a la altura de no poner a Arda Güler. No ya por darle un añadido a su equipo, sino por ofrecérselo a los aficionados. Ver jugar al turco es todo un placer, de seda y dinámico, en Getafe también con un derechazo ganador. Su pierna mala.

Güler dio tres pases clave, completó dos regates y marcó el tanto del triunfo del Real Madrid. Todo ello, en una posición inédita: la de organizador, ubicado en la base, moviendo a los suyos a su antojo. Frente al déficit que lleva sufriendo el equipo todo el año ahí, 'Carletto' probó a Arda en esa posición el 23 de abril.

Jugar en el campo del Getafe antes de una final es como cuando le dices a tu madre que la noche antes de una comida familiar vas a salir de fiesta. Así se debió sentir el Real Madrid en los primeros minutos en el Coliseum, más un partido de rugby que uno de fútbol, con Endrick por los suelos pidiendo algo de clemencia al apuntador.

El Getafe ya es una marca registrada de esta Liga, con el sello de José Bordalás. Su equipo, pegajoso, ardiente, competidor, pone en aprietos a cualquier rival, y el conjunto blanco sufrió de lo lindo para llevarse los tres puntos de su estadio. El Getafe hace que cada contrincante compita como pez fuera del área, con los atacantes y los zagueros defendiendo por igual, con Mayoral, Peter y Álvaro Rodríguez con cara de ex.

Si el Madrid salió con el botín del Coliseum también es gracias a Thibaut Courtois. El portero merengue, que siempre está, parece unos centímetros más alto, más alargado, en estos últimos partidos de Liga. Contra el Getafe firmó una manopla valor gol en el añadido, de las de riesgo de infarto para el espectador.

Él también será el meta titular de la Copa, decidido por Ancelotti hace semanas, pese al protagonismo de Lunin en esta competición. El que no se sabe si podrá estar el sábado será Camavinga, que tuvo que abandonar el terreno de juego a falta de minutos del final, dejando a los suyos con un hombre menos, para una épica mayor.