Iñaki Williams pone al Athletic con pie y medio en la Champions

Avisó Ernesto Valverde de que el partido era importantísimo y no quería despistes. E Iñaki Williams recogió el guante. En realidad, el mayor de los hermanos siempre está. Él nunca se relaja. Un martillo pilón partido tras partido, temporada tras temporada. Quién mejor que un emblema como él para marcar un gol que deja al Athletic Club con pie y medio en la próxima Champions League tras superar a un buen Las Palmas, que llegaba a San Mamés en racha pero que fue una víctima más de un equipo que pasa por encima de casi todos sus rivales. Faltan cinco jornadas y ya rozan el objetivo.

El aviso del Txingurri en la previa tuvo continuidad con la alineación. Un once de gala, con la única ausencia de un Nico Williams que viene midiendo sus esfuerzos en los últimos días por unas molestias en el pubis. El resto, los mismos que a priori estarán dentro de una semana frente al Manchester United en este mismo escenario para jugar unas semifinales de la Europa League. Al menos, eso pensamos todos. Pero el fútbol, y el físico de Sancet, es muy traicionero. La gran estrella rojiblanca solo pudo jugar 19 minutos en esta victoria rojiblanca, antes de abandonar el terreno de juego por una molestia que hace encoger la respiración a cualquier athleticzale. A rezar.

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El público también respondió al llamamiento de Valverde, con más de 47.000 aficionados animando desde el primer segundo, conscientes de que los tres puntos eran claves. Ganando los encuentros como locales tendrían mucho trabajo hecho y estos eran obligados. Los jugadores lo entendieron y pisaron el acelerador desde el comienzo, presionando alto para forzar el error en el conjunto canario. También con mucha calma y tranquilidad para encontrar los espacios en una defensa visitante bien trabajada por Diego Martínez. Pero la calidad en el Athletic brota por todo el campo.

Vean el gol. Disfruten de la construcción. Desde el inicio de Yuri Berchiche, pasando por la dejada de Maroan, el desmarque de Iñaki y la genial asistencia de Ruiz de Galarreta. El mediocentro disfrutó y cuando él lo hace, todo el equipo da varios pasos adelante. Iñaki, muy activo en el primer tiempo, maniobró con la calma que otras veces le falta en esos últimos metros y se besó el escudo para celebrar un gol clave. Uno de los que valen oro por abrir la lata a los cinco minutos y acabar con cualquier planteamiento defensivo de los canarios.

Lo entendió, sobre todo, Bajcetic. El mediocentro cedido por el Liverpool asumió los galones y le permitió a Las Palmas poder enlazar varios ataques, metiendo el miedo en el cuerpo de San Mamés. Sobre todo en una gran acción de Sandro que McBurnie no fue capaz de aprovechar, parado por una gran acción de Unai Simón. Un paso adelante del que también disfrutaba de alguna forma el conjunto rojiblanco, con más espacios para correr y avisar con Iñaki, Berenguer y Maroan Sannadi, que volvió a completar un gran partido peleando con los centrales.

El inicio del segundo tiempo fue calcado al primero, con un Athletic que intentó matar muy pronto el partido. Lo hizo con un gran Óscar de Marcos, que en cada partido sigue dejando detalles para que los aficionados le recuerden siempre cuando cuelgue las botas. De sus pies nacieron las mejores acciones, sobre todo un remate al larguero de Berenguer que hubiese sentenciado el partido. Valverde recurrió incluso a Nico Williams, pero sobrevivió el conjunto canario. Y entraron en su terrreno. Esos minutos finales en los que se desenvuelven bien. Querían llegar vivos a los últimos minutos y lo habían conseguido.

Januzaj reventó el larguero con una volea marca de la casa y Simón apareció en el momento más importante para negar el gol a Mata. San Mamés encogía la respiración. Demasiado en juego, sabiendo además que el Villarreal perdía en Balaídos y que era el día de dar un mordisco casi definitivo a la lucha por la Champions. No había manera de que los bilbaínos saliesen de su área. Pero es que este equipo también sabe sufrir y defender en bloque bajo. No son el equipo menos goleado por casualidad.

Así se hacen temporada histórica como la que están construyendo. Sufriendo mucho en el tramo final, pero certificando tres puntos que catapultan las ilusiones de una afición y un equipo que ya tienen asegurado competir el curso próximo en Europa. Pero eso ya dejó de ser el objetivo. Hoy solo se piensa en Champions y en los ocho puntos que ahora tienen de margen con el Villarreal. Quedan 15 puntos, pero el Athletic ya puede pensar en recibir al Manchester United. Que se preparen.