Isaac y el Sevilla dejan sin liga a un Atlético de Madrid que suspira por Morata

Con Luis de la Fuente en el palco del Sánchez-Pizjuán, con una lluvia torrencial que en vez de Sevilla parecía Londres, con un Atlético de Madrid sin rotaciones pero con el debut de Paulista y un Sevilla que necesitaba resultados para no meterse en problemas. El tercer partido en tres meses, porque se enfrentaron en diciembre en liga, en enero en Copa y ahora nuevamente en el campeonato liguero. Un partido que siempre deja algo y hoy no iba a ser de otra manera.

El partido tuvo todo: goles, ocasiones claras, lesiones, dudas de ambos equipos, momentos buenos, momentos malos y tensión, mucha tensión. Porque los Sevilla - Atlético de Madrid, si hay algo que tienen, es tensión. Iglesias Villanueva, viendo que los dos equipos se le venían encima y protestaban todo, sacó tarjetas amarillas para tranquilizar a los conjuntos. Tras un intento de acoso del Atlético de Madrid, Quique Sánchez Flores movió el equipo y con sus cambios le volvió a dar energía al equipo, una energía que necesitaba para capear el temporal. El Sevilla le daba un golpe duro al Atlético, que tras el empate en el Bernabéu y la derrota en el Pizjuán, se tendrá que preocupar más de los equipos que vienen por detrás peleando la Champions que de los primeros lugares que ocupan Real Madrid y Girona.

Pasan los partidos, momentos malos, buenos, regulares... y el más completo y peligroso del Sevilla siempre es Lucas Ocampos. El argentino siempre juega, nunca falta por molestias, cuando no estaba En-Nesyri jugaba de '9' y con él, vuelve a estar en la banda. Pero siempre creando peligro, como en el primer gol del partido ante el Atlético de Madrid donde le ganó por arriba a Witsel y Llorente en el primer palo. Siempre va el ex del Marsella al primer palo y muchas veces suele ganar, lo que se traduce en goles. Pero también está Isaac Romero, que en la primera parte pudo marcar tres goles, pero marcó uno, porque tiene el olfato del '9' y el hambre del gol, un canterano que ya se ganó a la gente del Sánchez Pizjuán.

No estaba siendo el partido de Álvaro Morata, el '9' titular de Simeone. Había tenido varias oportunidades, una de ellas claras, un posible penalti que le cometió Acuña y varias jugadas en las que no estuvo fino al caer en fuera de juego. Pero al borde del descanso, fue al choque en una pelota dividida con Soumaré y, en la caída, en el área, su rodilla claudicó y sufrió una lesión. La cara del delantero y las muestras de dolor lo decían todo, el miedo se apoderaba del atacante y a Luis de la Fuente, en el palco, también se le veía preocupado. El Atlético se quedaba sin una de sus bazas ofensivas con media parte por jugar. Los colchoneros confirmaron en Twitter que Álvaro Morata tuvo que ser sustituido por un traumatismo con torsión de rodilla.

Comenzó Pablo Barrios junto a De Paul y Koke en el centro del campo, pero en el descanso, quitó al canterano y metió a Nahuel Molina para mandar al centro del campo a Llorente. Si pudiese, le preguntaría al Cholo y su cuerpo técnico cuál es su tercera pata perfecta para el centro del campo, porque a veces apuesta por Barrios, como hoy; otras veces lo hace por Saúl y en muchas ocasiones tira de Llorente. Qué busca con cada uno de ellos es lo que me interesa saber, porque siempre cambia y no hay regularidad en esta zona del campo, incluso en ocasiones, para cerrar los partidos, acude a Witsel como pivote defensivo.

Lo que hace unas semanas era pura efectividad, desde hace unos partidos falta y se nota. El segundo tiempo del Atlético de Madrid es bueno, mejor que el primero (no era muy complicado) pero todas las llegadas no se traducen en oportunidades muy claras ni mucho menos en goles. Tuvo mala fortuna en una de Griezmann y Depay, mientras que el neerlandés no estuvo acertado a pesar de intentarlo. Pero esto va de goles y al Atlético le está faltando ese punto de puntería y frescura que sí había tenido en encuentros anteriores. Seguramente Simeone, de puertas para fuera, no se mostrará preocupado pero de puertas para adentro le estará dando la vuelta a todas esas ocasiones perdidas.

Ya dijo Simeone que el francés, el referente del equipo, Antoine Griezmann, tiene la capacidad de regular esfuerzos durante los partidos a pesar de jugarlo todo. Pero Griezmann no está a tope físicamente, eso es un hecho que se traduce en los minutos de calidad que está jugando en los últimos encuentros y su fiabilidad tanto de cara a puerta como en ocasiones creadas. Es el mejor jugador del equipo, es el que más calidad tiene, es el más resolutivo. Pero está cansado, él lo nota y sus compañeros también.