FÚTBOL

Jota Peleteiro se retira: "No quería jugar por dinero y sin motivación"

El centrocampista español lleva un año fuera del fútbol y explica en Relevo los motivos por los que ha decidido colgar las botas.

Álvaro de Grado
Salvador Fenoll

Álvaro de Grado y Salvador Fenoll

Se sienta, coge aire y afirma: "Estoy retirado". Aunque ya ha pasado más de un año desde su último partido de fútbol como profesional -en La Liga, con la camiseta del Deportivo Alavés- nunca antes lo había reconocido de forma pública.

Con 30 años, con todavía muchos por delante para cerrar una trayectoria que le ha llevado por varios de los mejores campeonatos de Europa, Jota Peleteiro (A Pobra do Caramiñal, Galicia, 1991) decidió parar por completo, dejar su vida a un lado y comenzar una nueva, distinta, apasionante, que todavía no conocía. Sin miedo. Con la misma ilusión: "Quería mantener en la memoria lo feliz que he sido durante tantos años. Tenía miedo de seguir jugando al fútbol y no llevarme ese recuerdo de mi etapa profesional. No quería jugar solo por dinero y sin motivación: me parecía dejar de respetarlo".

Jota dejó de encontrar la felicidad en el fútbol. Se dio cuenta en el verano de 2021: "Fue al acabar la temporada con el Alavés", reconoce el gallego a Relevo en su actual residencia en el País Vasco. "A mitad de ese curso perdí la ambición que tenía en años anteriores. Y yo no quería que pasara eso. Llevaba 12 o 13 años siendo profesional, podría haber seguido otros cinco o seis ganando mucho dinero, pero me habría estado engañando a mí mismo".

"Tenía miedo de seguir jugando al fútbol y no llevarme un buen recuerdo"

Jota Peleteiro Ex-futbolista
Jota decidió retirarse del fútbol.
Jota decidió retirarse del fútbol.

La decisión definitiva

En pleno mercado, sin contrato con ningún equipo, Jota tuvo múltiples propuestas para seguir en la élite. Pero nada le convenció: "Debido a la falta de motivación, unos equipos que me ofrecieron seguir jugando que en otra etapa de mi vida me habrían creado esa ilusión, ahora no me la generaban", explica. "A mi agente le decía: 'Diles que por esa cantidad no, o que ese proyecto no me convence…'. Al final, en la negociación, o tú decías que no o el club decía que hasta ahí no podía llegar. Eran excusas para no decir que no quería ir, que dejaran de traerme ofertas porque no quería jugar al fútbol. Era un autoengaño, aunque al principio no me daba cuenta. Lo que pasa es que con todos los equipos sucedía lo mismo: siempre había una pega, así que el problema era yo".

Después de algunas negociaciones llegó el momento clave: una oferta muy importante de Arabia Saudí con varios años de contrato: "Lo teníamos cerrado. Me iba allí. Sin embargo, la noche anterior lo vi claro. ¿Qué estoy haciendo? Si no quiero jugar por jugar. Me iba a ir solo por lo económico. Ahí me di cuenta de que no quería seguir y me dije a mí mismo: Jota, déjale claro a la gente que no quieres jugar. Esa noche hablé con mi mujer y mi familia y les dije que no iba. En el momento que dije "no voy a ir" y llamé al club para disculparme y decirles que no iba a firmar, noté que me saqué un peso de encima. Una liberación. Y me dije: ahora sí que puedo decir que estoy fuera del fútbol… y es lo que quería", recuerda. Y añade: "Al día siguiente ya sabía que había acertado".

Confesárselo a su gente más cercana no fue una tarea sencilla: "Nuestra profesión te da sueldos muy altos, la decisión fue muy complicada de entender. Llegué a notar cierto rechazo hacia mi retiro. Ellos me decían: '¿Estás loco? ¿Te lo has pensado bien? Tienes 30 años y tienes equipos para jugar'. Esto te hace dudar y pensar: ¿Me estaré equivocando?", argumenta Jota. También rememora cómo fue la conversación con su agente cuando le comunicó que no iba a ir a Arabia Saudí: "Me preguntó que si estaba loco, que hiciera las maletas y que si hacía falta se venía a vivir conmigo".

"Aunque lo tenía claro, me hacía preguntas: estaba en una época muy buena para seguir jugando. Sé que lo hacían de buena fe, pero el único que sabe lo que tiene que hacer es uno mismo y afortunadamente me mantuve fuerte", sentencia.

Jota Peleteiro, en su etapa en el Alavés. Getty Images
Jota Peleteiro, en su etapa en el Alavés. Getty Images

La familia y los caballos: su felicidad

El foco de Jota iluminó entonces otra parte de su vida. Ahora, instalado en Bilbao junto a su mujer, Jessica, y sus hijos, lo ve mucho más claro: "No cambiaría por nada del mundo lo que he vivido hasta ahora, muy poca gente tiene la suerte de vivir lo que me ha tocado como futbolista, pero necesitaba esto", explica. Y comienza a enumerar las cosas que le hacen feliz: "Pasar tiempo con mi familia. Poder ir al parque con los niños un viernes por la tarde. Poder ir al cine. No tener horarios. La rutina del día a día. Poder empezar a montar a caballo: son mi pasión y mi nuevo amor. Poder ir a una playa en Laredo y galopar con un caballo; esto no lo tenía antes y lo he ido descubriendo. No es que tuviera ganas de hacerlo, lo he descubierto poco a poco. He encontrado otras cosas que también me dan la felicidad y la pasión que antes me provocaba el fútbol".

"He encontrado otras cosas que también me dan la felicidad y la pasión que antes me provocaba el fútbol"

Jota Peleteiro Ex-futbolista
Jota Peleteiro, junto a uno de sus caballos. Salva Fenoll
Jota Peleteiro, junto a uno de sus caballos. Salva Fenoll

Cuando habla de los caballos, el español desprende ilusión por sus nuevos horizontes: "El gusto por los caballos me nace en Inglaterra, allí tienen mucha cultura al respecto. Una o dos veces al año hacíamos comidas de equipo y eran en un hipódromo. La gente ve los caballos como un negocio pero para mí es un hobbie, algo que me apasiona. ¿Que puede convertirse en negocio como todas las industrias? Está claro. Tengo tres caballos en activo, corriendo carreras, y otros dos que ya se han retirado y están en casa", cuenta. Algunas tardes las pasa en Bichos Maruri, un aula de la naturaleza a las afueras de Bilbao, donde Iván y Maitane cuidan una familia de animales de más de 150 unidades.

Brentford, un gol y volver a Galicia

Jota Peleteiro debutó con el primer equipo del Celta, ascendió a LaLiga con el Eibar, pero fue en el Brentford inglés donde se consagró. Allí se convirtió en una leyenda de los 'Bees' y rozó el ascenso a la Premier League: "Fue el equipo que me cambió la vida. Disfruté muchísimo, pero también sufrí. No sabía ni decir 'hello' pero el contraste de pasarlo un poco mal al llegar con el hecho de disfrutar como un enano en el campo fue increíble. Siempre estaré unido a ellos. El primer club con el que mis hijos entendieron el fútbol fue el Brentford: iban a los partidos, amaban a las abejas de mascotas y tengo muchos amigos allí, como Sergi Canós, que lo quiero muchísimo. En el móvil voy siguiendo qué tal les va y todo lo que han crecido en estos años".

Allí, en el antiguo Griffin Park, los aficionados todavía recuerdan su gol al Fulham, en el minuto 91, que decidió un derbi de Londres con una arrancada desde la banda derecha y un disparo desde la frontal. Ese tanto, uno de los 11 que metió en la temporada, fue elegido como el mejor momento del curso 2014/15 por la hinchada del club.

Jota Peleteiro celebra su gol al Fulham en 2014. Getty Images
Jota Peleteiro celebra su gol al Fulham en 2014. Getty Images

Años más tarde cumplió el sueño de jugar en la máxima división inglesa: de Brentford pasó al Birmingham y de ahí al Aston Villa, en la Premier League: "Mi carrera ha sido cumplir todos los sueños que tenía de niño y, además, mis hijos hablan perfectamente inglés".

Sin embargo, aunque siempre se ha sentido muy ligado a Galicia, descartó la posibilidad de un final de su vida profesional en la tierra donde comenzó: "Podría haber sido un broche bonito, pero habría acabado no siéndolo. Y te explico por qué. Si hubiera vuelto a Galicia para retirarme, un sitio al que tengo tanto cariño, yo hubiera querido llegar ahí con ganas de darlo todo y rendir al máximo, pero no me veía con la fuerza para volver a ser ese Jota".

Una vida de empresario

El día a día de Jota Peleteiro ahora se reparte entre la familia, los caballos y sus empresas. El ex futbolista ha comenzado varios proyectos donde desarrolla "tecnologías y aplicaciones" (un ejemplo es el de Groin: software y hardware para agricultura), y no puede estar más contento con sus inicios: "Dirijo Ramalloc Corporation y su principal rama, Rammalloc Innovation, está creciendo más rápido de lo que pensábamos".

En sus oficinas, en el centro de Bilbao, explica el éxito que está teniendo uno de sus proyectos: "Hemos desarrollado una aplicación, Ötzi, que va a revolucionar el mundo del tatuaje a todos los niveles. Estamos muy contentos porque antes de que haya salido su valor ya se ha multiplicado por cinco: eso significa que a la gente que la ha valorado para invertir le ha gustado. Va a marcar un cambio en la industria del tatuaje: va a conectar a todo el mundo del tatuaje en una misma plataforma. Se podrá conectar con los mejores artistas, hablar directamente con ellos, será una red social que ayudará a conectar y a buscar a tu tatuador en cualquier parte del mundo", cuenta a Relevo.

Jota Peleteiro y Jessica Bueno, su mujer, en 2014. Getty Images
Jota Peleteiro y Jessica Bueno, su mujer, en 2014. Getty Images

El fútbol ya es pasado

Jota no tiene ninguna intención de rescatar las botas del armario. Ni siquiera aunque se lo propongan algunos equipos, porque los ha habido. Como nunca había explicado que está retirado salvo en privado, hay clubes que se han seguido interesando por su situación: "Todavía, hace poco, me han propuesto volver a jugar. Ahora ya nadie de mi entorno me pregunta qué pienso, ya ni siquiera lo valoro", sentencia. "Cuando alguien deja un trabajo y cambia a otra profesión, no siempre se publica. No hace falta. Yo no me siento retirado: ahora tengo una nueva etapa de mi vida que me ilusiona muchísimo".

El fútbol queda atrás, lleno de buenos recuerdos, pero la vida sigue: "Han sido unos años magníficos. Echaré de menos los ratos en el vestuario, las charlas con los fisios y mis compañeros, o cuando hablábamos de banalidades antes del entrenamiento…".