Yo jugué con el "tío de Nadal" que levantó una Champions: "Era un animal, ahora valdría 100 millones"
El Mallorca-Barça evoca a Miguel Àngel Nadal. Sus excompañeros hablan de la maravilla de jugador en la que se convirtió en los 90.

Miguel Ángel Nadal no es solo un nombre más en las crónicas de fútbol, es un emblema, una leyenda tejida en el corazón del Real Mallorca y del FC Barcelona, y para muchos compañeros "una navaja suiza". Cuando Mallorca y Barcelona se enfrenten este martes a las 19:00, la memoria de Nadal (Manacor, 1966) estará presente. El exfutbolista del Barça y Mallorca tiene más de 600 partidos y 62 internacionalidades, jugó 18 temporadas en Primera y para muchos es el mejor futbolista balear de siempre. Es el segundo con más partidos en la historia del Mallorca y también el tío de Rafa Nadal, quien hace más de dos décadas tuvo que elegir entre hacer carrera con el balón o con la raqueta.
A pesar de haberle dedicado toda su infancia al tenis, incluso llegó a ser campeón de Baleares como infantil, se decantó por el deporte rey: el fútbol. Defendió la camiseta del Real Mallorca del 1986 al 1991, y del 1999 al 2005, siendo el corazón del equipo balear con 260 partidos y, entre medias, vistió la camiseta del FC Barcelona, coincidiendo con el Dream Team de Johan Cruyff. Jugó de centrocampista y, en los últimos años, de defensa central, aunque jugaba de todo. Nadal fue también internacional con la Selección española en varias ocasiones a lo largo de su carrera. Será recordado como el primer mallorquín en alzar la Champions y único hasta la fecha presente en tres Mundiales.
Explica Lluís Carreras, exjugador de Barça y Mallorca durante la década de los 90, que Miguel Àngel era único. Un hombre muy noble en el vestuario y, sobre todo, que lideraba al equipo dentro y fuera de los terrenos de juego. "Yo coincidí con él en el Barça y después en el Mallorca. Te diría que es un hombre auténtico. Tiene una personalidad muy marcada. Tiene las ideas muy claras. No se dejaba condicionar por nada, por ningún comentario. En el apartado futbolístico y físico es un privilegiado porque tenía un cuerpo de la hostia", dice Carreras a Relevo.
Miguel Àngel era un futbolista muy corpulento (1,87m), con unas características y condiciones físicas muy superiores a la mayoría de rivales. Era capaz de adaptarse a cualquier posición. Pasó a jugar de interior a hacerlo de mediocentro. "Tiene las ideas muy fijas, pero incluso iba a contracorriente, busca la discusión, la tertulia, el consenso. Lo disfruté como compañero y lo sufrí. Una institución que ha vivido a la sombra de su sobrino, Rafa. Nadie puede hablarte mal de él", reitera Lluis Carreras. Juntos formaron parte de la dirección de Johan Cruyff, quien lideraba al equipo en la época dorada del Dream Team. "Era una gran persona y un futbolista ideal para un entrenador", explicó a Relevo Ronald Koeman.
Mallorca: el 'punto de encuentro' del Dream Team en verano
Miguel Àngel era más que un líder. Zubizarreta lo sabe. Ambos jugaron juntos en el FC Barcelona durante los años 90. Coincidían todos los veranos en Mallorca. Era el lugar de encuentro del Dream Team, que servía como 'excusa' para verse y sobre todo, reencontrarse con el balear.
"Todo el mundo que jugó con él sabe que era muy grande, una navaja suiza"
Exportero y director deportivo del OportoZubizarreta, como portero, y Miguel Àngel, como defensor, formaron parte del equipo que logró un gran éxito durante esa época, incluyendo la consecución de la Copa de Europa en 1992, en Wembley. Esa victoria marcó un hito en el club. Mientras que Zubizarreta era conocido por su liderazgo en la portería y su capacidad de ser un organizador desde el fondo; Nadal, con su versatilidad y carácter aguerrido, destacó en la defensa. Aunque sus roles eran diferentes. "Jugaba de central, de lateral, de '6', de interior, de todo. Hubiese sido el mejor de la posición que quisiera. Tenía condiciones físicas y técnicas. Fue un 9 en todo. Pero si hubiese jugado de algo en específico, hubiese sido un 10."
Pero, sobre todo, sorprende la forma en la que 'Zubi' describe a Nadal: "Le proporcionaba al entrenador una navaja suiza, tenía de todo. Le iba perfecto. Según iba el partido, Johan podía colocarlo de la otra posición. Lo entendía todo. Físicamente era tremendo. Podía jugar en zonas cortas. Mentalmente era muy fuerte. En una jugada durante un partido, le dije '¿Qué haces?' y me respondió 'me he resbalado'. Y le respondí 'cámbiate de botas, no te resbales más'", cuenta Zubizarreta.
"Era capitán sin saberlo, el vestuario le respetaba"
Ya con la Selección española, el 13 de octubre de 1993, España se dio un baño de optimismo en Dublín con su victoria (1-3) sobre la República de Irlanda. El triunfo se produjo en circunstancias muy difíciles para el equipo de Clemente, que habría quedado fuera del Mundial de EE. UU. 94 de haber perdido. El partido se decidió en los primeros 30 minutos. Ese día, Zubizarreta quedó sorprendido por una actuación del balear durante la primera parte. "Si tuviera que encontrar algún partido con él… me acordaré siempre del 3-1 en Irlanda. No olvidaré nunca que jugó de libre y hubo una jugada que le cayó el balón del cielo y la sacó jugando desde la frontal hasta el centro del campo. Se escuchó un '¡oooh!' de la afición de Irlanda. Fue una de las mayores exhibiciones que he visto nunca".
Nadal era tan bueno que nunca jugó de nada, sino de todo. "Hoy en día un jugador de su talento no baja de 100 millones. Defendía bien y atacaba bien", dice Andoni Zubizarreta. Lo dice un hombre que ha sido director deportivo del Barça, del Marsella y ahora del Oporto.
"Tenía unas piernas que eran portentosas y lo utilizaban en varias posiciones, básicamente por eso. Era un animal, una bestia…"
Un gol que valió la permanencia en Primera y el descenso del RCD Espanyol
Miguel Àngel fue tan importante en su época en el Mallorca que salvó al conjunto balear de un descenso. Sucedió en la campaña 1988-89. Concretamente, el 2 de julio, cuando tuvieron que disputar la vuelta de las eliminatorias de promoción, entre el tercer y cuarto de Segunda y el antepenúltimo y el decimoséptimo de Primera. El gol de Nadal hizo descender al Espanyol a Segunda División, un gol que pasará a la historia del club mallorquinista y que valió una permanencia.
Durante la temporada 1999-2000 y principios de los 2000, Nadal coincidió con Jofre Mateu, exjugador del Barça B y Mallorca, entre otros. Aquel año Jofre debutó en Primera de la mano de Louis Van Gaal, en el último partido de Liga de la temporada 1997-98, contra el UD Salamanca. Las dos siguientes temporadas las pasó jugando con el filial en Segunda B y entrenándose con el primer equipo. El Mallorca se interesó por el jugador y consiguió su cesión con opción de compra para la temporada 2000/2001.
"Coincidí en dos etapas con Nadal, con el Barça y con el Mallorca. Lo que más destacaría es su capacidad física. Era un animal, una bestia. Tenía unas piernas que eran portentosas y lo utilizaban en varias posiciones, básicamente por eso. Lo pusieras, donde lo pusieras, te iba a rendir por su capacidad física. Pero no llegué a jugar muchos minutos con él. Compartí pretemporada con él. Era un hombre muy cercano y natural. Cuando coincidimos en Son Bibiloni, en la Ciudad Deportiva, nos veíamos mucho. Destaco, por encima de lo futbolístico, que dentro del vestuario era un hombre muy querido. Se lo toma todo con un talante muy simpático. Un físico extraordinario. Hacía controles con grandes alturas y era muy querido por el staff y compañeros", comenta Jofre a Relevo.
"En el Barça es una persona muy querida, con un carácter muy afable"
En esos años, el Mallorca tenía una mezcla de juventud y experiencia, con jugadores como Samuel Eto'o, Fernando Varela o Miguel Ángel Nadal.
Un reto difícil pero ambicioso: encajar en el Dream Team de Cruyff
Miguel Àngel Nadal coincidió también con José María Bakero. En 1991, Nadal llegó al conjunto azulgrana en medio de un arsenal de jugadores muy completos. Se tuvo que adaptar y encontrar un hueco que ni el propio jugador tenía definido, porque como bien nos cuenta Zubizarreta: "jugaba de todo". Bakero, con el Barça disputó 329 partidos en 9 temporadas y coincidió con Nadal durante tres temporadas.
"Cuando empezaron los medios a hablar de que iban a fichar a Miguel Àngel y, posteriormente, lo ficharon, yo lo que pensaba era que cada vez que habíamos jugado contra el Mallorca y contra él, era un hombre físicamente espectacular. Tenía un juego aéreo potente, con mucho recorrido. Técnicamente, un jugador muy completo que podía encajar con nosotros. Sí que es verdad que no tenía una posición concreta o lo que Johan quería en el equipo: no era un 8 como Eusebio, o un 4 como Guardiola o 6 como yo. Pero tenía un poquito de todo. Podía jugar de líbero, en la posición de Koeman, o de central. Y, por lo tanto era una incorporación que parecía buena", afirma Bakero.
Un rol que también reafirma Sergi Barjuan para Relevo. Nadal fue un jugador multifuncional sobre el césped y Barjuan cuenta una anécdota que dice mucho de la forma de jugar del balear. "Siempre era un 7. Al ser un 7 nadie le recuerda en una posición concreta, pero si tengo un recuerdo de él a nivel futbolístico, todo el mundo lo recuerda. Me acuerdo cuando los porteros rivales sacaban de portería. Él hacía que iba con la cabeza, los rivales se adelantaban y hacía un control con el pecho que no le he visto hacer a nadie más. El físico que tiene le acompaña. A la hora de cabecear, era un portento".
"Ha dejado una huella muy grande en muchos sentidos. El hecho de jugar en Mallorca y dar el paso a Can Barça para ser internacional, en la isla tiene un peso muy grande".
Exfutbolista del Barça y entrenadorBakero, como coinciden la mayoría de jugadores que compartieron vestuario con el balear, destaca lo buena persona que es Nadal y lo importante que era en el vestuario. "Mi último año estuve en la habitación con él, en la época de Bobby Robson. Confirmar que fue un jugador fantástico, con un nivel personal exactamente igual. Un físico top y una persona top, fue un placer haber sido su compañero", cuenta José Mari Bakero.
Camp Nou hace casi 25 años, previa de un partido del @FCBarcelona: Miguel Ángel Nadal posa con el niño que ganará 10 veces Roland Garros pic.twitter.com/ASNMdfCJmn
— David Mosquera (@renaldinhos) June 11, 2017
«De cabeza era de lo mejor y técnicamente estaba infravalorado»
Otro de los jugadores que coincidió con Nadal, en su última etapa en el Barcelona, fue Abelardo Fernández, que ocupaba la misma posición de central. Consciente de las dificultades de la posición y de lo que es jugar en el Barça, el asturiano reconoce que era "un jugador con unas condiciones increíbles. Manejaba las dos piernas, era diestro pero con la izquierda jugaba. De cabeza es de lo mejor que vi, era un espectáculo. Y técnicamente estaba infravalorado. Tenía desplazamientos, golpeo...".
Más allá del césped, en el vestuario del Camp Nou Nadal también sobresalía. "Era simpático, me reía mucho, un gran compañero y una gran persona. Como compañero era respetuoso, y conviví con él grandes momentos. Ganó muchos títulos y hasta una Copa con el Mallorca".
Tras lograr 1 Copa de Europa (1991-1992), 1 Recopa de Europa (1997), 1 Supercopa de Europa (1993), 5 ligas (1991-1992, 1992-1993, 1993-1994, 1997-1998 y 1998-1999), 2 copas del Rey (1997 y 1998) y 2 Supercopas de España (1992, 1994), Miguel Àngel Nadal decidió retirarse del fútbol profesional a los 39 años, en 2007.
Si bien Miguel Àngel fue una figura muy destacada en el fútbol, sobre todo en su etapa en el FC Barcelona y en la Selección, después de su retirada del fútbol profesional su figura mediática ha quedado en gran medida a la sombra del éxito global de Rafael, que se ha convertido en uno de los mejores tenistas de la historia. A pesar de su propio éxito en el fútbol, el impresionante legado de Rafael Nadal en el tenis ha captado toda la atención mediática.
En el contexto español, donde el tenis de Rafa ha sido una de las mayores fuentes de orgullo deportivo, Miguel Àngel, por muy destacado que haya sido en su campo, casi siemproe le reconocen principalmente como tío del fenómeno deportivo global. Después de su retiro, Miguel Àngel permaneció vinculado al mundo del fútbol, pero en una función más alejada del campo de juego, como directivo en el Real Mallorca, su último club. Su decisión de retirarse fue en buena medida motivada por el desgaste físico y las lesiones, aunque su legado en el fútbol español sigue siendo recordado por muchos.