REAL MADRID

Kroos manejó los tiempos de una despedida que recordó a la de Zidane y que no esperaba

El alemán no sabía nada de un homenaje organizado por el Real Madrid con Florentino como uno de los promotores.

Kroos, manteado por sus compañeros en el Bernabéu./Real Madrid
Kroos, manteado por sus compañeros en el Bernabéu. Real Madrid
Jorge C. Picón

Jorge C. Picón

Hubo consenso saliendo del Bernabéu: la despedida de Toni Kroos (34 años) no tiene parangón en la historia del Real Madrid. La emotividad del momento, los gestos de la plantilla y la grada y algunos invitados especiales, como los hijos del jugador, hicieron de la noche del sábado una de las más especiales de la última década. El alemán se despidió con grandeza, la misma que ha demostrado durante una década vistiendo la camiseta blanca.

Homenaje a Kroos en el Bernabéu.

Él no sabía nada. La directiva, con Florentino Pérez involucrado en el asunto, prepararon todo junto a la plantilla. También puso de su parte la grada de animación, con un tifo que ocupó gran parte del fondo sur al comienzo del partido. Kroos vio como sus compañeros se enfundaban su camiseta antes de salir al campo y le pedían que se quedase en el túnel, esperando a la formación de un pasillo que le ovacionó a su salida.

Durante el partido, Toni a lo suyo. A dar pases sin fallo como ha hecho toda su carrera. En su último partido en el Bernabéu acabó con un 97,3% de acierto. Sólo falló tres de 110 intentados. Como no podía ser de otra forma, acabó como el mejor en este apartado de entre los 20 futbolistas que comenzaron el encuentro.

Se pensó que saldría por Modric en el 74', pero el croata agarró el relevo de Camavinga. Fue finalmente en el 87' por Ceballos. Pudo suceder antes, pero hubo una falta y un córner que hicieron que el propio alemán frenase la sustitución. Tras sacar ambas, le dio el brazalete de capitán a Luka -con el que se fundó en un abrazo-, saludó a todos su compañeros y agradeció el cariño a la afición. En el videomarcador 360 se podía ver un grafismo preparado con su cara y un "Gracias por todo" en español y en alemán.

Allí esperaban sus hijos y su mujer, los únicos que le hicieron llorar. "Verlos así me ha matado", reconocía después en zona mixta. Con el final del partido, salió al centro del campo junto a ellos -no sin antes ser manteado-. Nacho tuvo que ir a buscar a su mujer, que se mantenía en un segundo plano. Dio una vuelta de honor respaldado por sus compañeros y se marchó con otro pasillo. Todo perfectamente preparado.

Kroos le regala una camiseta dedicada a Florentino. Real Madrid
Kroos le regala una camiseta dedicada a Florentino. Real Madrid

La cosa no acabó ahí. Todos sus invitados saltaron al césped y se estuvieron sacando fotos hasta que Toni, después de atender a los medios, volvió junto a ellos. El club había preparado todos sus títulos y el alemán posó con ellos. Allí estaba Florentino, al que le regaló una camiseta firmada: "Para mi querido presi, gracias por todo". Ninguno de sus amigos o familiares se quedaron sin su recuerdo con Kroos.

"Por eso quería hacerlo oficial antes de este partido, para que a partir de mañana podamos olvidarnos del tema; la mejor manera de irme sería ganar el título", afirmó Kroos, que tenía la decisión tomada desde hacía varias semanas pero prefirió esperar para comunicarlo. Su elección de los tiempos le permitieron tener una despedida a la altura y, a la vez, permitir que el equipo no pierda el foco de la final de Champions.

Muchos se acordaron de la despedida de Zidane. El francés tuvo una similar, avisando previamente que sería su último encuentro en el Bernabéu. Aquel 7 de mayo de 2006 no tuvo tanto detalle, pero también estuvo cargado de emotividad. Por el contrario, otras leyendas del club como Cristiano, Casillas o Raúl no pudieron marcharse con honores, lo que le dio cierta mala fama al club respecto a cómo despedía a sus mejores jugadores.

Kroos demuestra que una gran despedida es posible. Y que no sólo depende del club, sino también del propio futbolista. El Bernabéu lloró, pero también de alegría por ver como uno de sus históricos disfrutaba de sus últimos momentos en la que ya es su casa.