Las lágrimas de Mascarell y la explosión de júbilo en Elche
El centrocampista fue el vivo reflejo del sentir del vestuario tras comenzar a llorar con el pitido final del partido.

Por fin llegó el día. El Elche rompió su mala racha de partidos sin ganar y en la jornada 20 de la Liga Santander cogió oxígeno que aunque no le sirve para escalar puestos en la tabla (sigue con sus escasos 9 puntos), sí le llena de moral y confianza para la segunda vuelta.
Y es que los jugadores del Elche se quitaron un peso de encima, un peso descomunal. El vivo ejemplo de ello fue Omar Mascarell quien con sus lágrimas tras el pitido final dejó una de las imágenes de la jornada. Los futbolistas ilicitanos lo han pasado mal: tres cambios de entrenadores, un mercado en el que hasta última hora no han llegado los refuerzos y todo ello en el año del centenario de la entidad, que no es que esté siendo precisamente muy feliz.
Sin embargo, pese al difícil contexto, nadie se ha querido bajar del barco. El vestuario ilicitano es una piña y ni siquiera que hayan llegado ofertas por sus futbolistas este mismo invierno -como es el caso de Omar-, ha hecho que se quieran marchar, más allá de las salidas pactadas (jugadores que el club prefería que se marcharan, como Roger).
Y, claro, con ese sentimiento de unión no es de extrañar que al término del encuentro la grada y los jugadores entraran en comunión al grito de "sí se puede" y que incluso los futbolistas hablaran abiertamente de la posibilidad de la permanencia. "Es una liberación este triunfo, nos quitamos un peso de encima, lo hemos pasado muy mal. La distancia es muy grande, lo sabemos pero si un club puede conseguirlo es el Elche" explicó Omar.
Pere Milla, la cruz de la tarde
Parece, eso sí, que el Elche este año no puede tener una jornada de felicidad completa. Victoria, hat-trick de Pere Milla, comunión con la afición... Pero siempre queda un 'pero'. Y es que el bueno de Milla se rompió la clavícula durante el partido y estará dos meses de baja. El Elche no podrá contar con uno de sus jugadores referencia, lo que hace el objetivo más difícil si cabe.