VALENCIA CF

Entre lágrimas en el vestuario y 3,8 millones rechazados: así se coció el adiós de Paulista

El Valencia tuvo claro desde verano de 2023: no renovaría a su central.

Gabriel Paulista en Mestalla. /Instagram.
Gabriel Paulista en Mestalla. Instagram.
Nacho Sanchis

Nacho Sanchis

Gabriel Paulista ya es del Atlético de Madrid. El hispanobrasileño ha firmado con el club colchonero lo que queda de temporada a razón de 1,2 millones de euros netos, cumpliéndose así con la información que avanzó este medio al respecto. Paulista deja el Valencia CF tras 7 años y lo hace con una Copa del Rey, dos clasificaciones para Champions y otra final de Copa. Pero sobre todo, deja un vestuario 'tocado' que se enteró por la prensa que uno de sus referentes se iba al equipo rojiblanco.

Porque Gabriel era uno de los 'padres' del vestuario. El grupo de líderes lo componen Gayà, Canós, Hugo Duro etc. Ellos son los que tiran del carro, los que proponen planes, los que animan el ambiente etc. Y luego está Gabriel, quien pega un grito cuando hace falta, quien berrea en los entrenamientos, quien habla a los jóvenes como si de un padre se tratara. El mejor ejemplo lo tenemos en el estadio que desde hoy será 'su' estadio: el Metropolitano.

Camino del vestuario y dentro del mismo, Gabriel echó una bronca potente a Fran Pérez por su descuido en el gol. El hispanobrasileño quiso meterle en vereda tras su despiste en el tanto justo antes del descanso. Una bronca de capitán, de líder. Y como tal, antes de que se retomara la segunda parte, Gabi fue a Fran y le animó a recomponerse: "Bueno, ya está ahora a hacer una buena segunda parte, venga", le dijo animándole.

Ese tipo de capitán era Gabriel. Por explicarlo bien, Gayà es el capitán interno, el que habla tranquilamente si hace falta con el jugador, el que da la cara por el grupo. Paulista el que anima a grito pelado, el que 'mete caña' a los jóvenes para que espabilen etc. El mejor ejemplo es que la relación de Gabi era sobresaliente con el propio Fran, con Jesús Vázquez y con Cristhian Mosquera. Sin ir más lejos, tanto Mosquera como Yarek se sienten más a gusto jugando con un veterano al lado, ya sea Gabi ya sea Diakhaby.

24 horas de sorpresa en el vestuario

Llegamos al lunes, el dichoso lunes, el 29 de enero. El Valencia le dijo ese día a la cara que debía irse, en el entreno posterior sus compañeros más cercanos se enteraron y ya le vieron apagado, dolido. Gabi sabía que esto podía ocurrir, de hecho su agente lo sabía desde verano cuando el club ya quiso sacarle, pero pensaba que estando dispuesto a perder dinero por seguir en la entidad, podría renovar a la baja. Nada más lejos de la realidad.

El martes el hispanobrasileño recogió sus cosas y aunque era día libre, en la Ciudad Deportiva de Paterna se encontró con varios compañeros que acudieron allí. Y en ese momento de despedidas con muchos de ellos cayeron incluso lágrimas tanto del propio Gabi como d los ya excompañeros que le abrazaban. Gabi deja una herida que en el verde solo sanará si Diakhaby rinde junto a Mosquera a tan alto nivel como lo hizo a inicio de curso.

El Valencia siempre lo tuvo claro

Aunque la salida llegó el 30 de enero, no se puede decir que fuera una sorpresa. El Valencia le dijo al agente del jugador que debía marcharse en verano de 2023, pero no quiso, lo hizo durante el año cara a enero, pero el jugador quería seguir en Valencia como era su prioridad. Hasta que con un ofertón del Besiktas desvelado por Relevo de por medio de hasta 3,8 millones netos por temporada durante 2 años más los 1.2 netos que le quedaban por cobrar este curso y que sí cobrará en el Atlético, el Valencia le fue claro: o se iba o no jugaría más. El club priorizó quitarse el marrón económico que suponía renovar a Paulista, o el marrón deportivo que suponía mantenerle y que Baraja no pudiera alinearle, a cambio de comerse el marrón que supone debilitar la plantilla.

Porque objetivamente la plantilla se ha debilitado. Es cierto, todo sea dicho, que en verano Rubén Baraja dio el 'ok' a la salida del jugador, sin embargo para el Pipo no es lo mismo que le quiten a un jugador antes de arrancar el curso, que durante el mismo con los roles ya establecidos, no es para nada lo mismo. Lo económico y deportivo a medio plazo ha primado a la inmediatez deportiva.

Pero volviendo a Paulista y a aquel lunes 29 de enero, el jugador ahí pasó una tarde de lunes de locura. Del 'no' rotundo, pasó a ser convencido por Fernando Santos, entrenador del Besiktas, para que fuera para allá. Cuando todo se iba a hacer, el Atlético apareció, convenció al jugador que primó cobrar menos de lo que ganaba en Valencia para jugar en el Atlético y mucho menos de lo que le habría pagado el Besiktas (3,8M), y le cerró para desgracia de un Besiktas que se volvió a Turquía sin su deseado central. Curiosamente, el mismo club que en verano quiso a Diakhaby.

El Valencia no valoró fichar central por dos razones: la primera, porque el objetivo de la temporada está cercano, que no es otro que no descender. La segunda porque consideran que el rol de central veterano lo puede desempeñar Mouctar Diakhaby quien hasta su viaje a la Copa África había sido titular indiscutible. Lo cierto es que el zaguero estaba cuajando su mejor temporada hasta la fecha, si bien la realidad es que el Valencia cierra el mercado debilitándose deportivamente a cambio de no debilitarse económicamente.