Rafinha Alcántara, el "líder en la sombra" que enamoró a Luis Enrique debate si se retira: "Jugad de cara a no ser que seas Rafinha"
El internacional brasileño comenta el partido de la jornada en 'DAZN'. Todavía tiene qué decidir sobre su futuro.

Este domingo, Rafinha Alcántara volverá a entrar en escena, comentando el Atlético-Barcelona en DAZN. El que fuera internacional brasileño llevaba un tiempo fuera del foco mediático. La pista se le perdió cuando abandonó LaLiga, en concreto la Real Sociedad, donde creían que continuaría, y probó en Al Arabi catarí. Acabó contrato el pasado verano y desde entonces ningún proyecto le ha convencido lo suficiente como para volver a calzarse las botas. Todavía no ha decidido si volverá a los terrenos de juego o si acabará colgando las botas.
De momento, se ha atrevido en su primera aventura televisiva para sumirse en la retransmisión del partido de la jornada. Actualmente, ya de vuelta en Catalunya, pasa los días entre la Costa Brava y Barcelona y está a punto de ser padre. Rafinha creció en La Masia y muchos de sus compañeros todavía, a día de hoy, recuerdan el talento de una zurda que acabó catapultándolo al primer equipo donde, en distintos periodos, acabó disputando 90 partidos.
"Es uno de los mejores futbolistas con los que jugué, compartí vestuario con él en el Juvenil A y en el Barça B. El talento habla por sí solo. Es de los mejores de la cantera que he visto", señala Jean Marie Dongou, uno de los delanteros que en su día presumía tener potencial de primer equipo. "Era un jugador técnicamente muy bueno, con un tren inferior muy potente. Podía jugar en todo el centro del campo y la delantera, un poco de falso nueve y en las dos bandas. Siempre se adaptaba bien. Encima tenía gol", comenta Jordi Masip, portero de aquella generación.
La intuición de Luis Enrique
El entrenador de aquel equipo era Luis Enrique, que ya intuía en Raphinha potencial para cosas grandes. "Luis Enrique me decía: este chico, si se le da confianza, marcará muchos goles. Y en la época del Barça B hizo bastantes", recuerda Masip, que anunció recientemente su retirada. El actual entrenador del Paris Saint-Germain fue quien, una vez finalizada su etapa en La Masia y como técnico del Celta de Vigo, pidió su cesión.
"Es de los pocos que al llegar siempre saludaba y al irse se despedía, siempre con una sonrisa", recuerda uno de los trabajadores vigueses de entonces. En Galicia se reencontró con un buen amigo, Denis Suárez. "Yo le llamaba Rivo y él a mí Xurxo. Nos conocemos desde los 11 años, de la selección de Vigo y torneo de Arosa Cup con el Celta. Es un tío muy cariñoso y que hace buen grupo", cuenta el propio Denis, ahora en el Villarreal.
Otro jugón que recuerda a Rafinha con cariño es Sergi Samper. "Recuerdo su capacidad de primer control espectacular. Siempre ponía el cuerpo para proteger la pelota, ponía el culo. Provocaba muchísimas faltas. Era muy difícil robarle el balón", remarca el mediocentro, ahora en el Motor Lublin de la primera división polaca. El entrenador con el que coincidieron en inferiores fue Víctor Sánchez. "Los centrocampistas siempre tenéis que jugar de cara, a no ser que seáis Rafinha Alcántara", solía gritar el técnico.
Un líder en su segunda etapa en Vigo
"Podía hacer un control con el tacón y dejarte sentado. Tenía la imagen de culón, provocaba muchas faltas", explica Samper. En una de sus cesiones, hizo varias como blaugrana, regresó a Vigo, en 2019. Y aunque sabía que su etapa no duraría más que una campaña, se involucró como el que más. "Era uno de los líderes en la sombra de aquel Celta. Aunque era el cedido, pegaba voces cuando tocaba. Era muy celtista", recuerdan desde Vigo. Fue una temporada complicada en Balaídos, donde sufrieron por no bajar, pero eso no impidió que Rafinha se mostrara tal como era. "Hacía bromas con los compañeros aunque la clasificación no les sonriera", cuentan.
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— skysport (@SkySport) January 17, 2020
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En aquella época, Rafinha ya arrastraba unas molestias en la rodilla que no le dejaban exprimirse al 100%. No cada día podía entrenar con normalidad. Aun así, aquellos que le conocen destacan su profesionalidad. También trabajaba en casa. Y lo sigue haciendo ahora para mantenerse en forma. Pese a las dificultades, nunca perdió el buen humor. "Es un chico muy gracioso, con buen sentido del humor. Me lo pasé muy bien con él", cuenta Masip.
"Es una persona muy alegre, lo aprecio mucho. Era alegría brasileña, un personaje, una grandísima persona querida por todo el vestuario. Noble, positivo. Podría estar todo el día hablando de él", señala Dongou. "Como jugador un fenómeno, yo espero verle todavía una temporada más, aunque esta la haya pasado en blanco", remata Denis Suárez.