"Ahora es un Isco limpio": un 'amor a primera vista' en redes y cero divismo para conquistar al Betis
El malagueño ha tardado menos de dos meses en ganarse el corazón de la afición. Su apuesta al verde le está saliendo de cara.
Saque de esquina a favor del Betis. Isco se acerca a por la pelota para ejecutarlo, como especialista elegido por Manuel Pellegrini para esas acciones, y levanta los brazos para jalear a la grada del Benito Villamarín. La respuesta son más aplausos y vítores para el malagueño, el nuevo ídolo del beticismo, que hace apenas un año era un enemigo en la ciudad. Las cosas del fútbol, que han dado un nuevo giro a la vida de Isco Alarcón, que vive en el Betis un renacimiento en este inicio de temporada que incluso lo ha colocado de nuevo en las quinielas de la Selección. "Ha habido una empatía recíproca entre el Betis e Isco. No parece que lleve sólo dos meses", reconoce Pedro Bravo, uno de los artífices de la llegada del malagueño a Heliópolis.
En el paro desde el pasado mes de diciembre, cuando se desvinculó del Sevilla tras aquella polémica con Monchi, Isco necesitó tiempo para recuperar la ilusión. Su frustrado traspaso al Union Berlín tampoco cambió su mentalidad, aunque sí requirió el apoyo de su gente más cercana y también de especialistas de la psicología. Un paréntesis laboral para volver con nuevas energías. "Me dijo: 'Pedro, si puede ser el Betis, ciérralo'. Él lo tenía claro", comenta Bravo, que se encontró a un Isco renovado tras ese periodo de reflexión que llevó tras su salida del Sevilla. "Necesitaba esa parada para volver a disfrutar de su profesión, él disfruta jugando al fútbol", apunta el veterano representante, que vivió muy de cerca esos meses en los que Isco se preparó tanto física como mentalmente. "Ahora es un Isco limpio, es otra persona distinta la que ha vuelto a Sevilla pero al Betis", señala.
Pellegrini lo tuvo claro desde el minuto uno. En cuanto se puso a tiro la posibilidad de contar con el malagueño, quien ya fuera su pupilo hace una década en el Málaga, dio la luz verde a su contratación. Unas llamadas de Joaquín y del director deportivo, Ramón Planes, hicieron el resto. "En poco más de 24 horas se cerró todo", reconoció el catalán, que se encontró a un futbolista receptivo e identificado con la filosofía bética.
Precisamente, esta cuestión fue decisiva para que Isco eligiera al Betis -con el que ha firmado un año con opción a otro más según algunos objetivos- entre otras propuestas que tuvo encima de la mesa, incluida una de Champions desde la Real Sociedad. "Me gusta lo que he visto del Betis en las redes sociales. Se ve la imagen de una familia", cuentan en el club verdiblanco que dijo el malagueño a algunos empleados del club, que se sorprendieron por ese seguimiento que el futbolista hacía de esas herramientas digitales.
Su encaje en el vestuario se produjo desde el primer día. Bromas con Bartra, con quien fue compañero en la Selección desde sus categorías inferiores, o Borja Iglesias, con quien coincidió en el Valencia, hicieron que su adaptación se produjera de manera veloz. También con el capitán, Andrés Guardado, ese padrino de los recién llegados. De su calidad nadie dudaba y menos en un cuerpo técnico que conocía de su capacidad. "Le planteamos un desafío y lo está cumpliendo plenamente. Se entrena a tope y tiene esa capacidad física", asegura Pellegrini, que le ha dado galones desde el estreno ante el Villarreal. "Todo lo que hace es mérito suyo, se ha exigido muchísimo para estar así", añade el entrenador heliopolitano. "Jamás lo había visto tan bien físicamente", admitió el propio Bartra hace unas semanas.
La relación con sus compañeros va a más, como se comprobó esta semana con esas risas que se echó con Nabil Fekir en el inicio de un entrenamiento. "Tiene ganas de jugar con él a su lado", dice Bravo. Los genios se buscan entre ellos, aunque Isco mantiene esa cercanía con todos en el club. "De alguien con su trayectoria te esperas que pueda venir con algo de divismo, pero nada más lejos de la realidad", confiesan en el club verdiblanco, donde se han encontrado un Isco distinto al que se veía desde lejos. "Es muy educado y cercano. Es tímido, pero también sabe lo que se espera de él", confiesan empleados de la entidad. "Se le nota ese gen ganador de quien ha jugado en el Real Madrid", añaden del malagueño.
El resultado ha quedado expuesto en este inicio de campeonato, en el que acumula cinco MVP en las siete primeras jornadas. Hasta en su peor día, con un primer tiempo para olvidar ante el Cádiz, Isco fue capaz de revertir la situación para acabar liderando la reacción verdiblanca. "Que pare ya, que me ha costado cinco jamones", dice entre risas Bravo. "Nadie pensaba que iba a ser así, ni los más optimistas, después de siete meses sin jugar. Ha sorprendido a todos menos a él, que sí sabía cómo llegaba", añade el representante, satisfecho con esa felicidad que ahora desprende Isco dentro y fuera del campo.
De su liderazgo no quedan ya dudas. En las duras y en las maduras ha aparecido en la zona mixta, con autocrítica y también enviando mensajes de confianza hacia sus compañeros. "No le pagan sólo por jugar sino por hacer al Betis más grande y se ha impregnado de esa idea", dice Bravo, que confió en ese renacimiento del malagueño, que ha encontrado en Heliópolis el hábitat ideal para recuperar su mejor fútbol.
Su presentación en redes con el Betis fue una premonición de lo que ha sucedido después. Con el ritual de resurrección de Jon Nieve en Juego de Tronos, la popular serie de HBO, el club verdiblanco quiso ofrecer a ese nuevo Isco. "Sé que me oyes. Presta mucha atención. Hay mucho fútbol en tus botas. Mantienes intacta tu ilusión por jugar... Vamos, hazlo, regresa y diviértete", se escuchó en ese vídeo. Apenas dos meses después, y a pesar de que el Betis no atraviesa su mejor momento, el nuevo Isco, limpio e identificado con los colores verdiblancos, es el guía del beticismo.