Le fichó Paco Gento, jugó con Kempes y es el hermano de Jose Mari Bakero: "Me decía: 'Ay, mi madre, ¿qué hago aquí al lado de esta gente?"
Xanti Bakero reconoce en Relevo que nunca soñó con tener una carrera como la que portagonizó, con el colofón final de la Real Sociedad.

"Jugar en la Real Sociedad no entraba en mis planes y menos con 27 años y mucho menos sin haber formado parte de su cantera. Tener esa culminación a mi carrera fue un regalo". Son palabras de Xanti Bakero, hermano de José Mari y con el que compartió vestuario en una de las etapas más bonitas en la historia de la entidad blanquiazul. Su carrera, a diferencia de la leyenda del FC Barcelona, se desarrolló de una manera nada acorde a unos cánones establecidos. Nunca pensó que pudiera vivir de fútbol hasta que una llamada le cambió la vida. Tuvo que pedir una excedencia laboral para acudir a Palencia y ponerse a las órdenes de Paco Gento.
Ahí comenzó una carrera que le permitió vivir experiencias con las que ni siquiera había soñado. Después de Palencia, y con la idea de regresar a casa ya tomada, apareció en un camino el Hércules de un mito txuri urdin como Alberto Ormaetxea, del que dice que "no lo pasó bien" en Alicante. Y la guinda al pastel llegó con la llamada de una Real Sociedad con la que, en tres temporadas, ganó una Copa del Rey y dos subcampeonatos, de Liga y Copa, en una temporada, la 87/88, para enmarcar.
Siempre ha dicho que no se esperaba esa llamada de la Real Sociedad, que fue como un sueño...
Sí, muchas veces yo mismo he hablado de sueño, pero yo creo que casi ni entraba como un sueño, ¿no? Porque además estamos hablando de unos cuantos años atrás y la política de la Real en aquel entonces era también, si cabe, más de cantera. Yo ya tenía una edad también, con 27 años creo, y entonces no entraba en mis planes y tener esa culminación fue para mí un regalo.
¿Recuerdas cómo fue esa llamada?
Me sorprendió. Yo estaba jugando en el Hércules de Alicante y, de una manera o de otra, hubo un contacto de la Real conmigo. En el Hércules también andábamos con algún tipo de problemas económicos e historias y la conversación llegó a buen puerto. No creo que hubo muchos problemas de mi parte.
Llegó a un equipo en el que estaba tu hermano y muchos de tus ídolos...
Sí, mi sueño se cumplió y tuve la oportunidad de jugar con mucha gente. Llámense Agustín (Gajate), Bixio (Górriz), Zamora, Roberto (López Ufarte), Arconada... Estaban mi propio hermano, Txiki, López Rekarte... gente a la que mirabas y estaban muy por encima de ti. Es que yo no jugué en ninguna disciplinas inferiores de la Real. No formé parte nunca de la cantera. Vine directamente del Hércules a la Real Sociedad.
Pero es que antes de jugar en el Hércules, estaba en el Palencia. ¿Cómo se explica que un goizuetarra acabe jugando en un equipo como el Palencia?
Yo soy de Goizueta. Bueno, soy nacido en Donostia por circunstancias, pero me considero goizuetarra. Por circunstancias de trabajo del aita vinimos a vivir a Añorga y es donde empecé a jugar con 14 años en la playa. Recuerdo mi primer partido como si fuera ayer. Jugué en los juveniles, luego en el Michelín y de ahí, di el salto al Palencia que fue donde comenzó mi carrera profesional. No sé ni cómo ni porqué, pero tuve una llamada de Paco Gento, que era entonces el entrenador del Palencia. Yo, por aquel entonces, trabajaba en Cementos Rezola por circunstancias familiares. Con una excedencia que me dieron decidí probar mi vida en el fútbol.
¿Qué supuso para Xanti Bakero que le llamara un mito del fútbol como Paco Gento?
Imagínate. Le llamaban 'La galerna del Cantábrico'. Era un jugador mítico del Real Madrid y sí, no sé por qué ni cómo, pero me llamó él personalmente además y bueno...
¿Se acuerda de cómo fue esa llamada?
Me acuerdo de la llamada pero no de lo que hablamos. Luego, lo comentamos en casa con mi mujer y decidimos ir a probar. Como he dicho, en la empresa donde trabajaba me daban excedencia y dijimos: 'Bueno, pues vamos a probar' Nunca me había imaginado yo vivir del fútbol y bueno, así fue mi comienzo como profesional.
¿Qué Paco Gento se encontró?
Nos remitimos a años atrás... ¡Madre mía! ¿Dónde quedan? Era una persona muy callada, muy en su mundo, no muy expresivo ni mucho menos, pero bueno, una persona bastante tratable. No se sentía por encima del resto. Hombre, se hacía notar y cuando pasaba él, lógicamente todo el mundo le conocía. Tenía su personalidad, pero no era una persona arrogante, no era superior.
Siendo de Goizueta, más tierra de pelotaris que de futbolistas, ¿no le tiró ese mundo? Su hermano Jose Mari fue campeón y en su momento tuvo que decidir no?
No. Siempre hemos jugado a pelota en el pueblo, claro, lógicamente. En el pueblo no había campo de fútbol, no habia sitio para un campo de fútbol porque es un pueblo pequeñito. Entonces, pues jugábamos en el frontón a pelota y a fútbol, a las dos cosas. Jose Mari tuvo más a mano la pelota. Yo tenía 14 años cuando vinimos a Añorga y él tenía nueve. El mundo del deporte, en general, tanto pelota, fútbol como otras actividades, Añorga estaba muy al día y él tuvo más opciones de jugar. Además le fue bien.
"En Goizueta no había campo de fútbol, no habia sitio para un campo de fútbol porque es un pueblo pequeñito. Entonces, jugábamos en el frontón a pelota y a fútbol, a las dos cosas"
¿Cómo era la vida en Goizueta?
Son recuerdos de niños y lo que hacías era jugar y jugar. También estudiar, pero, sobre todo, jugar. Gracias a Dios también de me daban bien los estudios.
Después de Palencia llegó el Hércules...
Hice cinco temporadas en el Palencia y de la misma manera que en el Hércules tuvimos problemas, en el Palencia, también. Fueron años muy felices, pero, a la vez, las circunstancias del fútbol no estaban tan ordenadas como ahora. También tuvimos problemas con en el club. De hecho, yo en ese quinto año ya, como se me terminaba la excelencia, me venía a casa con intenciones de reincorporarme a Cementos Rezola, pero me llamaron del Hércules, que estaba en Segunda, y bueno, decidimos dar el salto definitivo y nos fuimos a Alicante.

Cuando dice que fueron años complicados, ¿a qué se refiere?
Seguro que existían los derechos de los futbolistas, pero no estaban tan ordenados como ahora. Ahora está más controlado todo. Antes había muchas lagunas. Nunca fue mi sueño vivir del fútbol, nunca lo he sentido así, aunque iba tirando con ello. Cuando fui al Hércules estábamos en Segunda y recuerdo que hicimos temporadas buenas. Subimos a Primera e hicimos un buen año también. Fueron años bonitos. Conoces a mucha gente, a muchos jugadores... Tuve la suerte de poder jugar con Mario Kempes y con mucha gente más....
Tu carrera está relacionada con grandes nombres: Gento, Kempes, sus ídolos de la Real...
Y en el Hércules tuve como entrenador a Alberto Ormaetxea. En la Real, no, porque ya había salido de allí y en la Real estaba Toshack, que fue el que me incorporó a mí.
"Tener a Ormaetxea como entrenador fue una alegría, pero lo pasó mal en Alicante. Había estado cinco años en el Palencia, llevaba dos en el Hércules y habiendo conocido el mundo fuera de lo que era nuestra tierra, yo veía que iba a un sitio complicado"
¿Qué supuso para ti tenerle como entrenador?
Al principio, mucha alegría, pero luego, en el fondo... Después de haber estado cinco años en el Palencia, llevaba dos en el Hércules y habiendo conocido un poco el mundo fuera de lo que era nuestra tierra, yo veía que iba a un sitio complicado como así fue. Yo creo que lo pasó mal. Le dieron la baja a mitad de temporada por malos resultados. Era muy difícil.
¿Quién le llamó para ir a la Real Sociedad?
De eso sí que no me acuerdo cómo fue exactamente. Fíjate, me acuerdo que me llamó Gento a casa con 20 años y no me acuerdo de quién se puso en contacto exactamente conmigo para fichar por la Real.

Fueron años bonitos porque cumpliste un sueño, pero es que además le tocó vivir una de las épocas más bonitas con el título de Copa en La Romareda y los subcampeonatos de Liga y Copa de la 88/89...
No pude llegar en el mejor momento, porque en mi primer año ganamos la Copa del Rey, pero, para mí, el año bueno fue el siguiente, que quedamos segundos en Liga y subcampeones de Copa, que perdimos 1-0 contra el Barça en Madrid. Fue un mal trago, porque además veníamos de hacer una temporada que fenomenal y bueno, un mal recuerdo. Sabes que en el fútbol te puede pasar. Con la cabeza fría lo asimilas, pero reconozco que fue un mal trago.
¿Disfrutaste más esa época que ningún otro porque no habías jugado en la cantera, porque llegaste cuando nadie lo esperaba, ni tú mismo?
Fueron tres años muy bonitos para mí, que ni me lo había imaginado. Me han pasado en todos los equipos donde he ido, ¿no? 'Digo, ay, mi madre, ¿qué hago yo aquí al lado de esta gente? De este, del otro y del otro. Pero bueno, estuve.
¿Algo bueno habrá hecho, no?
Entiendo que sí, que algo positivo habré aportado.
Formas parte de una familia futbolera, ya no solo por lo que hicieron los hombres, sino por lo que consiguieron sus hermanas en el mundo del balompié. ¿Cómo se vive eso?
Ellas marcaron una época en el Añorga. Por aquel entonces el fútbol femenino era una cosa, por así decirlo, extraña. Tuve tres hermanas que se defendían muy bien en el fútbol. La más conocida fue Itxiar, pero también estuvieron Arantxa y Ainhoa, que aportaron su granito en aquellos momentos en los que el fútbol femenino era muy complicado. Aquel Añorga, con mis hermanas, abrieron el camino al mundo femenino, que ahora está en pleno auge y haciéndolo muy bien. No creo que sea muy expresivo yo, pero me alegraba de su situación y, lógicamente, felicitaba su actuación.
¿Qué significó para ti compartir vestuario con tu hermano Jose Mari?
En momentos puntuales o cuando vine, el estar él aquí, sí que suponía como un apoyo o un bastón donde pudiera agarrarme en un momento determinado, cosa que creo que no hizo falta porque creo que todos los componentes de la plantilla estaban a la altura. A la altura pero con los pies en el suelo.
¿Ya le veías que podía llegar tan alto, que tenía condiciones?
Él fue campeón de pelota. Se le daba muy bien. Cuando eres joven, te puedes apañar a las dos cosas, pero de hecho, según iba cumpliendo años, lógicamente tenía que decidir hacia una cosa o la otra. ¿Que veía que podía jugar? Hombre, yo estaba fuera ya en aquel entonces. Esa apreciación cercana no la tenía, tampoco existían los medios de ahora. Ahora tienes televisión a todas las horas, mañana, tarde y noche. Entonces era todo más lejano, te llegaban noticias y oías que le iban bien las cosas y entonces, te alegrabas, pero hasta dónde podía llegar, no podía llegar, pues, bueno, lo hemos ido viendo poco a poco con los resultados.
¿Cómo viviste su salida de la Real y con todo lo que se habló tras esa final de Copa ante el Barça en la que no ofreció su mejor versión?
Primero se fue él y luego, yo. Perdimos la final contra el Barça en Madrid y Txiki, Luis Mari López Rekarte y él se fueron al Barcelona antes del que iba a suponer mi tercer año, mi último en la Real, porque terminaba el contrato y no hubo renovación. Entincés dejé el fútbol.
¿Lo pasaste mal o lo tomaste como algo normal?
Bueno, como algo normal desde el sentido de que sabes que el fútbol es así. Yo terminaba el contrato, consideraron que no me renovaban y se terminó.
¿No hubo ninguna posibilidad de seguir en otro equipo?
Sí, tuve alguna oportunidad, alguna llamada para ir a algún equipo, pero bueno, yo había pasado ya nueve años fuera de casa, tenía ya dos hijos también, que habían vivido fuera. Habíamos venido aquí y ya nos habíamos asentado, vamos a decir, ya con el resto de la familia, los abuelos y tal, y era para ir un año, dos años a algún sitio y volver. Entonces decidí ya colgar las botas, como se suele decir.
¿Qué equipos estaban interesados?
El Girona, el Cádiz también. Ya sabes que en el fútbol también hay muchos comentarios y no sabes hasta qué punto puede ser verdad o mentira, ¿no? Pero bueno, hubo varios equipos, pero no dio pie.
Volviendo a una pregunta de antes, ¿cómo vio todo los comentarios que se escucharon sobre la salida de su hermano?
En el mundo del futbol, comentarios hay un montón y algunos serán verdad, pero otros no. Más interesados que ellos en ganar esa Copa, creo que no había nadie. Estás expuesto a los comentarios y los tienes que aceptar.
¿Se puede hablar de Jose Mari como una leyenda, no?
Sí. Se convirtió en eso y llegó a ser capitán, haciendo goles importantes también, mandando en el equipo como era un poco su carácter.
En su vuelta a la Real, la aventura tampoco terminó de la mejor manera...
Todas las labores son difíciles y complicadas, pero la del entrenador es muy difícil. Tienes que bandearte con mucha gente y, sobre todo, con el entorno aficionado, digamos, que es impaciente, que quiere resultados rápidos y continuos, y eso es imposible porque siempre hay dos equipos en el índice y los dos no pueden ganar. Entonces, si le va bien a uno o al otro seguro que no le va bien y es muy complicado. Que se le recuerde como el entrenador de ese descenso, sabías que podía pasar. Fue una época complicada. Hacía falta una estabilidad, empezando desde arriba y si esa estabilidad empezando desde arriba no se concede, las cosas se consiguen con tiempo, con pausa y con tiempo y si con esa precipitación o de necesidad de cosas, no es el mejor camino para conseguirlas. Fue una época complicada y a él le tocó también. Siempre se quiere lo mejor, por parte de la directiva también, pero a veces luego no damos el tiempo suficiente o el apoyo necesario.
"He jugado con Kempes y como adversario he tenido a Maradona, pero los que más me han impactado, los jugadores que quisiera a mi lado serían a Bixio Gorriz y a Agustín Gajate"
¿Cómo vivió Xanti Bakero, alguien que quiere tanto la Real, esos años en Segunda División?
Fue una época de asumirlo. No ves a tu equipo, en este caso a la Real, no lo ves en el sitio adecuado y te da a pensar de que algo a lo mejor no se está haciendo bien que parece que se ha corregido.
¿Quién es el jugador que más te ha impresionado?
He jugado con Kempes y como adversario he tenido a Maradona, pero los que más me han impactado, los jugadores que quisiera a mi lado serían a Bixio Gorriz (mirando a la derecha) y a Agustín (mirando a la izquierda.