Locura en Valdebebas: "¿Qué iba a hacer Ancelotti en Brasil si está en el mejor sitio del mundo?"

El Real Madrid celebró su tradicional jornada de puertas abiertas navideña en el Di Stéfano con el estadio abarrotado (los socios agotaron las localidades, gratuitas, hace días) y con Carlo Ancelotti como el hombre del momento. El club, después de que Relevo lo adelantara, confirmó la renovación del técnico hasta 2026 y esa ampliación de contrato era lo más comentado a las puertas de Valdebebas. "¿Qué iba a hacer Ancelotti en Brasil si está en el mejor sitio del mundo?", comentaba Fernando, socio desde hace 30 años que acudió acompañado de su hijo pequeño, de once.

"Carletto es perfecto para el Madrid… y el Madrid para él. Es el Vicente del Bosque de la Generación Z", decía entre risas Marcos, un joven de 22 años que acudió al entrenamiento junto a su primo pequeño. El abuelo de ambos es socio blanco desde hace 52 años. Más tarde, cuando la megafonía anunció al entrenador, los 5.700 seguidores que presenciaron la sesión rompieron a aplaudir.

Entre los más aclamados en las pancartas que lucieron los más pequeños estuvieron dos jugadores de los que sí pudieron disfrutar (Vinicius y Bellingham) y otro que se quedó en el interior de las instalaciones (Camavinga). El mediocentro francés está en la recta final de su recuperación tras la lesión de rodilla que sufrió con su selección y tiene el objetivo puesto en llegar a la Supercopa de España. Tampoco se ejercitaron Lucas Vázquez y Mendy (ambos quieren estar listos para el partido del día 3 de enero contra el Mallorca). 

"Vengo con mis hijos y sus amigos ¡y no han dormido en toda la noche sabiendo que iban a venir!", decía otro aficionado. Paloma, fan madridista, fue con su chico Aitor. Llevó una pancarta y una ecografía pegada: "Estoy embarazada y tengo un antojo: una camiseta". "La camiseta me gustaría de Nacho, por su carisma. No es el primer entrenamiento a puerta abierta al que vengo".

Cuando se acabó el baño de masas inicial, el equipo comenzó una sesión normal, con Davide a los mandos de los ejercicios y Carletto pendiente de cada movimiento. Mucho balón, actividades en espacios reducidos y esa velocidad en los pases tan característica de las sesiones madridistas. En el tramo final, mientras el grupo hacía partidillo en campo reducido, Vinicius, Rodrygo, Carvajal y Arda Guler se retiraron temporalmente a hacer trabajo específico con Antonio Pintus, preparador físico, para regresar con el resto en la parte final, donde hicieron un partido once contra once en el que Tchouameni actuó como central junto a Rüdiger.

Al finalizar el entrenamiento, otra vez turno para acercarse a la afición. Los jugadores regalaron balones y se acercaron a las gradas para firmar camisetas, pancartas y todo tipo de complementos que los aficionados llevaron hasta Valdebebas. Una jornada feliz, navideña, a la que acompañó el clima, porque el sol hizo más llevadero el frío de estos días en la capital.