Una luz en otro luto
![Alineación del Barcelona frente al United en 2009./GETTY](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202211/04/media/cortadas/Busquets-once-roma-RTlfiDhydEp0BRZCRhBXQrN-1200x648@Relevo.jpg?w=569&h=320)
Hay fotografías que emocionan tanto como duelen. O que deprimen en la misma proporción que sanan. Según se mire y, sobre todo, dependiendo del momento vital en el que cada uno enfoque. Por eso siempre es recomendable guardar en un cajón, a su debido tiempo, esas históricas instantáneas que han surcado el alma. Y ya de paso pisar el freno y echar la llave. Casi por prescripción médica, hasta que uno puede analizar de nuevo esos recuerdos con el paso de los años al detalle, con lupa y sin quebrarse. Sucede con la añorada abuela o con el once que fue y ya nunca volverá.
Tras esta mala noche que nos ha regalado Piqué, uno está obligado a lanzar un consejo en mitad de este obituario deportivo: conviene que la foto que preside tanta nostalgia la tengamos hasta junio a primer golpe de vista. En la mesita de noche, en el salpicadero del coche o como fondo de pantalla. El efecto buscado es similar a cuando miras cara a cara en el frío tanatorio, y a través de la ventana, a ese familiar que se te va y del que no quieres olvidarte ni un solo día. Quedan siete meses, sólo siete, para que finalice una maravillosa era culé después de 14 años de suspiros. Y hasta que metamos el póster enrollado en formol y nos pongamos a salvo, lo suyo es desgastar el retrato de tanto observarlo.
Touré, Busquets, Piqué, Sylvinho, Etoo, Valdés (primera fila), Messi, Henry, Iniesta, Xavi y Puyol (segunda). Casi nada. Por fortuna, las victorias y los títulos, por abundancia o escasez, no marcan exclusivamente el latido de los corazones. A uno le sigue emocionando ver pensar y dirigir a Busquets de corto, aunque las Champions estén pringadas de merengue. Y es dura la realidad: sólo queda él en pie de aquel equipo glorioso de 2009 que tumbó al United en Roma a lomos de Messi y de Guardiola. Y lo suyo es disfrutarlo porque tiene una inminente fecha de caducidad. El próximo 4 de junio, salvo sorpresa, el mediocentro que un día conquistó el mundo dirá adiós, como hizo ayer Geri, en busca de un retiro merecido y dorado. Y entonces sí, el Barça más brillante, como esa abuela que todo nieto soñaba tener, se habrá apagado para siempre.