Marcelino regala abrazos en un pasillo histórico en San Mamés
El Villarreal del técnico asturiano aplaudió al campeón copero junto a los campeones rojiblancos que fueron leyendas en 1984.

Aroma de campeón en San Mamés en un día para el recuerdo que lo tuvo todo. Historia, con los campeones del doblete del 84 aplaudiendo a los actuales ganadores de la Copa, la presencia de un hombre muy querido como Marcelino y su cuerpo técnico y, por supuesto, la afición. Esa afición que ha sorprendido al mundo esta última semana y que se reencontró en casa para celebrar la consecución de un título copero 40 años después.
San Mamés acogió una nueva jornada de LaLiga sin importar LaLiga. O, al menos, sin ser el foco principal. Lo conseguido el pasado sábado en La Cartuja lo eclipsaba todo. Un lleno absoluto para poner el punto y final a todas las celebraciones que se han vivido estos días y que no pudo tener un mejor invitado.
Marcelino lo merecía. Y el destino quiso que pueda vivirlo en primera persona. Él levantó el último título oficial, con aquella Supercopa de 2021 ganada a Barça y Madrid, pero también padeció dos dolorosas derrotas en apenas 15 días frente a Real Sociedad y Barça. Él mejor que nadie sabe lo que ansiaba esta Copa este grupo de jugadores. Una plantilla que él también construyó y esta afición el título copero que se celebró por todo lo alto el jueves con La Gabarra.
No dudó en escribir y llamar a los capitanes, con quienes mantienen una excelente relación. Ellos le agradecen mucho de lo que hizo, poniendo los cimientos de un equipo campeón cuando peor estaban las cosas. Su exigencia les permitió celebrar en enero de 2021, recibiendo un pasillo de honor ante el Getafe en enero, y comenzar a soñar con volver a surcar la ría. Por eso Muniain le abrazó emocionado ante el público, como lo había hecho antes en privado.
Marcelino, cariñoso con sus exjugadores
Marcelino recibió una gran ovación de ese público que dudaba antes de su llegada y le ama tras su etapa de rojiblanco. Se fue en mayo de 2022 sin despedirse por el proceso electoral y nadie entonces imaginó que su regreso a Bilbao sería precisamente el día en el que la Copa volvía a casa. Fue el último de su cuerpo técnico en instalarse en el pasillo, en primera posición, para abrazar a sus exjugadores. De Marcos fue el primero en recibirlo, pero tuvo cariño para todos, incluidos muchas de las leyendas de 1984 como Patxi Salina, especialmente cariñoso con él. Estaba de vuelta en San Mamés. En la Catedral. Lógico que el aroma fuese de campeón.