ATHLETIC-REAL SOCIEDAD

El nuevo ángel de la guarda de la Real con "algo especial": "A Marrero se le veía un potencial terrible"

El guardameta de Azpeitia, titular hoy en San Mamés, es el primer guardameta guipuzcoano formado en Zubieta que ha debutado en el primer equipo desde Asier Riesgo, que lo hizo en 2004.

Unai Marrero, el día de su debut contra el Alavés tras la expulsión de Remiro. /Getty Images
Unai Marrero, el día de su debut contra el Alavés tras la expulsión de Remiro. Getty Images
José Luis Lorenzo

José Luis Lorenzo

Unai Marrero será hoy el garante de la portería de la Real en San Mamés. La expulsión de Álex Remiro frente al Alavés le ha abierto de par en par las puertas de la titularidad a este portero nacido en Azpeitia hace 22 años en uno de los partidos más especiales del año. Será su primer encuentro como titular en Liga. Ya sabe lo que es salir de inicio en Copa. Lo hizo frente al Buñol, Andratx y Málaga y en todos ellos logró mantener su portería a cero. Ante el Alavés no pudo adivinar la intención de Luis Rioja desde los once metros, siendo hasta la fecha el único gol que ha recibido en un partido oficial con la entidad blanquiazul. La de hoy será otra historia.

En San Mames, sin duda, será uno de los protagonistas y muchos focos estarán puestos sobre un guardameta que con los minutos jugados frente al Alavés se convirtió en el primer portero guipuzcoano formado en Zubieta en estrenarse en Primera desde que debutara Asier Riesgo el 29 de agosto de 2004. Una sequía que contrasta con la cantidad y calidad de los años setenta y los ochenta cuando Zubieta era una fábrica de sacar porteros, aunque la presencia de Arconada hizo que la mayoría de ellos tuviesen que hacer la maleta. Así las cosas, salieron José Ramón Esnaola al Betis, Pello Artola al Barcelona, Javier Urrutikoetxea al Espanyol, Juan Jesús Cendoya al Almería, Manolo Cervantes al Murcia, Vicente Biurrun a Osasuna, Agustín Elduayen al Atlético y Julen Lopetegui al Real Madrid.

Los verdaderos problemas en la portería blanquiazul, sin embargo, llegaron cuando se retiró el citado Luis Arconada en 1989. José Luis González, su suplente desde 1985, fue titular hasta que en la temporada 1991-92 se marchó al Valencia. Para sustituirlo Toshack apostó por Yubero y Patxi, pero fue Alberto el que tuvo más continuidad hasta que en el invierno de 2002 el galés fichó a Sander Westerveld. Roberto Olabe, suplente de Alberto de 1995 a 1999, apostó por Asier Riesgo en la temporada 2004-05 y fue titular hasta que José Mari Bakero fichó a Claudio Bravo. Otro portero de 1983, el ondarrutarra Eñaut Zubikarai, compartió portería con ellos y fue el titular en el ascenso y el penúltimo portero de Zubieta en debutar en Primera el 10 de abril de 2012 ante el Betis. El último fue el riojano Toño Ramírez, el 27 de enero de 2018.

Marrero, con sudadera azul, sentado en la fila de abajo junto a su entrenador en el Lagun Onak, Iban San Martín.  Relevo
Marrero, con sudadera azul, sentado en la fila de abajo junto a su entrenador en el Lagun Onak, Iban San Martín. Relevo

"Siento alegría", acierta a decir Iban San Martín, preparador de Unai Marrero en el Cadete de Honor del Lagun Onak a la edad de 15 años cuando ve al portero azpeitiarra bajo palos de la Real. "Para los que somos entrenadores de fútbol, ver que uno de tus pupilos llegue a jugar en el primer equipo de la Real, da mucha alegría", reconoce el actual concejal de Obras y Servicios en el Ayuntamiento de Zarautz. Echa la vista atrás, a esos primeros recuerdos, y habla de un chico "bastante introvertido, muy disciplinado y muy respetuoso con los compañeros y con el entrenador". Iban mantenía "una muy buena relación" con Unai tanto a nivel futbolístico como personal. "Hablábamos de muchas cosas. El día que le llamó la Real, me lo comentó y me alegré un montón", rememora. Asegura que "se merece" todo lo que le está tocando vivir. "Desde joven ya tenía un potencial bastante llamativo y tengo un grato recuerdo de aquel día, en el 2015, cuando me dio la noticia, pero me alegro ahora más por verle jugar en el equipo de sus sueños, ya que su sueño siempre ha sido jugar en la Real", deja claro el político, que ya vibró con las paradas de Marrero en uno de los amistosos de la pasada pretemporada, en concreto frente al Atlético de Madrid.

Actuación veraniega para enmarcar ante el Atlético de Madrid

Primero le paró un penalti a Memphis Depay. El delantero colchonero quiso marcarle 'a lo Panenka', pero Marrero le adivinó la intención. Ni se movió y blocó el balón con naturalidad. Pero el recital del cancerbero no se detuvo ahí. Estuvo muy atento para salir a los pies de Samu Lino tras un pase filtrado de Pablo Barrios. El potero llegó antes que el futbolista brasileño para desbaratar la acción de peligro. Pero todavía faltaba lo mejor por llegar. Era la última jugada del partido y el Atlético atacaba por banda derecha, con César Azpilicueta centrando casi desde línea de fondo. En el centro del área esperaba Lino que cabeceó a placer. El jugador, incluso la grada, ya se disponían a celebrar el que hubiera sido el gol de la victoria, pero en ese momento emergió la figura de Unai Marrero para, con la mano, despejar el balón a saque de esquina.

De portero a portero -Iban San Martín también lo fue, primero en el Zarautz, y más tarde en el Amaikak Bat- "verle jugar me hace una ilusión enorme", sostiene. "Cuando eres pequeño siempre tienes la ilusión de llegar a un equipo como la Real, equipo del que también soy aficionado, pero son muy pocos los que consiguen llegar". Por eso, le hace "tremendamente feliz" que Unai Marrero lo haya conseguido.

Ikasberri, Lagun Onak y salto a la Real

Antes de llegar al Lagun Onak, Unai Marrero se puso sus primeros guantes en el colegio Ikasberrri, donde comenzó a practicar el deporte escolar. Luego apareció el equipo azpeitiarra, donde llegó con 15 años. Iban era el entrenador del Cadete de Honor y en ese primer año compartió minutos con el otro guardameta, Xabier Iturralde. "Un día jugaba uno y al siguiente, el otro. Había muy buen compañerismo y hacíamos entrenamientos específicos de porteros", recuerda. En su opinión, "la evolución que ha tenido Unai desde que empezó conmigo hasta que fichó por la Real fue algo muy llamativo. Se le veía un potencial terrible", asegura. Lo tenía todo para llegar, "el manejo del balón con los pies, las salidas, los reflejos, era muy atrevido, muy rápido. La planta y la envergadura que tenía facilitaba todo", puntualiza. Su buen hacer en el Lagun Onak no pasó desapercibido para los ojeadores de la Real. "La verdad es que llamaba la atención", considera. "He visto mucho fútbol y ves a muchos jugadores, no solo a porteros, y te das cuenta de que algunos van un paso por delante del resto. Ese era el caso de Unai", sostiene.

"Lo tenía todo para llegar; el manejo del balón con los pies, las salidas, los reflejos, era muy atrevido, muy rápido. La planta y la envergadura que tenía le facilitaba todo"

Iban San Martín Entrenador de Unai Marrero en el Lagun Onak

Fue en 2015 cuando comenzó a ejercitarse con los entrenadores externos de la Real y en el verano de 2016 fichó por la entidad blanquiazul para el equipo de Liga Vasca Cadete. Fue donde jugó sus primeros partidos en la Real. Ahora, metido en el dinámica del primer equipo, Iban San Martín, que todavía sigue ejerciendo de portero en la Liga de playeros de Zarautz, sueña con verlo asentado en la portería blanquiazul. "Yo soy de la generación de Asier Riesgo, uno de los últimos porteros formado en Zubieta que debutó con el primer equipo. Ahora parece que Unai Marrero puede coger ese camino que a todos nos gustaría, ver a un portero de la cantera que se ha formado en las categorías inferiores asentado en el primer equipo", valora alguien que sintió "el mayor orgullo como amigo" cuando le vio debutar en el Reale Arena.

Aitor Aranguren: «He hablado con él y está muy tranquilo»

Algo muy parecido a lo de Iban San Martín, sintió Aitor Aranguren, amigo personal de Marrero y capitán de aquel Lagun Onak de Cadete de Honor. "He hablado con él y me dice que está muy tranquilo y con ganas de que llegue el derbi", desvela este azpeitiarra. "A Unai ya se le veía algo especial desde pequeño", asegura. "Humilde, muy del pueblo y amigo de sus amigos" son algunas de las cualidades que destaca de su colega, que no olvidó sus orígenes cuando dio el salto a la Real Sociedad: "Cuando fichó, siempre que podía venía a ver nuestros partidos, incluso se sentaba en nuestro banquillo para animarnos", destaca. Echa la vista atrás, a sus años compartiendo campo y vestuario en el Lagun Onak y Aitor recuerda que era "un seguro de vida. Jugábamos muy tranquilos porque él tenía algo especial". En su opinión, "se le veía que podía llegar, era un líder. Debajo de la portería era un crack. Era muy bueno con el balón en los pies y bajo palos también, muy bueno de reflejos".