TELEVISIÓN

El futuro tras la ruptura de LaLiga y Mediapro: mismas voces y libro de estilo... y hasta posible subcontratación

La entrada de HBS como nuevo socio audiovisual cambia la historia del campeonato, que entra en una nueva era.

Roures y Tebas. /ARCHIVO
Roures y Tebas. ARCHIVO
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

Las notas de prensa suelen ser textos anodinos, de poca adjetivación, pero en ocasiones están llenas de significados ocultos, de omisiones y elecciones cuidadosas de palabras para explicar una historia mucho más compleja. LaLiga ha anunciado sus nuevos socios en la producción de la señal del campeonato, los encargados de elaborar y distribuir las imágenes de los distintos partidos. En sí misma es una noticia importante, HBS y Telefónica Servicios Audiovisuales llevarán a cabo la ejecución de lo que es el mayor ingreso económico que tiene LaLiga, un contrato millonario y de máxima importancia para la imagen del campeonato. La otra parte de esa noticia no aparece citada en el escrito, pero quizá es incluso más significativa pues este nuevo acuerdo supone el fin de una larga y fructífera relación.

Mediapro ha sido durante las últimas décadas la empresa encargada de ese proceso que conlleva posicionar decenas de cámaras, tirar kilómetros de cable, desplazar unidades móviles y cientos de personas para que cada partido se pueda ver en los hogares de todo el mundo. Dicho así parecería una cosa estrictamente técnica, un proceso casi industrial, y de hecho lo termina siendo, pero por debajo subyace una intensa relación empresarial que ha dado mucho más de sí. Es imposible entender LaLiga, con sus aciertos y sus fallos, si no se tiene en cuenta también la figura de Mediapro y su histórico empresario, ahora fuera de la corporación, Jaume Roures.

Ha sido una simbiosis perfecta durante muchos años, una joint venture. No era solo un socio industrial, sino prácticamente una parte más de LaLiga, irrenunciable en sí misma. Tan es así que algunos directivos de Mediapro, como Melcior Soler, terminaron en la patronal del fútbol para engrasar la relación y velar por el buen funcionamiento del trabajo para ambas corporaciones, que eran dos pero muchas veces actuaban como una sola.

En los pasillos del campeonato, de hecho, se espera un verano movido porque hasta el momento toda la parte audiovisual pasaba por las manos de Mediapro de algún modo. Explican que cambiar una empresa por otra no es como cambiar un enchufe por otro, aunque muchas cosas quedarán igual, porque los contratos no dejan de ser los mismos y tener especificaciones parecidas, se modificarán las dinámicas y los interlocutores, será una evolución muy drástica porque se pasa de una relación estable y duradera a otra que implica empezar de cero. Mediapro, en su comunicado de rechazo a la decisión, ya apunta que las primeras jornadas del campeonato pueden encontrar problemas para salir adelante.

En principio, este cambio organizativo no modificará de manera perceptible el producto que se ve en las pantallas de todo el mundo, aunque es probable que haya matices que den la vuelta. LaLiga seguirá siendo la que elija los narradores y comentaristas para el campeonato —en el caso de los partidos de Movistar+, DAZN va por otra vía—, y ellos solo notarán el cambio porque quien costeará esos servicios será HBS, que es la nueva empresa de producir la señal. Es decir, Jose Sanchis, Axel Torres o Isabel Forner, si así lo quiere LaLiga, seguirán siendo las caras del torneo, pero ellos cobrarán sus nóminas de una empresa distinta. Nada que sea importante para el usuario final.

Sí puede cambiar algo de la imagen del campeonato, porque Óscar Lago, que es la cabeza pensante de la realización televisiva, se mantendrá en Mediapro, según ha podido saber Relevo. Él ha sido quien ha ido labrando la producción del campeonato, el posicionamiento de las cámaras y el ritmo de la realización. Ahora esa función la llevará a cabo otra persona y, aunque tampoco hay un espacio enorme para la creatividad en lo que a fútbol se trata, seguro que habrá innovaciones y olvidos.

Tampoco el VAR debería modificarse, más allá de las suspicacias que puedan albergar algunos aficionados, fundamentalmente los del Real Madrid, que siempre sospecharon de una empresa catalana y con unos jefes indisimuladamente barcelonistas. En la sala de videoarbitraje disponen de todas las imágenes de la retransmisión televisiva y son los propios árbitros y los operadores específicos quienes buscan las mejores para analizar las jugadas. Eso se mantendrá igual, solo que las cámaras serán gestionadas por una empresa distinta, en este caso HBS.

Una larga historia común

No se verá en las pantallas, pero el nuevo contrato supone casi un cambio de era para el campeonato. Mediapro y LaLiga han ido de la mano y han forjado una relación que cambió para siempre la cuenta de resultados de los segundos. El poderío de LaLiga y la fuerza de Javier Tebas solo se explican si se tiene en cuenta la Ley de repartos audiovisuales de 2015, que otorgó a la patronal la venta centralizada de derechos de retransmisión que, hasta ese momento, pertenecía a los clubes individualmente.

Quienes vivieron aquel cambio legislativo, que no fue sencillo, apuntan a las muchas reuniones que se realizaron en el Edifici Imagina, sede de la productora, y a la buena mano que siempre demostró Jaume Roures para mover los hilos de la Administración aunque quien se sentaba en La Moncloa fuese el Partido Popular, en principio de ideología opuesta al empresario catalán. Miguel Cardenal, secretario de Estado para el Deporte y también imprescindible para que esa normativa fraguase, terminó fichando por Mediapro en cuanto terminó el periodo de dos años de cesantía que obliga la ley a los cargos públicos y por el que no podía fichar por una empresa privada que hubiese tenido relación con su actividad anterior.

La relación de LaLiga y Mediapro venía de antes, pues ya había estado involucrada en las distintas guerras del fútbol, pero esa negociación, y la posterior explotación de los derechos audiovisuales que derivó de todo aquello, supuso el gran salto adelante para esa cooperación. Toda la parte audiovisual del campeonato fue comandada desde Mediapro, que en esta década fue ganando uno tras otro todos los concursos a los que se fue presentando, desde la producción del campeonato hasta la explotación comercial de la marca en el extranjero. Para LaLiga fue un salto, pero también para Mediapro, que en todos estos años ha tenido sus altos y sus bajos empresariales, pero siempre ha podido contar con el importante contrato de explotación audiovisual del campeonato como uno de sus principales activos.

Mediapro, con Roures al mando, fue también uno de los brazos armados en las distintas guerras que ha ido teniendo LaLiga dentro del fútbol. Tuvo importantes conflictos, por ejemplo, con la federación de Rubiales. Siempre se situaba al lado de Tebas, con quien le unía una sintonía profesional máxima y una buena relación personal a pesar de lo diferente de sus opiniones en otros terrenos como, por ejemplo, la política.

La compañía catalana tiene también sus historias internas que ayudan a entender el bombazo que se ha dado en esta Semana Santa. La productora nació en las fauces de TV3 en los 90 y tuvo desde el principio tres cabezas pensantes, Jaume Roures, Tatxo Benet y Gerard Romy. En 2018 esa estructura cambió radicalmente con la entrada de Orient Hontai Capital, una compañía china, como máximo accionista. Durante un tiempo fueron funcionando como siempre, pero en 2023 decidieron prescindir de Roures, cabeza visible y cerebro de la empresa hasta entonces.

¿Hasta qué punto tiene relación la salida de Roures en este nuevo paso? Es difícil pensar que no haya ninguna, porque él era quien mantenía la mayor parte de la relación, una interlocución que era, por supuesto, profesional, pero que también sobrepasaba ese ámbito. Roures y Tebas han pasado crisis comunes y siempre han mantenido una interlocución fluida.

Desde la entrada de capital chino en la empresa, y en paralelo con el crecimiento de LaLiga, el campeonato ha ido buscando cierta independencia con respecto a la compañía de producción. Ya se habló en su momento de algún candidato más a explotar la venta de derechos televisivos internacionales del campeonato, pero ese contrato finalmente sí se lo llevó la empresa catalana y, de hecho, seguirán siendo explotados por ellos hasta que venza (se firmaron 5 años en mayo de 2023).

HBS, una empresa vinculada a la FIFA

De los cinco contratos que sacó a concurso LaLiga tres han ido a parar a la multinacional suiza HBS, los más importantes. La empresa se creó en 2002 con un objetivo claro, ser el brazo audiovisual de la FIFA para sus torneos más relevantes. Empezó con el Mundial de Corea y Japón y desde entonces ha llevado a cabo la producción de todos los campeonatos, tanto masculinos como femeninos, también de categorías inferiores.

Eso es en sí misma una muestra de capacidad, experiencia probada que empezó por el fútbol, pero que después se ha aprovechado para otros muchos eventos deportivos. Su marca está más que testada, pero expertos en el audiovisual español apuntan un posible problema, uno sobre el que Mediapro ha metido el dedo en la llaga en su comunicado: no tienen estructura en España.

Eso quiere decir que tendrán que crearla, comprarla o alquilarla, algo en lo que se tendrán que poner desde ya mismo, porque en agosto de este mismo año serán los responsables de la producción de la señal nacional e internacional. Está por ver cómo van a desarrollar todo eso a lo que obliga el contrato que se le ha concedido, y no sería descabellado pensar que necesitarán de algún modo tirar de los recursos de Mediapro para llevarlo a cabo. La empresa catalana se mostró contrariada y molesta ante el cambio, pero en España es ahora mismo la más capacitada para dar cobertura a HBS y ayudarla, a cambio del precio adecuado, a que el cambio se desarrolle sin sobresaltos.

Mediapro, en todo caso, está muy enfadada con este movimiento. Consideran casi una traición de LaLiga esta licitación y han remarcado que no ven a HBS capaz de llevar a cabo el trabajo de producción del campeonato. En su nota de prensa remarcan sus "105 Unidades móviles en todo el mundo y los más 4.200 profesionales solo en España" como prueba de su capacidad para llevar a cabo algo así. Un capital humano y material que, quizá, ahora buscará HBS para estar a la altura del contrato que han ganado por concurso.

LaLiga, en su comunicación, expresaba la profesionalidad con la que se ha llevado a cabo la concesión, con la asesoría de Abacanto en la parte tecnológica para llegar a la mejor conclusión. Más allá de eso, es un gesto importante, aunque solo sea de imagen. Es una muestra de autonomía, LaLiga ya no depende de Mediapro, ahora empieza su propio camino. A ver qué se encuentran.