OPINIÓN

¿Y por qué no Mendilibar?

Mendilibar en su presentación./EFE
Mendilibar en su presentación. EFE

Seguramente tras la victoria en Mestalla, y a la espera del partido de vuelta ante el Manchester United, los dirigentes del Sevilla miraban de reojo el proyecto de la próxima temporada. A pesar del empate en Old Trafford, pasar a semifinales era algo complicado y pensar en algo más que la salvación, una quimera. Pero este Sevilla de Mendilibar no se cansa de ganar y ha renacido un sentimiento que prácticamente se había perdido: ilusión por el futuro. Un futuro al que se le debe poner nombres y apellidos. Y hay un entrenador que no hace ruido, no para de ganar y que va haciendo merecimientos para que, como mínimo, el Sevilla deba explicar muy bien si no le diesen la oportunidad de prolongar su contrato.

Tras la victoria ante el Athletic, el técnico vasco volvió a incrementar sus estadísticas, que son escandalosas en Nervión. Más de dos años llevaban los sevillanos sin ganar tres partidos seguidos lejos de Nervión y casi tres sin hacerlo dejando la portería a cero. Los sevillistas se han convertido en el mejor equipo del mes de abril, con cuatro victorias y un empate desde la llegada de Mendilibar, y afrontan el final de temporada con la moral por las nubes. Con el deseo de competir las semifinales de la Europa League y quién sabe si alcanzar una nueva final, mientras la opción de jugar en Europa vía Liga ya no es un imposible. Quién podría imaginar esto cuando al técnico vasco se le firmó para que salvase al Sevilla. 12 partidos tenía por delante. Le han sobrado más de la mitad.

Durante esta corta pero intensa etapa en el banquillo sevillano, Mendilibar ha conseguido revalorizar a muchos de sus jugadores. En-Nesyri ha conseguido 5 goles en los 7 partidos que ha jugado con él; Ocampos ha liderado el ataque y se le ve como en sus mejores años en el Sánchez-Pizjuán; y Suso, por ejemplo, ha recuperado sensaciones que le permiten brillar en el campo desde un nuevo rol como enlace con la delantera. Situaciones que parecían imposibles hace tan solo un mes. Mendilibar le ha cambiado la cara al Sevilla. La vida. Y los jugadores siempre apoyan a los jefes que le sacan su mejor versión. Con victorias todo se ve color de rosa.

Habrá que ver cómo termina la temporada pero, ¿por qué no podría liderar un futuro proyecto? Qué argumentos pueden introducirse en la balanza para negarle esa posibilidad. En este fútbol robotizado, quizás sus métodos y maneras puedan oler a fútbol añejo. A lo mejor este Sevilla necesitaba eso, un entrenador que le inculque esa esencia tan olvidada que le permita recuperar sus señas de identidad que le marcaron el camino del éxito: orden, sencillez y verticalidad.

No sólo ha resucitado al muerto sino que lo ha llevado a un estado de salud envidiable. Este Sevilla tiene mano de entrenador. La cuestión es si su paso por Nervión será fugaz o desde el club se valorará su trabajo al mismo nivel de una afición que ya le considera uno de los suyos.