OPINIÓN

La 'alegría' de despedirse de Busquets y el 'alivio' que sería olvidarse de Messi

Messi, a su llegada a París para firmar por el PSG y Busquets, con el Barça./EFE
Messi, a su llegada a París para firmar por el PSG y Busquets, con el Barça. EFE

Martes 9 de mayo. Una agencia internacional de reputado prestigio (AFP) da por hecho el fichaje de Leo Messi y su decisión por marcharse a la liga árabe. Alguno en las oficinas del Barcelona respiró aliviado, pero no. Un comunicado posterior del entorno del argentino dejaba claro que la decisión final todavía no está tomada. Ya veremos.

Olvidarse de Messi parecía una realidad obvia por las dificultades del Barcelona, pero uno se va acostumbrando a la fantasía financiera culé y, después de lo visto con las palancas el verano pasado, tiende a no dejar de creer. Aunque no tenga la más mínima lógica económica. Ni aunque quisiera creerse las cuentas esas de ciencia ficción sobre lo muchísimo que ingresaría el Barça con su regreso. Dicen que 100 millones. ¿Por qué no 200 ó 600? Las fantasías no tienen que cuadrar, ni pasar ninguna auditoría. Es lo bueno que tienen.

Pocas horas más tarde el adiós de Busquets parece convertirse en una realidad. Termina contrato y los tímidos tira y afloja por ver si seguía una temporada más parecen haberse quedado en eso: poco más que un postureo.

Así se despidió el Barcelona de Sergio Busquets. FC Barcelona

Dos noticias tristes para el aficionado culé... ¿o no? Pues depende de cómo las asimile. Con el corazón, seguramente, sea un lástima. Lo de Busquets supondrá despedirse de uno de los mejores mediocentros de la historia del club, canterano, capitán, campeón de todo...

De Messi mejor ni hablar: la idea de volverlo a ver con la camiseta azulgrana es, de hecho, el salvavidas populista que con más entusiasmo maneja el presidente Laporta para capear el temporal que se le viene encima. El comunicado posterior del padre de Leo volvía a abrir, por cierto, la puerta al sueño de contratar de nuevo a un jugador que salve los muebles emocionales de un mercado de fichajes que parece prometer varios disgustos. Aunque los controlan las cuentas del club se tiren de los pelos. Al menos los que todavía no se han ido del club.

Con el cerebro

O, mejor: con la calculadora. La ficha de Busquets, sumado al dinero que acordó diferir y a alguna otra deuda pendiente que tiene con el club ascendería, al menos, a unos 20 millones de euros brutos. Seguramente mucho más. Otra ficha 'galáctica', fuerísima de mercado, que dejará de pesar en las cuentas del Camp Nou.

Si Laporta, a pesar de toda lógica financiera, se empeña en volver a traer a Messi al Camp Nou (a Montjuic, de hecho), tendrá que hacer un hueco de unos 25 millones de euros en su tope salarial. Es decir: tendrá que vender o recortar salarios por valor de unos 63 millones para que, con la regla del 40%, les encaje el campeón del mundo argentino.

También ayuda, para esto, el 20% del beneficio por traspasos de jugadores. Es decir: si venden a Ansu Fati, por ejemplo, por 100 millones, liberan 20 por la operación más el 40% del salario tuviera el jugador. Esa es la otra vía de cuadrar la plantilla, lo mejor posible, dentro de su límite salarial.

Son situaciones en las que la realidad parece estar salvando a los azulgranas de la espiral autodestructiva de su presidente. Por lo menos una. Ya veremos qué pasa con Messi. Pero el hecho de no renovar a uno de sus mejores escuderos ya parece un síntoma relevante de que está, al menos, complicado.

La realidad del Barcelona

No es ningún secreto: van a pasar de un límite de plantilla de 650 millones a rondar los 400. En un mundo ideal tendrían que recortar, como poco 200. Pero no tienen por qué hacerlo todo este año: pueden seguir sobrepasados (y acumular deuda) más tiempo viviendo bajo el régimen de sólo poder inscribir por el 40% del dinero que liberen/ahorren, o el 20% del beneficio de los traspasos. Por cierto que sólo da capacidad para contratar el 40% del ahorro de gasto de la primera plantilla. No sirven, para este apéndice, otras formas de ahorro como el cierre de Barça TV que sí les repercutirá en tesorería general.

Lo que sí que tienen que hacer ya, este verano, si quieren inscribir a todo el mundo, es buscar hueco para los Gavi, Araujo, Sergi Roberto, Marcos Alonso... y todos a los que quieran renovar. Eso serán, más o menos, otros 40. Es decir: tienen que ahorrar, mínimo, 100 millones. Y, a partir de ahí, conseguir para el salario de Iñigo Martínez y después ya empezar a soñar con Messi (los 63 que decíamos). Si los rumores se hubieran concretado y de verdad el destino del 10 argentino estuviera sellado con Arabia, el margen de maniobra sería algo mayor, aunque no se si ustedes también han notado que han dejado de sonar nombres en universo de fichajerío azulgrana.

Ya tienen alguna parte de los deberes hechos, gracias a la retirada de Piqué, pero también tendrán que lidiar con la llegada de vecinos incómodos: los cedidos. A ver qué pasa con Lenglet, Dest, Nico, Umtiti, Abde, Collado....

No tiene pinta de que vaya a gozar de ninguna posición de fuerza el Barcelona, en este mercado (ni en algunos más durante los próximos años). Todos saben que tienen la urgencia de vender bien a algunos, y de librarse de otros. Y los agentes no tendrán ni prisa, ni ningún problema por alargar las negociaciones hasta el 31 de agosto.