El temor de los agredidos en Villarreal de pisar un estadio: "Espero que algún día podamos volver, sé que ahora tienes miedo..."
La policía ya ha identificado a los agresores y se ha iniciado ahora una investigación.

Afortunadamente, la justicia sigue funcionando en España y los dos agresores a tres aficionados del Villarreal con diversidad funcional fueron detenidos por la policía durante el fin de semana. Ambos, identificados por la Policía Nacional como ultras del Valencia CF, han sido puestos en libertad con medidas cautelares y se ha iniciado ahora una investigación en la que, además, estarán obligados a personarse en el juzgado periódicamente.
Lo cierto es que se inicia ahora un proceso para dirimir las consecuencias que deberán afrontar los "desgraciados" (en palabras de Raúl Albiol), que agredieron a tres aficionados del Villarreal por el mero hecho de serlo. Esas tres personas también afrontan ahora una etapa en la que tendrán que vivir y exponerse a unas consecuencias tras la agresión que ellos no merecían.
Porque, hoy por hoy, los agredidos tienen miedo de volver al estadio, de volver al fútbol, de disfrutar de lo que más les gusta. Los tres aficionados agredidos pasaron muy malos días tras lo vivido, no solo por las consecuencias físicas, sino por las secuelas psicológicas que les ha dejado haber recibido tal paliza.
La madre de uno de ellos, Susana Herreros, lo ha plasmado así:
Se tiñe de impotencia mi sentir de madre… Cómo le cuento a mi hijo que algunas personas no saben que él está lleno de bondad y verdad. Cómo le robo el sueño que tiene… pensando que vivimos en un mundo donde la vida tiene un hueco más grande para él y para todas las personas con distintas capacidades.
A una parte de mí la rompieron unos extraños el pasado sábado. Cada golpe que recibió mi hijo por esas personas que viven con el corazón negro de resentimiento, a mí me rompieron la esperanza de encontrar un lugar mejor para él. Ninguna agresión se puede justificar, pero si a esto le añades que las víctimas fueron tres chicos con discapacidad, eso me hace pensar que esta no es la vida que quiero para mis hijos.
Estoy escribiendo mientras lloro y me pregunto si esos agresores se habrán parado a pensar en el daño que han ocasionado. Aún queda en un rincón de mí, la esperanza de que digan que lo sienten, que se les fue la cabeza o qué sé yo. Creo que simplemente intento buscar una excusa para volver a creer en el ser humano. El dolor se cura con amor, y a mi hijo eso no le faltará nunca, es la única riqueza que tenemos en nuestra casa.
Amor es también todas las muestras de cariño y apoyo que hemos recibido. Centenares de llamadas de familiares, amigos, prensa, y cómo no, de nuestro equipo, el Villarreal C.F. La familia amarilla es más que un club. Espero que algún día podamos volver a nuestro campo hijo, sé que ahora tienes miedo, pero entraremos contigo todo un ejercito de personas protegiéndote, y yo, de tu mano, la que no voy a soltar hasta que se me acabe la vida.
Gracias de todo corazón a cada persona que ha entendido nuestro dolor y se ha preocupado de hacérnoslo saber, en estos momentos el calor humano es un regalo. Seguimos hijo, me gustaría ofrecerte una vida repleta de personas buenas, pero hay un tipo de discapacidad que es la más limitante que existe, la que padecen las personas violentas, sin sentimientos y sin corazón.
Rompamos entre todos "las fronteras de tiza" que inventa la irracionalidad y el fanatismo.