Lo que hay detrás del debate Araujo-Militao: ¿quién es mejor?
Ambos son dos de los mejores defensores del panorama internacional y prometen una disputa futbolística apasionante para la próxima década.

No hay muchas cosas más potentes que la capacidad que tenemos los humanos para encontrar rivalidades que sirvan al espectador y aficionado como pretexto para construir nuevas narrativas. Cuando una disputa se agota, inmediatamente surge la necesidad de generar otra que ocupe ese vacío. Del Ramos vs Piqué al Militao vs Araujo. Ambos son dos de los centrales más dominantes del continente, aunque su dominio nazca de sitios distintos. ¿Qué central es mejor?
Partamos de una premisa. ¿Qué es defender bien? Defender es un verbo que engloba y contiene muchos otros: anticipar, robar, leer, coordinar, ejecutar, etc. Por lo tanto, lo de "es que X defiende mejor que Y" es normalmente una frase demasiado simple como para ser tomada como medida absoluta en un debate. Coincidiremos todos en que Ronald Araujo y Éder Militao son dos de los mejores defensores del mundo porque, sencillamente, solventan con mayor facilidad que el resto situaciones complejas. Ahora toca ver cómo lo hacen y descubrir, si se puede, quién es superior.

Los radares de rendimiento son útiles para ver aspectos concretos del juego, pero no definitivos, porque cada equipo juega de una forma distinta (más o menos posesión, defiende más o menos lejos de su portería, juega en línea de tres o de cuatro, etc...) y eso tiene un impacto directo en el rendimiento del futbolista. Pero sí son útiles para ver tendencias y descubrir puntos fuertes o débiles. ¿Qué nos enseña esta comparativa?
No existe un defensor en el mundo que domine el duelo individual como el uruguayo. Si pudiese, Araujo se pasaría el partido dejando que el rival le atacase a su espalda, que le retase cuando viene de cara. Ahí, es imbatible. E imbatible no es una hipérbole. Esta temporada en LaLiga, gana el 93% de veces que va al suelo, una cifra insultante. Pero es que solo es regateado 0,08 veces por cada 90 minutos, y eso que juega en un sistema que le expone constantemente al 1x1. Solo 0,88 faltas (p/cada 90 min.) desde septiembre de 2021 hasta la fecha en LaLiga. Su dominio liguero en esos apartados le hacen un coloso.


Militao, siendo un jugador muy fuerte y potente a campo abierto, es más desordenado. Más tendente a meter la pierna y, por lo tanto, a cometer faltas o ser rebasado. Como se aprecia en el radar, desde el inicio de la pasada Liga, Militao tiene cifras buenas en ese apartado, pero muy lejos de las de Ronald. Del 89% del uruguayo en el 1x1, al 77% de acierto. De las 0,8 faltas a 1,2. De solo ser superado 0.2 veces, a 0,5. ¿Por qué esta diferencia? Básicamente, radica en la forma de defender de ambos. Mientras que Ronald prioriza el espacio a su espalda, donde se siente imbatible, el brasileño tiende a ser más agresivo y saltar sobre el balón.


Militao, en cambio, es mucho más abrasivo. Su forma de defender le lleva a ser más proactivo que Ronald. De ahí que intente más acciones defensivas que Araujo (11,1 vs 9,9) y que recupere más balones (8,5 vs 7,8). El gran punto de Éder es, sobre todo, la forma que tiene de minimizar tiempo y espacio al contrario, con un punto de agresividad y lectura que limitan enormemente el giro del rival. Su elasticidad, algo muy valioso en un defensor, le permiten sumar más intercepciones (3,3 vs 2,5) ya que es muy hábil metiendo la pierna.
Con balón, la diferencia entre ambos es notoria. Pese a que Araujo está evolucionando, Militao tiene un desplazamiento en largo más preciso y afilado, y sobre todo más capacidad asociativa y conducción, algo que bien medido es diferencial a la hora de generar jugadas que el rival no espere. Aún así, Militao todavía no es un central que, con su equipo instalado en campo rival, sea ese pasador pulcro que sí son otros defensas. El reto de Araujo será seguir escondiendo sus carencias en ese apartad y, de ser posible, convertirse en un jugador con capacidad para batir líneas rivales desde el pase o la conducción.
¿Tienen puntos ciegos? ¿No cometen errores? Sí. Hablamos de dos centrales de 24 años, todavía en proceso de madurez y lejos del punto álgido (que suele rondar los 28 años). Lo mejor que tiene Araujo es que es una esponja: su capacidad de absorber conocimiento y añadirlo a su abanico es sorprendente. Ahí está, a ojos de todo el mundo, su crecimiento con balón y su mejora en la toma de decisiones. Como es de sobra conocido por todos que con pelota el uruguayo no es un central élite, analizaré un aspecto en el que puede crecer mucho.
Araujo, por inercia, tiende a defender hacia atrás. No es que hunda la línea, sino que una vez está arriba, su primer impulso es el de achicar por pura lógica. ¿Quién le ganará ahí? El problema nace cuando no se coordina la línea defensiva. No olvidemos que el uruguayo juega de central desde los 18 años, ya que se formó como delantero centro.


Los errores del brasileño tienden a ser más visibles, porque su forma de defender, más agresiva y tendente a saltar, provoca que el entorno se desordene. Y en ese desorden es más fácil que el fallo nazca. Lo mismo que lleva Militao a destacar es, a ratos, lo que le lleva a equivocarse.


A veces cuesta normalizar el fallo porque tendemos a establecer relatos sin grises. Y el error es humano y parte del deporte, y más en centrales que juegan expuestos y en pleno proceso de crecimiento. Analizarlos y reconocerlos no es devaluar al jugador, sino verlo en su justa medida. Y ambos fallan precisamente en aquello que después les lleva a sacar su mejor nivel.
Otro punto en este debate es Europa. Ronald Araujo no ha jugado todavía una eliminatoria de Champions League. Tan duro como suena, y no por falta de nivel indidivual, sino por un arropamiento demasiado pobre. En 2021, cuando despuntó y se hizo titular, no llegó ante el PSG por lesión, perdiéndose los octavos de final de aquel curso. En los dos siguientes, el Barça no pasaría de fase de grupos. Militao ya ha ganado una Champions League como titular, además de haber disputado unas semis y otros cuartos (de momento). No existen -por lo menos yo no las tengo- dudas respecto al nivel que daría Araujo en Champions, en los máximos estadios de la competición, pero de momento es un punto que gana Militao.

Lo más notorio es que mientras en Liga realiza 8 acciones defensivas por encuentro, en Europa casi se duplica, pasando a 14. Presiona mucho más, va más veces al suelo que de costumbre y gana muchas más acciones defensivas (5,8 vs 2,3) que en Liga. En definitiva, Europa ha exigido al uruguayo una sobreexplotación que en su día a día no ha tenido. Menos control del juego conlleva más defensa, menos certezas y situaciones que no se suele encontrar. En los duelos, pese a bajar, se mantiene como uno de los mejores, señal inequívoca de que aún cuando la exigencia sube y el escenario se tambalea, sigue manteniendo su dominio.

Aquí el radar es distinto, pero se tiene que tener en cuenta que se contabilizan el doble de partidos que Araujo (15 vs 7) y que al contar con fases de eliminación, el nivel sube. Pero sí que es evidente que hay un descenso notorio en acciones de puro duelo individual: le regatean mucho más (de 0,2 veces a 1,2), comete más faltas (de 1,3 a 1,4) y gana menos 1x1 (del 86% al 65). Mientras el nivel de exigencia sube, su capacidad de imponerse en duelos individuales desciende, sobre todo porque el pasado curso el Real Madrid fue un equipo muy vulnerable defensivamente. Aún así, su anticipación y poderío aéreo marcaron el tono en muchas eliminatorias.
¿Quién es mejor? Personalmente, Ronald Araujo me parece un defensa más dominante en aquellas acciones que más determinantes resultan en un partido. Aunque quizás menos completo que su homólogo, sí tiene un discurso más contundente en aquellas situaciones en las que lo normal es equivocarte más veces de las que lo hace Araujo, que no suele fallar nunca. De ahí que el urugayo sea un fallo en Matrix.
En un deporte que premia el error propio como acierto ajeno de forma violenta, ambos se alzan como colosos en el poder de minimizar al rival para que el error, de llegar, penalice mucho menos. Pero Ronald, en esta Guerra de los Mundos, es, si cabe, todavía más poderoso.