La moda de las vendas en los jugadores del Barça la inició Pau Víctor por superstición: "El poder de la mente"
El delantero de Sant Cugat del Vallés fue uno de los pioneros.

Esta temporada no ha pasado desapercibida la imagen de varios de los futbolistas de la primera plantilla del Barça con un vendaje en la mano. Los hay más simples, como el que por ejemplo suele llevar habitualmente en su mano izquierda Robert Lewandowski o de manera esporádica Frenkie de Jong, en el duelo liguero ante el Rayo Vallecano en Montjuïc por un golpe, o los más aparatosos, como es el caso de Gavi -lo llevó durante un tiempo- o Lamine Yamal y Raphinha, dos de los más habituales. En el caso del delantero brasileño, incluso se puede apreciar como tiene dos dedos inmovilizados.
Estos vendajes son superstición, la mayoría como consecuencia de una lesión previa. Algunos futbolistas lo han mantenido y otros no. Uno de los primeros en llevarlo fue Pablo Torre, que en pretemporada se fracturó el quinto metacarpiano de la mano izquierda. Otro caso es el de Gavi, que portó un aparatoso vendaje azul por culpa un golpe. "Es pura superstición", explica a Relevo el Doctor Antoni Mora, traumatólogo y especialista en medicina deportiva. "Probablemente, el primer día que juegas con un vendaje en la mano es por una lesión. Te acostumbras a ello y si cuando lo llevas juegas bien, pues te lo dejas. Los jugadores cogen un hábito", añade.

"Se ha convertido en una moda y es un tema estético. Uno lo lleva y el otro lo copia. No les pasa nada en las articulaciones. Son como los tatuajes. Antes nadie se tatuaba y ahora comparten momentos e incluso se tatúan juntos. Son unos hábitos adquiridos y simple moda. Tienes buenas sensaciones y lo mantienes por superstición", insiste el actual jefe de los servicios médicos del Joventut de Badalona y del CE Sabadell. Significativa fue la imagen de Lamine Yamal, que se quitó el aparatoso vendaje cuando fue sustituido por Flick.
Otro caso reconocido es por ejemplo el de Pau Víctor. El de Sant Cugat se lesionó hace tres años en su mano derecha cuando jugaba en el Sabadell, y desde entonces lleva ese vendaje, a modo estético. Lo lució tanto en el conjunto arlequinado como en el Barça Atlètic el pasado curso. "A los jugadores les gusta estéticamente y si les da suerte, pues lo mantienen", explica el Doctor Antoni Mora. "Es un tema mental. El poder de la mente", subraya. En ese aspecto, el departamento de fisioterapia del Barça no da abasto con las vendas. "El fútbol profesional está lleno de manías y hábitos. Si a los futbolistas les va mal no lo volverán a llevar. Lo de los vendajes se ha convertido en un ritual para muchos", finaliza.
"Se ha convertido en una moda y en un tema estético y de superstición"
Jefe de los servicios médicos del Joventut y el CE SabadellBenzema, Luis Suárez o Simeone
En la actualidad hay muchos futbolistas que se vendan. Algunos lo llevan haciendo desde hace ya un tiempo. Es el caso de Karim Benzema y Luis Suárez. El delantero uruguayo tuvo una lesión en un hueso de la mano derecha en el Liverpool y le pusieron un vendaje. "Después me iba bien y aunque ya no estaba lesionado me la quedé. Me quedó de amuleto y tradición", reconocía el propio futbolista.

"Suárez me dijo que un día se vendó la mano y metió tres goles, y que no se la sacó más. Hice lo mismo, y ese día metí dos goles y desde entonces la llevo puesta", explicó Giuliano Simeone. El hijo del Cholo lleva un vendaje rojo en su mano derecha.
También Karim Benzema. Desde hace varios años, el jugador francés juega con un vendaje blanco en su mano derecha como consecuencia de un golpe que se produjo con Marc Bartra en un partido ante el Betis. Una vez recuperado, el goleador galo decidió mantenerla. El actual jugador del Al-Ittihad mantiene esa superstición y moda.