CHAMPIONS LEAGUE

La semana que hace años cambió el destino de David Raya destapa ahora un riesgo de fuga en el fútbol español

El éxito del modelo del Cornellá, equipo que lo formó, señala por qué interesa más vender a un canterano fuera del país.

David Raya celebra la clasificación a los cuartos de final con el Arsenal./AFP
David Raya celebra la clasificación a los cuartos de final con el Arsenal. AFP
Jordi Cardero

Jordi Cardero

De pequeño, David Raya le pedía a sus entrenadores quedarse más horas en el campo de entrenamiento. "Cuando era infantil, quería quedarse con los cadetes. Y cuando era cadete, con los juveniles", recuerda Andrés Manzano, director genera del Cornellà. No hace tantos años, David Raya, gracias al convenio que el Cornellà tenía con el Blackburn Rovers, se marchó a probar una semana con el club inglés. Y les gustó tanto que se terminó quedando.

El camino de David Raya a la élite no ha sido lineal. Se fue joven a Inglaterra, dejando atrás Cornellà. Del Blackburn llegó a salir cedido al Southport, de la quinta división inglesa, fuera del fútbol profesional. Fue labrándose un camino que empezó en el Cornellà y acabo en la Selección, a pesar de que muchos querían desprestigiarle preguntándose quién era aquel portero que había llamado Luis Enrique. Desconocían que Klopp ya había dicho que "podría llevar el número diez".

El camino del Arsenal a los cuartos de final no podría entenderse sin Raya. Sin unas estiradas con tanta fe, yendo a tocar el palo, que recordaron a un mítico de LaLiga, Diego Alves. Del mismo modo que si no se hubiera formado en Cornellà, posiblemente no habría acabado jugando en Inglaterra. El club catalán mantuvo un convenio primero con el Blackburn y luego con el Birmingham, que todavía mantiene. Esto llevó, por ejemplo, a que Jude Bellingham llegara a entrenar con ellos.

¿Por qué interesa más vender a un canterano fuera de España?

El convenio permite que varios canteranos del Cornellà pasen una semana entrenando en Birmingham y allí sean analizados de cerca por el director de su academia. David Raya les convenció siendo juvenil de primer año. Paradójicamente, para la salud deportiva y financiera del Cornellà, resulta más interesante que uno de sus futbolistas termine fuera del país a que siga su carrera en España.

Se debe al mecanismo de solidaridad, una norma FIFA que en España no se aplica. Esta dictamina que en cada traspaso, el 5% de la cifra pactada debe destinarse a sus clubes formadores, a quienes tuvieron al jugador entre los 12 y los 23 años (aunque realmente la formación comienza mucho antes de los 12). Este porcentaje se desglosa en un 0,25% por cada año entre los 12 y los 15, y un 0,5% entre los 16 y los 23 años. La suma de todos los porcentajes da el 5% final. El mecanismo de solidaridad no es lo mismo que los derechos de formación, aunque a veces ambos términos se confunden. Este es una cantidad fija que se abona al firmarse el primer contrato profesional.

En el Cornellà son críticos con que en España no se adopte el mecanismo de solidaridad. "Tiene que cambiar de forma inmediata", remarcan a las puertas de las elecciones en la Federación. Para clubes que pivotan sobre su fútbol base, como es su caso -por allí pasaron Jordi Alba, Víctor Ruiz, Edgar González o Aitor Ruibal-, es una vía de ingresos básica para las arcas del club. Y podría serlo todavía más si se aplicara en España. "Al fin y al cabo, el club requiere de una inversión muy importante a nivel de entrenadores, becas, formación...", explica Manzano.

"Cuando vi que paraba el penalti me alegré mucho por él por lo que representa para el club, la forma de entender el deporte a través del esfuerzo", explica Manzano. En el Emirates Stadium había ciertas dudas con la apuesta de Mikel Arteta por el portero español después de que Aaron Ramsdale lograra asentarse bajo el arco gunner. De hecho, Raya está cedido por parte del Brentford. Mucho deberían cambiar las cosas para que el Arsenal no se hiciera definitivamente con los servicios del portero que creció en Cornellà y les llevó a los cuartos de final de la Champions.