El 'motorcito' De Paul ya carbura y busca ganar también a nivel de clubes
El argentino ya es pieza clave para Simeone, que le pidió más compromiso y juego en el centro del campo del equipo colchonero.

Ganador de Copa América, Finalissima y Mundial con Argentina, los aficionados del Atlético de Madrid esperaban un jugador de calidad, de experiencia, que hiciese jugar al equipo pero que también sea aguerrido en momentos puntuales, que le diera carácter al centro del campo, despliegue, defensa, llegada y último pase.
Ese es el Rodrigo de Paul que conocíamos con la albiceleste, el que se multiplicaba en el centro del campo para auxiliar a Messi o a su lateral derecho, el que dejaba solo con un pase de 50 metros a Di María para ganarle a Brasil o el que jugaba con molestias unos cuartos de final de un Mundial hasta no poder más.
Ese Rodrigo de Paul no habían visto en el Estadio Metropolitano hasta hace unos meses. Al argentino, como es normal para casi todo jugador que llega a un equipo, le costó. Él lo sabía, se lo confesó a Valdano en su programa de televisión, pero también sabía que su objetivo era dar un paso adelante. Y ese paso adelante llegó, de manera fuerte, tirando la puerta abajo, sumando galones en el centro del campo, siendo escudero de Koke, juntando pases con Griezmann, cambiando de posición con Llorente, yendo al suelo cuando hay que ir y ofreciendo carreras y desmarques cuando el equipo está seco.

El Metropolitano, eso, lo valora. Esos esfuerzos son los más complicados, cuando falta el aire. De Paul, físicamente, está mejor que nunca. Él ya comentaba que cuando estaba en el Udinese sacaba ventaja en los últimos 15 minutos finales, cuando los demás bajaban el pistón. Ante el Madrid en los octavos de Copa, el de Sarandí jugó la prórroga y aguantó, aguantó, aguantó, hasta que no pudo más. Pero la ovación del Metropolitano le dio aire para estar de pie en el banquillo arengando a sus compañeros.
Rodrigo de Paul es parte del alma de este equipo. Y sí, tiene cosas que mejorar, muchas veces sus pases llevan muchos riesgos y el equipo rival los aprovecha, muchas veces entra en conflictos en los que no debería entrar. Pero esa tensión competitiva es la que cautiva a los aficionados del club colchonero, que contra el Madrid festejaron un agarrón de De Paul a Brahim cuando salía a la contra como si hubiese sido un gol.
Ganar un título a nivel de clubes
El 'motorcito', como le dicen en Argentina, ganó todo a nivel selección. Pero nada a nivel de clubes. Es un caso muy extraño, sí, pero con sus equipos, De Paul no estuvo en el lugar y momento indicados a veces, tampoco estuvo en clubes punteros en otras situaciones.
En Argentina, Racing le ofreció ser uno de los jóvenes reconocibles en llevar a cabo un recambio generacional. Pero le vendieron pronto y no pudo consumar ningún título. En su vuelta por seis meses, jugó bien, pero Racing tampoco fue campeón.
En su primera aventura española, en el Valencia, no encontró su lugar y su equipo no estaba en una situación para ganar títulos. Ese Valencia no era el de antes y sus objetivos eran otros. Llegó para crecer en Paterna, pero no lo consiguió. Italia sería su sitio unos meses después.

En Údine, en el Udinese, tampoco fue campeón, pero esto era algo previsible. Allí pasó cinco temporadas, jugó 184 partidos, fue capitán general del club, le dieron el '10' y llevó al equipo a conseguir buenas posiciones, pero nunca títulos. Es más, nunca pasó de octavos de final en la Coppa Italia, algo que ahora sí ha sucedido en la Copa del Rey.
Rodrigo de Paul está a tres partidos de conseguir su primer título a nivel de clubes como jugador profesional. Con LaLiga muy lejos y la Champions como un objetivo irreal a día de hoy, la Copa es la posibilidad más grande de ser campeón. Y no hay que olvidarse de que ser campeón es lo más bonito para un club y su gente, es algo que no te lo da otra cosa. Y De Paul, el 'motorcito', hará kilómetros y hará todo para conseguirlo.